Giro diplomático

Blinken promete un “compromiso inquebrantable” de EEUU con la OTAN

El secretario de Estado de Estados Unidos se compromete en su estreno en Bruselas a trabajar para "revitalizar" la relación trasatlántica

El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, recuerda que ningún continente, ni Europa ni América, puede hacer frente a los desafíos en solitario

Blinken reunión de la OTAN

Blinken reunión de la OTAN / Yves Herman / Efe

Silvia Martinez

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Las continuas amenazas y subidas de tono de Donald Trump contra el resto de países de la Alianza Atlántica, por no aumentar el gasto militar, marcaron el tono de la relación entre Estados Unidos y la OTAN durante los cuatro años que el republicano ocupó la Casa Blanca. La llegada del demócrata Joe Biden ofrece la oportunidad de dejar atrás tensiones y desencuentros y empezar a “reconstruir” y “revitalizar” la relación trasantlántica y es lo que ha ofrecido el secretario de Estado, Antony Blinken, en su primer desembarco en Bruselas.

“He venido aquí para expresar el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la Alianza, que ha sido la piedra angular de la paz, la prosperidad, la estabilidad para la comunidad transatlántica durante más de setenta años. Y he venido a Bruselas porque Estados Unidos quiere reconstruir sus alianzas, en primer lugar con sus socios de la OTAN”, ha dicho Blinken durante la primera reunión ministerial presencial en la sede de la Alianza Atlántica desde hace un año.

Un mensaje que supone un balón de oxígeno para el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que ve en el cambio de tono en Washington “una oportunidad única” para pasar página y abrir un nuevo capítulo en las relaciones trasatlánticas en un momento lleno de desafíos debido a las acciones de desestabilización de Rusia, las amenazas terroristas, los ciberataques, el auge de China o el impacto para la seguridad del cambio climático. “Ningún país ni ningún continente puede hacer frente a estos desafíos en solitario. Ni Europa ni América, pero (sí puede) Europa y América juntas, en la OTAN".

El desafío de Afganistán

Otro de esos desafíos es Afganistán. El acuerdo firmado por Trump y los talibanes en febrero de 2020 establecía el repliegue de las tropas internacionales para el 1 de mayo de 2021 si cumplían una serie de compromisos, como cortar lazos con los terroristas e implicarse en las negociaciones de paz con el Gobierno afgano. Blinken, que también se reunirá con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha confirmado que la decisión está en proceso de revisión y que lo primero que harán es escuchar y consultar con sus aliados de la OTAN.

“Fuimos juntos, nos hemos ajustado juntos y cuando llegue el momento adecuado nos marcharemos juntos”, ha asegurado el secretario de Estado que ha recordado que Biden ya apuntó la semana pasada que cumplir la fecha del 1 de mayo será difícil. “Al margen de decisiones tácticas, estamos unidos con nuestros aliados de la OTAN en la búsqueda de un final responsable a este conflicto” y “estamos determinados colectivamente en evitar que Afganistán se convierta de nuevo en un refugio para los terroristas”, ha asegurado sobre un país en el que también han servido 100.000 soldados no estadounidenses durante estos últimos veinte años. La clave, ha indicado Stoltenberg, serán las conversaciones de paz. “Son frágiles pero son el único camino hacia una solución duradera en Afganistán”.

No en todo, sin embargo, hay sintonía entre la nueva Casa Blanca y los aliados. El presidente estadounidense, Joe Biden, sigue considerando una “mala idea” el proyecto del gaseoducto Nord Stream2, que suministrará gas desde Rusia a Alemania, y así lo ha hecho saber Blinken. “El presidente Biden ha sido muy claro al decir que cree que es una mala idea. Mala para Europa y mala para Estados Unidos. En última instancia es una contradicción con los objetivos de seguridad energética de la UE. Puede socavar los intereses de Ucrania, Polonia y otros aliados cercanos”, ha recordado. “Hay diferentes opiniones en la OTAN sobre el proyecto Nord Stream2. Ha sido el caso durante algunos años. No solo Estados Unidos es crítico. Hay otros aliados también. La realidad es que la OTAN se basa en el consenso y no ha tomado una decisión. No tenemos una posición”, ha zanjado Stoltenberg