Polémica

¿Tribunas militares o políticas en Francia?

La revista de extrema derecha 'Valeurs Actuelles' ha publicado dos tribunas firmadas por militares advirtiendo de la "desintegración" de Francia

La derecha más conservadora trata de sacar partido a la polémica con la vista puesta en las próximas elecciones presidenciales

Militares franceses en Malí.

Militares franceses en Malí. / Efe

Irene Casado Sánchez

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"El gran mudo", así se conoce al Ejército en Francia. El deber de reserva despoja a los militares de la libertad de expresión para evitar cualquier uso propagandístico de su función. El pasado 21 de abril, 60 años después del intento de golpe de Estado en Argel, un puñado de militares jubilados rompieron su silencio con una tribuna publicada en las páginas de la revista de extrema derecha Valeurs Actuelles. Entre líneas, los firmantes del texto amenazaban con una "intervención" de las Fuerzas Armadas para contrarrestar la inacción de las autoridades políticas frente a la "desintegración de su patria" a manos del "islamismo" y las "hordas de los suburbios". Menos de tres semanas después, recuperando términos y advertencias similares, la revista ultraconservadora difundió una nueva carta abierta secundada, según afirma la publicación, por 2.000 militares en activo. Una secuencia inédita condenada por la izquierda y aplaudida por la derecha más conservadora. 

El Ejército francés ha salido en contadas ocasiones de su mutismo: en la primavera de 1958, una facción de los militares en Argelia protagonizó un golpe de Estado que desencadenó la caída de la IV República; en 1961, un grupo de las Fuerzas Armadas, también en territorio argelino, organizó un nuevo golpe de fuerza, conocido como putsch, contra el general Charles de Gaulle. El eco y alcance de tales eventos supera con creces la trascendencia de las controvertidas tribunas que, por ahora, no son más que una provocación sin consecuencias reales.

1988, militares contra François Mitterrand

presidente saliente, François Mitterrand
principio de neutralidad

La operación mediática fue organizada por un grupo de reflexión cercano a la mayoría de derechas de la época. Tras ganar las elecciones, Mitterrand optó por ignorar el asunto y su ministro de Defensa, Jean-Pierre Chevènement, zanjó la cuestión con una carta enviada a los promotores de la iniciativa advirtiéndoles de que serían expulsados de sus cargos en caso de reincidencia. Treinta y tres años después, detrás de la polémica aparece la extrema derecha y en respuesta, en lugar de silencio y advertencias, el Gobierno promete "sanciones ejemplares"

"Una tribuna política de extrema derecha"

"Es un burdo complot político", estimó la ministra de las Fuerzas Armadas, Florence Parly, tras la aparición del segundo texto cuyos firmantes permanecen en el anonimato. Solo la publicación ultraconservadora Valeurs Actuelles conocería su identidad. "[...] Esta tribuna utiliza toda la retórica, el vocabulario, el tono, las referencias de la extrema derecha", subrayó. En la misma línea, el ministro del Interior, Gérard Darmanin, denunció una "grosera maniobra" de cara a los comicios regionales y las elecciones presidenciales de 2022, acusando a sus instigadores de "hacer política". Para el primer ministro, Jean Castex, no hay lugar a dudas: "Es una tribuna política de extrema derecha, llamemos a las cosas por su nombre [...] ¿Afirman hablar en nombre de los militares? ¡Todos podemos llamarnos soldados y firmar una tribuna anónimamente! [...] Que se presenten y asuman su responsabilidad si consideran que lo principal está en juego", lanzó en las páginas de Le Parisien

Desde la oposición, el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, asumió sin tibiezas su posición: "Ahora hay militares en activo que quieren firmar una petición anónima. Son facciosos y cobardes [...] Digo lo que haré si soy elegido [presidente]: purgar el Ejército de sus miembros facciosos". En el polo opuesto, Marine Le Pen no sólo aplaudió sendas iniciativas, también aseguró compartir sus preocupaciones, entre ellas la incubación de una guerra civil en territorio francés, e invitó a los militares descontentos a sumarse a sus filas. La derecha conservadora encarnada por Los Republicanos (LR) también respaldó los polémicos textos. "Podemos juzgar que es [un gesto] inapropiado por parte de aquellos en servicio activo [...] Pero me parece indigno que se estigmatice a los soldados franceses para intentar ocultar la realidad que describen: el riesgo de guerra civil en ciertos barrios islamizados", escribió el líder de LR en el Senado, Bruno Retailleau, en Twitter.

Y mientras unos y otros tratan de sacar partido a la controversia con la vista puesta en los próximos comicios presidenciales, la publicación ultraconservadora, en el epicentro del debate, intenta de lavarse las manos: "No se trata de una historia de ruido de botas, de un golpe de Estado, sino de un valle de lágrimas que no deja de crecer con cada nueva tragedia y del que nosotros, en Valeurs Actuelles, somos testigos". Un mensaje idéntico al proclamado por sus ahora populares tribunas con aires propagandísticos. 

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