Primer aniversario

Alemania recuerda a las víctimas del atentado racista de Hanau

Muchas preguntas siguen pendiendo sobre el peor ataque ultraderechista del país en décadas

Los expertos dudan de que fuera una "lobo solitario" y recuerdan la "continuidad ideológica" con otros atentados

Vea el videoanálisis de Andreu Jerez sobre el primer aniversario del atentado de Hanau

Mural en homenaje a las víctimas del atentado de hace un año, este martes en Hanau.

Mural en homenaje a las víctimas del atentado de hace un año, este martes en Hanau. / RONALD WITTEK

Andreu Jerez

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Alja Kurtović duda cuando se le pregunta si vive con miedo. "Honestamente, no sé si estoy suficientemente protegida por el Estado. La sensación de seguridad sería mayor su supiésemos cómo pudo ocurrir algo así". Es la hermana de Hamza Kurtović, una de las 10 víctimas mortales del atentado de Hanau, el peor ataque ultraderechista sufrido en Alemania desde la bomba que golpeó la Oktoberfest de Múnich el 26 de septiembre 1980 -con 13 muertos y más de 200 heridos-.

Al filo de las 10 de la noche del 19 de febrero del 2020, Tobias Rathjen, un ciudadano alemán de 43 años con licencia de armas, se desplazó con su coche hasta el centro histórico de Hanau, una pequeña ciudad del estado de Hesse, en el oeste de Alemania. Allí se dirigió a dos locales frecuentados por alemanes con raíces migratorias y por extranjeros. Disparó a discreción contra la clientela. Mató a tres personas e hirió a otras tantas.

Después de los primeros disparos, huyó con su vehículo hacia otra parte de Hanau. Tras sospechar que un coche lo seguía, decidió ejecutar a su conductor. Minutos después, Rathjen repitió la primera parte de su plan: abrió fuego contra la clientela de otro bar y de un quiosco vecino dejando cinco muertos más. Finalmente, condujo hasta su casa. Allí asesinó a su madre y se suicidó de un disparo, según la policía.

Videoanálisis de Andreu Jerez sobre el primer aniversario del tiroteo de Hanau en Alemania que se saldó con nueve víctimas

Videoanálisis de Andreu Jerez sobre el primer aniversario del tiroteo de Hanau en Alemania que se saldó con nueve víctimas. /

De madrugada, un comando especial asaltó la vivienda. En ella encontró el cadáver de Tobias, el de su madre y al padre, que había sobrevivido. Las autoridades acabaron calificando lo sucedido de "ataque terrorista racista sin precedentes".

¿Lobo solitario?

Ferhat Unvar, Vili Viorel Păun, Fatih Saraçoğlu, Hamza Kurtović, Mercedes Kierpacz, Sedat Gürbüz, Said Nesar Hashemi, Kaloyan Velkov y Gökhan Gültekin eran los nombres de nueve de las diez víctimas ejecutadas por Rathjen: todas ellas, a excepción de su madre, eran de origen extranjero. Para el atacante, simplemente eran el enemigo.

Antes de apretar el gatillo, el asesino había publicado en internet un manifiesto y un vídeo en los que mezclaba racismo, xenofobia, supremacismo blanco, misoginia y diversas teorías conspiranoicas, algunas de las cuales entroncaban con las del movimiento QAnon. Antes de consumar el ataque, Tobias Rathjen había protagonizado una larga lista de excentricidades -presentó varias denuncias ante la policía y la fiscalía por, según él, estar siendo vigilado por servicios secretos-.

Alja Kurtović y otros familiares de las víctimas de Hanau se siguen preguntando cómo el asesino pudo acceder -y mantener- a una licencia del armas. Las autoridades alemanas aseguran que el atacante nunca había llamado la atención de la policía ni de los servicios secretos. Los compañeros del club de tiro al que pertenecía también aseguran que jamás mostró tendencias xenófobas.

Todos estos detalles han alimentado la narrativa del "lobo solitario" trastornado mentalmente; es decir, que el tirador de Hanau actuó sin colaboradores ni apoyado por una estructura política ni un grupo armado. Es la misma narrativa que defiende el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD): horas después del ataque, el copresidente de la fracción parlamentaria del tercer mayor partido del Bundestag, Alexander Gauland, remarcaba que el agresor no era un terrorista ultraderechista sino un simple "loco homicida".

"Continuidad ideológica"

La teoría del "lobo solitario" parece poco verosímil si se analiza la historia reciente de atentados ultraderechistas de Alemania: la célula terrorista neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU) operativa entre 2000 y 2007 -10 muertos y decenas de heridos-, el asesinato del político local democristiano Walter Lübcke en junio del 2019, el ataque contra sinagoga de Halle en octubre de 2019 - dos muertos-  y el atentado de Hanau forman parte de larga lista de ataques durante las últimas dos décadas. La Fundación Amadeu Antonio contabiliza más de 200 víctimas mortales del terrorismo ultraderechista desde el 1990 en Alemania.

Los forenses sacan el cadáver de una de las víctimas del atentado supremacista de Hanau, el 19 de febrero de 2020.

Los forenses sacan el cadáver de una de las víctimas del atentado supremacista de Hanau, el 19 de febrero de 2020. / ODD ANDERSEN

"Hay una continuidad ideológica", asegura Matthias Quent, sociólogo y director del Instituto para la Democracia y la Sociedad Civil de Jena. "Los atentados no tienen por qué estar siempre respaldados por estructuras, pero se producen en un determinado ambiente social y político", añade en referencia al racismo estructural, al avance electoral de AfD y al aumento de crímenes xenófobos desde la llamada crisis de refugiados en 2015.

"La imagen del lobo solitario es una metáfora fácil de entender", responde a EL PERIÓDICO Andreas Zick, doctor del Instituto para Investigación Interdisciplinar de Conflictos y Violencia de la Universidad de Bielefeld. Y añade: "El análisis sistemático de los agresores que cometieron ataques en solitario muestra, sin embargo, que tenían ideologías. Y las ideologías no caen del cielo. El agresor las recibe de alguna parte. Lee libros, investiga en internet, asimila ideologías presentes en el corazón de la sociedad. Y, no menos importante, se arma. Las autoridades tienen ahora que aclarar si realmente nada les llamó la atención".

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