Crisis sanitaria global

Turquía cierra con polémica por Ramadán

El país eurasiático vive una tercera ola de coronavirus desbocada, con más de 35.000 positivos por covid al día

Los restaurantes y cafeterías están obligados a cerrar durante el mes sagrado del islam, cuando se hace el ayuno, mientras que las mezquitas seguirán abiertas

Turquía cierra por Ramadán

Turquía cierra por Ramadán

Adrià Rocha Cutiller

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Ocurrió la semana pasada, el 24 de marzo, en un palacio de congresos en Ankara, la capital de Turquía. Miles de personas de todo el país se reunieron en el mismo sitio —llevados todos en buses colectivos— para escoger de nuevo al líder: al líder del principal partido de Turquía, el AKP, y el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan.

Mientras Erdogan, hacía su discurso, envalentonando a sus seguidores, estos gritaban, celebraban, cantaban, bailaban: “¡Recep Tayyip Erdogan! ¡Recep Tayyip Erdogan! ¡El que es como parece, el que tiene el poder del pueblo, la esperanza de millones!”, jaleaban los asistentes, muchos de ellos sin la mascarilla —protegiendo no la boca y la nariz, como tiene que ser reglamentariamente, sino solo tapando la barbilla—.

Mientras tanto, fuera del recinto, los casos diarios por coronavirus subían, y se situaban ya en 20.000 positivos al día. Ahora, una semana después, ya están por encima de 35.000, el récord histórico durante la pandemia. Algunas decenas de los asistentes al congreso del AKP han dado positivo, según varias informaciones.

Ha llegado el momento de cerrar. “El incremento del numero de pacientes y de muertes nos fuerza a revisar las medidas existentes. El número de provincias que está en la categoría de riesgo máximo ha llegado a 58 [de un total de 81], representando al 80% de la población”, dijo Erdogan este lunes, cuando anunció las nuevas restricciones:

“Tendremos que hacer algunos sacrificios durante el mes de Ramadán”, dijo el presidente turco. Sus críticos y miembros de la oposición, sin embargo, se quejan todos de lo mismo: los sacrificios tendrán que hacerse, sí, pero no los harán del todo los seguidores de Erdogan.

Diferencias

Y los motivos son sencillos: el presidente turco anunció que los restaurantes, bares y cafeterías cerrarán durante el mes sagrado del islam, el Ramadán, que este año empieza el 13 de abril y termina el 13 de mayo. Los votantes de Erdogan, por lo general islamistas y conservadores, ayunan durante este mes sagrado, y no irían igualmente a comer a ningún restaurante.

Y hay más: las nuevas restricciones obligan a las iglesias del país a cerrar durante esta Semana Santa, y los griegos, armenios y asirios —las comunidades cristianas que habitan en Turquía— no podrán celebrar la Pascua en sus edificios religiosos. Durante el Ramadán, no obstante, las mezquitas seguirán funcionando y recibiendo a gente.

“Nosotros, como trabajadores de la salud, estamos pagando el precio de sus políticas equivocadas”, ha dicho en un comunicado la Asociación de Médicos de Turquía, muy combativa contra el Gobierno desde el inicio de la pandemia.

“[Al mando] vemos a personas que nunca toma las decisiones a tiempo y que no involucra a trabajadores de la salud en el proceso. Vemos a aquellos que aún, tras un año, no rastrean los contactos con ninguna base científica, a los que no proponen un calendario de vacunación claro, a los que no quieren controlar el viaje entre ciudades, a los que llenan congresos, a aquellos que fuerzan a que los trabajadores trabajen sin las precauciones necesarias”, afirma la asociación.

Vacunación alta

Aunque los casos positivos por coronavirus se hayan disparado este marzo en Turquía, y con la curva de casos aún ascendiendo exponencialmente, hay un motivo para la esperanza en el país eurasiático. Y es el ritmo de vacunación. 

Hasta la fecha Turquía ha aplicado ya más de 16 millones de vacunas, a un ritmo de casi medio millón diarias. Son, en total, nueve millones de primeras dosis y casi siete de segundas. Totalmente vacunado está casi el 10% de la población.

Además, el Ministerio de Sanidad turco anunció que el país recibirá 100 millones de dosis hasta mayo, la gran mayoría de las cuales son de la empresa china Sinovac, aunque también habrá de Pfizer/BioNTech y, se espera, de la rusa Sputnik V. Hasta mayo, si los plazos se cumplen, a los turcos les tocará aguantar tanto el hambre como la respiración.