Tensión racial en EEUU

Un vídeo muestra cómo un policía de Chicago mató a un niño de 13 años que tenía las manos levantadas

El caso de Adam Toledo, que murió el 29 de marzo, había desatado ya indignación y protestas en la ciudad para exigir la publicación de las imágenes

"Adam cumplió la orden del policía (...) El agente vio que sus manos estaban levantadas y apretó el gatillo", denuncia la abogada de la familia

Un video de la Policía de Chicago muestra a un agente disparando fatalmente a Adam Toledo, de 13 años, cuando el niño tenía las manos en alto

Idoya Noain

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Adam Toledo era un chico hispano de 13 años. En la madrugada del 29 de marzo murió en un callejón de su barrio de La Villita, en el West Side de Chicago, por un disparo de Eric Stillman, un agente de policía. Más de dos semanas después de ese fatal encuentro, marcadas por vigilias y protestas en la ciudad y demandas para que se hicieran públicas las imágenes grabadas por las cámaras de los agentes, esa publicación llegó este jueves. Y las imágenes, estremecedoras, parecen confirmar que Toledo tenía un arma en el momento de la persecución pero también muestran que el menor la habría tirado detrás de una valla y, rompiendo la narrativa oficial que se había propagado durante más de 15 días, ratifican que estaba desarmado y con las manos en alto cuando Stillman apretó el gatillo.

La publicación de ese y otros vídeos y documentos por parte de la Oficina Civil para la Responsabilidad de la Policía, una agencia independiente, ha desatado un profundo debate en Chicago, que con 131 homicidios entre enero y marzo ha tenido su arranque de año más violento desde 2017 y vive con un problema real con las armas de fuego y la violencia de bandas. Pero la edad de Toledo, que es la víctima más joven de las balas de la policía de Estados Unidos desde 2017; el hecho de que un fiscal llegara a asegurar en un tribunal que tenía la pistola en la mano en el fatídico momento, o que durante dos semanas muchos se hubieran dedicado a criticar y cuestionar a la madre de Toledo y hasta al propio menor, han incendiado los ánimos de Chicago, aunque las llamadas a la "calma" y la "paz" que el jueves hicieron la alcaldesa, Lori Lightfoot, y la familia de Toledo, tuvieron eco y el jueves no hubo manifestaciones violentas.

La ciudad tiene en su historia reciente la lacra de más de un año de falsificación y ocultación de cómo murió otro menor, el adolescente negro de 17 años Laquan McDonald, que fue abatido por 16 disparos de un policía. Y aquel caso llevó a investigaciones que confirmaron la cultura de "excesiva violencia" de la policía con sospechosos de minorías y a promesas de reformas policiales, acordadas ante los tribunales, que por ahora han quedado en papel mojado.

El caso de Toledo, además, suma indignación en un país que ya estos días vive con tensión racial renovada mientras se produce el juicio al expolicía blanco Derek Chauvin por la muerte de George Floyd en Mineápolis, donde el pasado domingo otra policía blanca mató al joven negro Daunte Wright.

"Cumplió la orden del policía"

Stillman acudió al callejón tras una llamada alertando de que se habían oído disparos. Él corrió tras Toledo y otro agente detuvo a Ruben Roman, un joven de 21 años que estaba con el menor y ha sido imputado con varios cargos. Conforme se ve en el vídeo que grabó su cámara, Stillman va gritando a Toledo mientras corre detrás de él: "¡Para. Para en este puto momento. Manos. Muéstrame tus putas manos. Tírala, tírala!". En cuestión de un segundo, el disparo.

Lo que se ve en esas y otras imágenes facilitadas por la agencia independiente es que Toledo había tirado tras la valla lo que llevaba y se volvía hacía al policía con las dos manos en alto. "Adam cumplió la orden del policía", ha dicho Adeena Weiss-Ortiz, la abogada de la familia, que ha calificado de "irrelevante" que estuviera armado. "Si lo que tenía era una pistola la tiró y se volvió. El agente vio que sus manos estaban levantadas y apretó el gatillo".

Stillman, un antiguo militar que entró en el Departamento de Policía de Chicago en 2015, ha sido relevado de las calles durante 30 días y se le han encomendado labores administrativas.