Distensión en el este

Moscú ordena la retirada de las tropas de la frontera de Ucrania

Tras semanas de concentración alarma, Rusia ordena el regreso de los efectivos militares a sus bases

Putin acepta reunirse con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski para "hablar de las relaciones bilaterales"

La escalada de tensión ha empujado al Gobierno de Kiev a pedir a Occidente que acelere su ingreso en la OTAN

ucrania rusia

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Marc Marginedas

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Llega el momento de la distensión en las regiones fronterizas entre Ucrania y Rusia, tras semanas de alarma ante la enorme concentración de efectivos militares desplegados por el Kremlin. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, ha ordenado este jueves el regreso de las tropas a sus bases permanentes, coincidiendo con unas maniobras militares de grandes dimensiones en la península de Crimea, anexionada por Rusia en el 2014. En los últimos días, el Gobierno de Kiev había demandado reiteradamente a sus aliados occidentales que redoblasen las presiones y advertencias sobre el presidente ruso Vladímir Putin para disuadirle de lanzarse a una nueva aventura bélica, atacando o anexionándose territorios bajo soberanía ucraniana.

"Creo que los objetivos de esta inspección sorpresa han sido logrados por completo; las tropas han demostrado su capacidad de proveer al país de una defensa creíble", ha proclamado el responsable ruso. "A este respecto, he decidido completar las inspecciones en los distritos (militares) oeste y sur", ha continuado. De acuerdo con las palabras del titular de Defensa ruso, la retirada se habrá completado el 1 de mayo, al inicio de un periodo vacacional en Rusia que culmina el 9 de ese mes con la celebración del Día de la Victoria, en el que el país conmemora el triunfo de laangtitua URSS sobre la Alemania nazi.

Según la Unión Europea (UE), Rusia había concentrado en las regiones colindantes con Ucrania hasta 100.000 militares, un despliegue incluso superior al que realizó hace siete años, cuando se anexionó Crimea y encendió la mecha de la guerra en las regiones rusófonas del este de Ucrania. Unas imágenes satélite difundidas por 'The Wall Street Journal' hace unos días daban cuenta de las dimensiones del dispositivo bélico allí enviado: Decenas de cazabombarderos Sujói Su-34 alineados en un aeródromo militar en Morozovsk, a un centenar de kilómetros de la frontera, hospitales de campaña y helicópteros de combate estacionados en un campo de entrenamiento de Opuk, en Crimea, tropas aerotransportadas, brigadas motorizadas...

Juegos de guerra

Estos juegos de guerra han sido percibidos como una grave amenaza por Ucrania y han empujado a su presidente, Volodímir Zelenski, a demandar a la OTAN que agilice el ingreso del país en la alianza militar. Tanto el presidente estadounidense, Joe Biden, como los principales aliados europeos de Kiev han mostrado su apoyo a la integridad territorial ucraniana y han advertido a Putin de las graves consecuencias que acarrearía una operación bélica contra el país vecino. En un signo adicional de que las aguas comienzan a volver a su cauce, el presidente ruso, Vladímir Putin, se ha declarado dispuesto a recibir en Moscú a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, aunque solo para hablar de "las relaciones bilaterales".

El Kremlin califica de "golpe de Estado" la revolución de Maidán, que propició la caída del gobierno prorruso en Kiev hace ya siete años, tal y como verbalizó el miércoles el propio Putin durante su discurso sobre el estado de la nación. Idéntica consideración le merecen las protestas de la oposición del pasado verano en Bielorrusia, denunciando asimismo una supuesta tentativa para asesinar al presidente Aleksándr Lukashenko de la que no ofreció pruebas. Un día después de pronunciar semejantes acusaciones, Putin se ha reunido con el jefe del Estado bielorruso en Moscú para mantener unas conversaciones que se prolongarán hasta entrada la noche.