Tercera ola de coronavirus

Francia inicia la desescalada con la vuelta a clases de los alumnos de preescolar y primaria

6,6 millones de estudiantes de infantil y primaria vuelven a clase tras tres semanas de cierre destinadas a frenar la tercera ola de covid-19

Las autoridades francesas han prometido realizar 400.000 test de saliva semanales para evitar nuevos focos de contagio en los establecimientos escolares

Varios niños esperan para entrar a clase este lunes en Francia.

Varios niños esperan para entrar a clase este lunes en Francia. / Reuters

Irene Casado Sánchez

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Tras tres semanas de cierre destinadas a frenar la tercera ola de coronavirus en Francia, los alumnos de preescolar y primaria han vuelto a clase este lunes. A pesar de la alta presión hospitalaria, con más de 6.000 pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos por coronavirus, Emmanuel Macron y su Gobierno no han querido renunciar ni postergar la vuelta a clase de 6,6 millones de estudiantes, la primera etapa de su “prudente y progresivo” calendario de reapertura. 

"La escuela permite luchar contra las desigualdades sociales. Por eso nuestros niños deben poder seguir yendo, con un protocolo estricto. ¡Buena vuelta a todos!", escribió Emmanuel Macron en su cuenta de Twitter esta misma mañana. El Ejecutivo presentó dicho protocolo reforzado el jueves 22 de abril, cuatro días antes de la reapertura de los establecimientos escolares, un margen de tiempo considerado insuficiente por profesores y padres que temen una importante falta de planificación.

Un caso positivo, un aula cerrada

“Hoy, el número de casos de covid-19 es superior al que había antes de que se cerraran los colegios el 5 de abril, y sin embargo se reabren sin un protocolo diferente al que había en esa fecha”, lamenta la asociación de padres de alumnos FCPE en un comunicado. Aunque esta afirmación no es correcta, la tasa de contagios asciende a una media de 32.400 casos diarios en la última semana frente a los 39.000 positivos al día registrados la semana anterior al cierre de las escuelas, las cifras no son nada alentadoras y las normas sanitarias son muy similares a las dictadas antes del cierre de los centros escolares.

El protocolo en cuestión prevé la clausura inmediata de un aula cuando se detecte un caso positivo entre los estudiantes. Esta medida "provocará necesariamente un cierto número de cierres, pero evidentemente es mucho mejor tener el 1% de las clases cerradas que tener el 100% de las escuelas [clausurada]”, justificó el ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, la semana pasada.

La clausura temporal de un aula, considerada como un mal menor por las autoridades francesas, es un verdadero quebradero de cabeza para las familias. “¿Cómo van a poder [padres y madres] cuidar de sus hijos que tendrán que quedarse en casa de un día para otro? ¿Cómo van a seguir aprendiendo los alumnos si los programas no han sido adaptados?”, se interroga, sin encontrar respuestas, la organización FCPE.

Evitar nuevos focos de contagio

La vuelta a clase entraña un importante riesgo: la multiplicación de los focos de contagio. Para evitarlos, el primer ministro, Jean Castex, ha prometido la realización de 400.000 test de saliva semanales destinados al personal educativo y a los estudiantes de los departamentos donde la covid-19 registra una mayor incidencia.

A esta estrategia de detención, se añade una nueva norma en el funcionamiento de los comedores escolares, “el eslabón débil, no del protocolo sanitario, sino de la vida cotidiana”, en palabras del ministro de Educación Nacional. Considerando que los almuerzos escolares son “una cuestión social y una cuestión de salud” para muchos estudiantes, los comedores permanecerán abiertos siempre y cuando se respete una distancia de dos metros entre los comensales. Eso sí, Jean-Michel Blanquer ha invitado a las familias que puedan permitírselo a prescindir de la cantina.

Segunda etapa de la desescalada

Las clases de secundaria y bachillerato también se reanudaron este lunes, pero a distancia. Los estudiantes tendrán que esperar hasta el próximo 3 de mayo, fecha de la segunda etapa de la desescalada, para volver a las aulas que, en la mayoría de los casos, sólo podrán acoger a la mitad de su aforo.

Mientras tanto, el Gobierno trata de acelerar las labores de inmunización entre el personal docente. Desde el sábado 17 de abril, los profesores de más de 55 años son considerados personas prioritarias en la campaña de vacunación, pudiendo acceder a un sistema de “citas” reservadas únicamente a ellos en los centros de vacunación. Una medida que no convence a los sindicatos: “sólo el 16% de los profesores y auxiliares de niños con discapacidades tienen más de 55 años”, indica el Sindicato Nacional de Escuelas Secundarias (SNALC), que exige dar prioridad a los maestros sin límite de edad.