Extrema derecha

Las claves del aumento del apoyo a Marine Le Pen entre los jóvenes franceses

La líder ultra gana adeptos entre los electores de 25 a 34 años, pasando de una intención de voto del 23% en 2017 a un 29% en las próximas elecciones presidenciales

La situación económica y la crisis sanitaria son los principales elementos canalizadores en el ascenso de la dirigente política

La líder de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen, conversa con simpatizantes durante una visita a un mercado de Avesnes-sur-Helpe, en el norte de Francia, este viernes.

La líder de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen, conversa con simpatizantes durante una visita a un mercado de Avesnes-sur-Helpe, en el norte de Francia, este viernes. / FRANCOIS LO PRESTI

Irene Casado Sánchez

Irene Casado Sánchez

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En 12 meses los franceses se darán cita en las urnas para elegir a su próximo presidente. Los sondeos vaticinan un nuevo duelo entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen. La ventaja del actual mandatario frente a líder de la extrema derecha es cada vez más reducida, también entre los jóvenes electores.

"Marine Le Pen progresa y lo hace entre categorías de la población que tradicionalmente se oponían a ella, entre los jóvenes y los mayores de 65 años", constata Jean-Yves Camus, politólogo experto en extrema derecha y autor del ensayo Las extremas derechas en Europa. Nacionalismo, populismo y xenofobia.

La abstención es la tendencia dominante entre los franceses de 18 a 24 años, según los datos del instituto de sondeos Ipsos, sólo el 58% tiene intención de ejercer su derecho al voto en 2022, frente al 80% de la población general. El 21% de aquellos que sí acudirán a las urnas votará por el Reagrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen. Entre los electores de 25 a 34 años, la líder ultra ganaría adeptos pasando de una intención de voto del 23% en 2017 a un 29% en las próximas elecciones presidenciales. Entre el conjunto de los votantes, obtendría el apoyo del 27%, frente al 24% que cosecharía Macron.

El recuerdo de Jean-Marie Le Pen se disipa

¿Se debe su éxito a la evolución de su discurso o a un cambio en la sociedad? "La política de desdemonización de Marine Le Pen, que comenzó cuando se convirtió en la presidenta del Frente Nacional en 2011, conoce un incontestable progreso", afirma el politólogo a EL PERIÓDICO. Al lavado de cara del partido ultraderechista, se sumaría la llegada de nuevas generaciones de electores. "Los jóvenes que votan por la formación no han conocido el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, no tienen ningún recuerdo de este partido francamente extremista, no se manifestaron en 2002 entre las dos vueltas de [Jacques] Chirac y Le Pen en las elecciones presidenciales, algunos eran muy jóvenes y otros ni siquiera habían nacido. Para ellos, el Frente Nacional es el partido de Marine Le Pen y en algunos temas como el antisemitismo o la Segunda Guerra Mundial, no comete los mismos errores que su padre", concede el experto.

La estrategia de modernización, alejada de los polémicos comentarios negacionistas de su fundador y destinada a eliminar las connotaciones negativas ligadas al partido, da sus frutos entre la juventud francesa. "El 46% de los jóvenes cree que el RN es un partido honesto […] capaz de tener una visión del futuro de Francia", confirma Frédéric Dabi, director del instituto de encuestas IFOP al diario Le Monde.

Precariedad laboral y sentimiento de abandono

La situación económica y la crisis sanitaria intervendrían como elementos canalizadores en el ascenso y aceptación del discurso ultraconservador. "La situación del empleo juvenil, incluso antes de la pandemia, es muy difícil en Francia. La crisis sanitaria no ha hecho más que empeorar la precariedad económica y laboral", analiza Camus. Para los jóvenes trabajadores, continúa el experto, "la escasa formación desemboca a menudo en empleos precarios y contratos temporales [...] muchos de ellos viven en la provincia, en regiones periféricas y tienen el sentimiento de ser los 'abandonados' de una sociedad que favorece a los jóvenes de la metrópolis con un diploma. Se trata de una verdadera fractura social. Estos jóvenes son muy receptivos a los alegatos proteccionistas y a los argumentos contra la inmigración; para ellos la inmigración es sinónimo de amenaza y competencia".

Para aquellos que aún no han llegado al mercado laboral, la crisis sanitaria se traduce en meses de restricciones y clases a distancia. "Es difícil tener 20 años en 2020", reconoció Macron durante una alocución el pasado mes de octubre, sin conseguir con ello aliviar la sensación de desamparo que predomina entre los estudiantes franceses.

Además, "los jóvenes serán los últimos en recibir la vacuna y teniendo en cuenta que la campaña de inmunización no va muy rápido, el descontento va en aumento". La pérdida de credibilidad de Macron favorece a su rival ultra, que señala desde un segundo plano sus errores y fracasos en la gestión de la pandemia.

Votar por y no contra

De reproducirse el duelo entre Macron y Le Pen, una parte del electorado se encontraría de nuevo en la tesitura de acudir a las urnas únicamente para frenar a la extrema derecha. "Esta cuestión no sólo afecta a los jóvenes -argumenta el politólogo-. Muchos franceses se dicen: en 2002 nos vimos forzados a ir a votar por Chirac contra Le Pen para evitar a la extrema derecha; en 2017, nos vimos moralmente obligados a votar por Macron para hacer barrera contra Marine Le Pen; en 2022, no iremos a votar una tercera vez contra un candidato, queremos votar por un candidato". Este panorama explicaría la preponderancia de la abstención entre los jóvenes votantes que no suscriben la agenda política de ninguno de los eventuales candidatos a la jefatura de Estado y para quienes Marine Le Pen ya no es una amenaza.

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