Visita histórica

El Papa llega a Irak: "Era un deber visitar esta tierra martirizada"

Francisco aterriza en el país árabe, donde estará hasta el lunes y donde espera visitar a las comunidades cristianas del lugar además de a líderes musulmanes.

"Que se callen las armas", clama el Pontífice en su pimer discurso ante las principales autoriades políticas del país

El papa Francisco desciende del avión a su llegada a Bagdad, este viernes.

El papa Francisco desciende del avión a su llegada a Bagdad, este viernes.

Adrià Rocha Cutiller

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Antes de su llegada a Irak, con el país decorado para la ocasión y con un despliegue de fuerzas de seguridad como nunca antes, el papa Francisco ha hablado: "Era un deber ir a esta tierra martirizada", ha dicho el Pontífice en el avión que le llevaba a Bagdad, donde ha aterrizado este viernes al mediodía. "Que se callen las armas", ha clamado el Pontífice en su primer acto ante las principales autoriades políticas del país.

Desde este viernes y hasta el lunes, el Papa visita por primera vez el país árabe, en un viaje tan peligroso como histórico. Peligroso porque en Irak la incidencia de casos de coronavirus ha incrementado en los últimos meses; y peligrosa, también, porque el país está sufriendo una ola de ataques a uno y otro lado entre Estados Unidos y las Fuerzas de Movilización Populares (FMP), las milicias chiís apoyadas por Irán. Además, aunque el Estado Islámico fuese derrotado militarmente hace tres años, en territorio iraquí siguen escondidos yihadistas en células durmientes: las emboscadas a fuerzas de seguridad en carreteras son comunes.

La visita también será histórica, porque esta es la primera vez que un Papa visita el país árabe. No es que otros no lo hayan intentado: Juan Pablo II quiso ir en el año 2000, pero Saddam Husein no lo permitió; Benedicto XVI fue después invitado, pero la guerra no se lo permitió. Ahora, este viernes, le ha llegado el turno a Francisco.

Agenda apretada

Y su agenda está apretada al milímetro. Este viernes, tras aterrizar en Bagdad, el Papa ha reunido con el presidente iraquí y su primer ministro, para los que la visita papal es extremadamente importante para ganar legitimidad y conseguir mantenerse en el poder tras un año de protestas masivas y dimisiones gubernamentales en bloque: en octubre de 2021 Irak celebrará elecciones parlamentarias.

"Su santidad es nuestro huésped. Es una oportunidad histórica para la paz, la cooperación, para la tolerancia y para el entendimiento entre todos los componentes de nuestra sociedad", ha dicho, ante Francisco, el presidente iraquí, Brahim Saleh, que ha continuado: "Los iraquís somos los nietos de Abraham, y nunca aceptaremos que la religión sirva como pretexto para practicar actos de terror. Su santidad, ha llegado a un país que intenta curar sus heridas".

Tras la bienvenida, le ha tocado al Papa hablar: "Vengo aquí como un penitente, pidiendo perdón y humildad. Soy un peregrino de la paz en nombre de Dios y de Cristo. Aquí, muchos han sufrido. Inocentes han sido perseguidos. Tenemos que ver que todos somos parte de la misma familia, la de la humanidad, y que juntos debemos crear un mundo mejor. Esto incluye todas las diferentes religiones, etnias y sociedades".

Ante sus anfitriones, el Papa ha condenado "una barbarie insensata y deshumana" perpetrada en Irak, la antigua Mesopotamia, "cuna de la civilización". "Basta de violencia, de extremismos, de facciones, de intolerancias", ha dicho el papa. Basta también de "corrupción", el motivo por el que cientos de miles de iraquíes manifestaron a fines de 2019.

Después, Francisco se ha reunido con curas y obispos iraquís y, en los próximos días, visitará la ciudad sagrada de Nayaf -donde se reunirá con el ayatolá Al Sistani-, la capital del Kurdistán iraquí, Erbil -donde celebrará el domingo una misa con 10.000 personas en el estadio de la ciudad- y Mosul, donde en 2014, hace no tanto, un tal Abu Bakr al Bagdadi declaró ante el mundo el nacimiento de un nuevo Estado en la región: el Estado Islámico.

Encontrarse con los cristianos

Pese a la agenda apretada del pontífice, el objetivo del viaje es uno y claro: encontrarse, dar visibilidad y mostrar su apoyo a la comunidad cristiana iraquí que, antes de la invasión estadounidense del país, en 2003, era de cerca de 1,5 millones de personas y ahora, 2021, consiste en algo más de 250.000

Como todos los demás iraquíes, los cristianos sufrieron la guerra infinita que azota al país desde 2003. Y también, como los demás, vieron como el EI se adueñaba de un cuarto del territorio total de Irak. Muchos pueblos de mayoría cristiana fueron tomados por los yihadistas. Sus lugareños se exiliaron. 

“La visita del Papa sirve para apoyar a los cristianos en Irak para que se queden, para decirles que no han sido olvidados. El Papa quiere que tengan esperanza”, dijo esta semana pasada a la prensa el cardenal Luis Sako, patriarca de la iglesia caldea local. 

Despliegue de seguridad

Ante la visita papal y para evitar aglomeraciones, Irak ha decretado que este fin de semana sea de cuarentena total en todo el país. La necesidad absoluta del gobierno iraquí es evitar cualquier incidente, ya sea en forma de virus o de ataque.

“Esta visita es realmente importante para nosotros y dará una buena perspectiva de lo que es Irak porque todo el mundo estará mirando. Esto nos motiva para conseguir que esta visita ocurra con toda paz y seguridad”, ha dicho Tahsin al Jafayi, portavoz de las fuerzas de seguridad iraquís. De momento, por una parte, puede respirar tranquilo: las FMP, las milicias chiís pro-Irán, han anunciado que no realizarán ninguna acción mientras Francisco esté en territorio iraquí. A partir del lunes, eso ya será otra cosa.