La Armada rusa sigue de cerca a fragata española 'Cristobal Colón' en mar Negro

Buques de guerra y aviones de combates persiguiéndose mutuamente, como en los momentos álgidos de la Guerra Fría del siglo pasado. La prensa estatal rusa ha informado este viernes de la entrada en el mar Negro de la fragata española ‘Cristóbal Colon’, puntualizado que está siendo seguida de cerca por buques rusos pertenecientes a la denominada Flota del Mar Negro. El Kremlin considera la irrupción de buques de la OTAN en las aguas de este mar cerrado como un acto hostil que "no contribuye a la estabilidad".

De acuerdo con el escueto comunicado emitido por el Centro Nacional de Dirección de Defensa de Rusia, el ingreso del navío militar español se produjo a las 15.00 horas de este viernes. A finales del pasado mes de febrero, un episodio similar sucedió con la entrada de dos dragaminas de la Marina española y griega, los buques 'Tajo' y 'Europa'. En enero, el destructor 'USS Porter' cruzó los estrechos de Dardánelos y Bósforo, uniéndose a una flotilla estadounidense compuesta por otro destructor, el 'USS Donald Cook', y el buque de aprovisionamiento logístico 'USNS Laramie'.

Convención de Montreux

Moscú sostiene que, de acuerdo con la Convención de Montreux de 1936, los buques de países no ribereños del mar Negro solo pueden navegar durante 21 jornadas en esas aguas. En cambio, la OTAN, por boca de su portavoz, Oana Lungescu, responde que el mar Negro es de "importancia estratégica" para la alianza, ya que "tres países miembros" -Turquía, Bulgaria y Rumanía- y otros dos con los que mantiene "estrechas relaciones" -Ucrania y Georgia- son "estados litorales". También sostiene que dichas patrullas navales son la respuesta "defensiva" al reforzamiento del dispositivo militar ruso en el mar Negro.

Pese a la creciente militarización de la zona, las tensiones no se han desbordado y no se ha producido ningún incidente o episodio de crisis desde la reanudación de las tensiones con Moscú a raíz de la anexión de Crimea en el año 2014. En algunos casos, navíos estadounidenses llegan a recalar en el puerto ucraniano de Odesa, en territorio de la antigua URSS, irritando a la parte rusa.