El trágico recuerdo del Kursk y el Ara San Juan empaña la búsqueda del submarino indonesio

La Marina rusa tardó horas en iniciar el rescate tras la doble explosión en el submarino nuclear, y Moscú rechazó durante las primeras jornadas la ayuda internacional

Un tribunal debe determinar la responsabilidad del exprespdente Macri y su ministro de Defensa en el hundimiento del sumergible argentino

el submarino kursk

el submarino kursk / periodico

Marc Marginedas

Marc Marginedas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El mundo sigue con atención la búsqueda del submarino indonesio desaparecido este miércoles en las profundidades de las aguas de Bali. Son cada vez menos las esperanzas que se mantienen de encontrar a sus tripulantes con vida. El desastre del Nanggala-402 no ha sido el primero que ha tenido al mundo entero en vilo, antes fueron el Kursk y el Ara San Juan

Kursk, el desastre inaugural de putin

Apenas llevaba Vladímir Putin ocho meses en el cargo de presidente de Rusia cuando afrontó su primera crisis de envergadura. El submarino 'Kursk', con 118 tripulantes a bordo, se hundió durante unas maniobras navales que tenían lugar en el mar de Barents el 12 de agosto de 2000. Un torpedo defectuoso provocó dos explosiones que destruyeron por completo los compartimentos de proa de la nave. Tan solo 23 marinos situados entre los compartimentos seis y nueve sobrevivieron a las deflagraciones y se refugiaron en la popa del submarino. Se sabe que al menos permanecieron vivos seis horas, antes de que se declarase un incendio y se consumiera todo el oxígeno que les quedaba.

Tanto el propio jefe del Estado, como el mismo Ejército ruso, hicieron gala de una palmaria falta de reflejos a la hora de afrontar la catástrofe. El líder del Kremlin tardó cinco días en suspender sus vacaciones, mientras que la Marina rusa no inició los trabajos de rescate hasta horas después del incidente. Durante las primeras jornadas, Moscú rechazó las ofertas de ayuda de ayuda procedentes de Noruega y el Reino Unido y solo las aceptó también cinco días después del accidente.

Los familiares de las víctimas criticaron duramente la gestión y la improvisación de las autoridades, que tardaron una semana en reunirse con las familias. Las dramáticas imágenes de Nadezhda Tylik, la madre de uno de los marineros, exigiendo explicaciones e increpando al entonces viceprimer ministro Iliá Klebánov durante la reunión, antes de que una mujer, por detrás y sin advertencia previa, le inyectara un tranquilizante y aquélla perdiera el conocimiento dieron la vuelta al mundo, y fueron difundidas en el extranjero antes de la propia Rusia.

Ara San Juan, tragedia en Argentina

El hundimiento del submarino ARA San Juan en aguas australes de Argentina, el 15 de noviembre de 2017, es un drama que todavía puede deparar consecuencias políticas: un tribunal patagónico debe determinar las responsabilidades del entonces presidente, Mauricio Macri, y su ministro de Defensa, Oscar Aguad. El ARA, como se lo llegó a conocer, fue un submarino de fabricación alemana, de propulsión diésel-eléctrica convencional con sistema snorkel. La Armada argentina lo adquirió en 1985, tres años después de la guerra de las Malvinas con Gran Bretaña, por su capacidad para repeler submarinos y realizar operaciones de minado.

El ARA se hundió como consecuencia de una implosión con 44 personas a bordo (43 hombres y una mujer). La Armada perdió su rastro cuando se trasladaba desde Ushuaia, en el extremo sur de este país, hacia la base ubicada en la localidad balnearia de Mar del Plata, a 400 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.  Un año más tarde, el Gobierno contrató a la empresa privada Ocean Infinity. Tras semanas de ardua labor encontró al submarino a 907 metros de profundidad y a 600 kilómetros de la localidad patagónica de Comodoro Rivadavia. En noviembre de 2020, el contralmirante retirado Luis Enrique López Mazzeo, reveló ante la justicia que las autoridades políticas conocían la ubicación del submarino 20 días después de su desaparición gracias a informaciones de un buque chileno. Un Consejo de Guerra ha sancionado a los altos mandos de la Armada en 2017 por su responsabilidad en el desastre. Se cree que el ARA no estaba en condiciones de seguir navegando como lo hacía.