FIN DEL CONFINAMIENTO

Los británicos celebran la reapertura de pubs y tiendas después de más de tres meses de cierre

Las temperaturas gélidas no impidieron que algunos tomaran las primeras pintas en la terraza del pub a media noche

Las calles comerciales registran largas colas desde primera hora y las peluquerías hacen lleno completo

Ciudanos londinenses saborean su cerveza en un pub

Ciudanos londinenses saborean su cerveza en un pub / REUTERS / PETER CZIBORRA

Begoña Arce

Begoña Arce

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El lunes a la hora del desayuno algunos ingleses ya llevaban unas cuantas pintas etílicas encima. A pesar de las temperaturas bajo cero en muchos lugares de Inglaterra y los copos de nieve que cayeron en Londres al alba, varios pubs y beer gardens (literalmente jardines de cerveza), abrieron a medianoche para brindar por el fin de más de tres meses de confinamiento, que ha puesto a prueba la paciencia de los británicos. Uno de los que no espero a ver la luz del día fue el Oak Inn de Coventry, pero su éxito, con una fila de más de un centenar de personas bebiendo a cielo raso en el exterior del local, ha escamado a las autoridades municipales. El pub está bajo investigación por si se ha saltado las normas de seguridad.  

En otros bares la apertura nocturna fue el gran momento del reencuentro. “No sabíamos si iba a funcionar, si iba a venir alguien. Era medianoche, hacía un frio gélido, pero todo el mundo ha venido y no hay una mesa libre”, contaba antes las cámaras de la BBC el patrón de Showtime, en Huddersfield, una ciudad de 160.000 habitantes en el norte de Inglaterra. Un cliente canoso, con pañuelo de colores al cuello, explicaba que había pasado todo este tiempo encerrado en casa sin ver a nadie. “Sólo he salido para ir a entierros”.

"Volver a trabajar es muy importante mentalmente"

Cuando ya lucía el sol en el The Greyhound Inn de Warslow, en el Peak District, una de las regiones más turísticas del país, hubo ceremonia solemne de apertura, con discurso y toque de gong, entre los aplausos de los clientes que empezaban la jornada con huevos fritos y beicon. Pero salvo excepciones muy contadas, la inmensa mayoría de pubs y bares o retrasaron la apertura o simplemente siguieron cerrados. En el barrio londinense de South Kensington a mediodía el único con la puerta abierta era el Brompton Wine Bar, donde andaban terminando la limpieza y sacando plantas verdes a la acera, junto a las mesas de madera.

La terraza de un pub londinense, abarrotada.

La terraza de un pub londinense, abarrotada. / EFE / EPA / ANDY RAIN

“Abrimos a las cuatro está tarde. Hemos estado cerrados durante más de tres meses, así que hoy es un gran día para nosotros, lo llevábamos esperando desde hacía mucho”, nos dijo Simona, una de las empleadas. “Mentalmente, el volver a trabajar es también muy importante. Tienes algo diferente en lo que pensar”. La Asociación Británica de Pubs y Cerveceros ha advertido que solo el 40% de los establecimientos ingleses tienen espacio exterior suficiente como para que consideren rentable el reabrir antes del 17 de mayo. Incluso entonces, cuando se pueda beber y comer en el interior, están por decidir las normas que regirán para evitar los contagios. El Gobierno se muestra remiso a imponer un certificado de vacunación o algún tipo de test a la entrada, pero cada propietario puede implantar en su local las normas que considere convenientes.

Largas colas

El gran boom, en el día del retorno a una cierta normalidad, tuvo lugar en las calles comerciales. En Sheffield, Birmingham, Nottingham o en Portsmouth, desde las siete del mañana había largas colas, como en los días de rebajas, en las tiendas de ropa a bajo precio de Primark, o en las de prendas deportivas como JD Sports. En el TK Maxx de King Street en Londres las siete cajas abiertas no daban abasto para atender a los que esperaban cargados con cestas enteras llenas de ropa, zapatos y utensilios para la casa.

Larga cola para comprar en una tienda londinse después de tres meses de cierre. 

Larga cola para comprar en una tienda londinse después de tres meses de cierre.  / AFP / GLYN KIRK

En el Ikea de Bristol llegó a haber 1.000 personas esperando en fila para poder entrar. El número de los que deambulaban a las 10 de la mañana por las zonas comerciales era el triple, comparado con el pasado lunes y sólo un 15% menos que los niveles del 2019, de acuerdo con los analistas de Springboard. Está por ver si la avidez compradora dura y es sostenible. Muchos de los que salieron de compras se encontraron con un escenario muy distinto al que dejaron.  Cadenas enteras con mucho tirón,  como Topshop, Wallis, River Island o Next se han hundido. El sector perdió 180.000 puestos de trabajo el año pasado.

Aumento del riesgo

Quienes no van a tener demasiados problemas en recuperar el ritmo del negocio son las peluquerías. En la mayor parte de los salones las citas ya están reservadas para las próximas semanas. Uno de los primeros en cortarse el pelo fue Boris Johnson, aunque la mejora resultó mínima, como pudo comprobarse en su comparecencia en el Parlamento. 

El primer ministro hizo un llamamiento a los ciudadanos para que actúen “de manera responsable” a fin de evitar una nueva ola y otro confinamiento. Algunos científicos creen prematura la desescalada. El doctor Mike Tildesley, que estudia los mecanismos para la transmisión de infecciones, advirtió que cualquier forma de reapertura “puede llevar a un aumento del riesgo”.