Tensión en Downing Street

El exprincipal asesor de Johnson acusa al primer ministro de presuntas irregularidades

Dominic Cummings afirma que al líder Tory de falta de "integridad" y "competencia" e que intentó recibir donaciones para la reforma de su apartamento privado

El que fuera mano derecha del 'premier' tiene previsto declarar bajo juramento ante el comité del Parlamento que analiza la gestión del Gobierno sobre la pandemia

Boris Johnson en el Parlamento británico.

Boris Johnson en el Parlamento británico. / Efe

Begoña Arce

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Boris Johnson se ha topado con un temible enemigo. Un especialista en liquidar adversarios. El primer ministro británico está ahora en el punto de mira de alguien que conoce sus secretos, intimidades, trapicheos y puntos débiles. El tenebroso Dominic Cummings retornó el viernes a escena en la política británica, tan abruptamente como había salido el pasado otoño. Quien hasta hace unos meses fue mano derecha del 'premier', su principal asesor, el hombre que mandaba en Downing Street más que casi todos los miembros del gobierno juntos, acusó a Johnson de no tener ni "la competencia" ni "la integridad que el país merece” y de haber actuado “quizás ilegalmente”. Cummings dice estar dispuesto a declarar bajo juramento cuando comparezca el próximo 26 de mayo ante un comité del Parlamento que analiza la gestión del Gobierno sobre el covid. Su testimonio puede ser devastador para Johnson.

Arreglos fiscales

La ira fulminante de Cummings se desató cuando tres periódicos nacionales, con información suministrada por la oficina del primer ministro, le acusaron de haber filtrado unos mensajes de texto comprometedores entre Johnson y el industrial billonario James Dyson, famoso fabricante de aspiradores. El empresario, figura destacada en favor del Brexit, que ahora opera sus empresas de tecnología desde Singapur, reclamaba exenciones fiscales para su compañía, cuando al principio de la pandemia le pidieron que fabricara urgentemente respiradores.

El asunto de los impuestos no era un obstáculo, le dijo Johnson desde su móvil. “Yo te lo arreglo”. En otro mensaje le urgía: “¡¡¡Rishi dice que ya está todo arreglado!!! Te necesitamos aquí”. Rishi Sunak, el ministro de Finanzas, declararía poco después en el Parlamento que no habría ventajas fiscales para nadie que contribuyera en la lucha contra el coronavirus.

Cummings ha negado que fuera quién filtró los mensajes. El exconsejero había sido cesado en noviembre tras enfrentarse con la novia de Johnson, Carrie Symonds, quien terminó ganándole el pulso.  "El golpe de Carrie", decía la portada de la revista Tatler, que aludía a ella como “la mujer más poderosa de Gran Bretaña”. Cummings abandonó la residencia del primer ministro por la puerta principal, ante decenas de cámaras, cargando ostensiblemente una caja de cartón llena de documentos. Ahora parece llegado el momento de empezar a tirar de agenda, notas y mensajes archivados.

Decoración con donaciones políticas  

El primer zarpazo lo lanzó el viernes desde su blog. Una de las acusaciones contra Johnson es que éste tenía un plan “poco ético, estúpido y posiblemente ilegal” para que mecenas del Partido Conservador “pagaran secretamente” la decoración y los muebles del apartamento privado de Johnson y Symonds (65.000 euros), tarea a la que ella estaba entregada. Aquello “rompía con todas las reglas existentes respecto a la transparencia de donaciones políticas”.

Los portavoces oficiales dirían más tarde que Johnson había costeado las reformas. Cummings cuestiona la profesionalidad del mandatario al que puso el Brexit en bandeja y al que ayudó a ganar arrasadoramente en las pasadas elecciones generales. “Es triste ver lo bajo que ha caído el primer ministro y su equipo en lo que se refiere a los niveles de competencia e integridad que este país merece”.

"Nadie dice la verdad"

Los ataques de Cummings llegan en un momento de malestar entre los ‘tories’, por acusaciones de amiguismo, uso de influencias y falta de transparencia. Casos como el del exprimer ministro David Cameron enviando mensajes al actual titular de Finanzas y otros dos ministros pidiendo ayuda pública para la financiera Greensill, que él asesoraba y acabaría quebrando.

 El exfiscal general, Dominic Grieve, excluido del Partido Conservador por oponerse al Brexit, acusó el sábado al actual Gobierno de “ausencia de integridad” y a Johnson de haber transformado el despacho oficial en “una camarilla de amigotes”. Otro diputado conservador, Johnny Mercer, señaló después de ser cesado esta semana como Secretario de Estado de Defensa, que el ambiente en el actual Gobierno “es el menos fiable y el más horrible en el que he trabajado nunca. Prácticamente nadie dice la verdad”.