Crisis sanitaria global

Borrell: "La vacuna rusa es una buena noticia para la humanidad"

"Nos enfrentamos a la escasez de vacunas", ha admitido el jefe de la diplomacia europea ante su homólogo de Rusia

El proceso de certificación de la Spútnik V por la Agencia Europea del Medicamento aún está en fase preliminar y puede tardar meses

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borell, durante su reunión con el titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borell, durante su reunión con el titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

Marc Marginedas

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El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha dado la bienvenida al espaldarazo internacional que ha recibido la vacuna rusa Spútnik V del mundo científico durante su visita de trabajo, este viernes, a Moscú. “Es una buena noticia para la humanidad”, ha declarado el jefe de la diplomacia europea, quien ha aprovechado la ocasión para felicitar a Rusia por dicho logro. "Espero ahora que la Agencia Europea del Medicamento pueda certificar la eficacia; como saben, nos enfrentamos a la escasez de vacunas", ha continuado.

Hasta el momento, han sido América Latina y Europa del este, junto con algunos países asiáticos como la India, los interesados en adquirir el inyectable ruso, mientras que Europa prefería las opciones de Pfeizer, AstraZeneca o BioTech. En los últimos días, dirigentes europeos han abierto la puerta a la Spútnik V, a raíz de la publicación de los resultados de las investigaciones en fase III en la revista 'The Lancet' y dados los problemas de abastecimiento que generan otras marcas, aunque la aprobación definitiva en territorio europeo aún parece lejos, al margen de Hungría, país que la adquirió de forma bilateral sin haber recibido aún el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (AEM).

"Todas las vacunas son bienvenidas, siempre y cuando hayan sido aprobadas por la AEM", ha destacado la cancillera alemana, Angela Merkel. "Si los productores rusos, los productores chinos abren sus libros, muestran transparencia, todos los datos, entonces podrían obtener una autorización de mercado como los demás", ha precisado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Leyden. 

De momento, en los cuarteles generales del organismo en Ámsterdam, lo único que existe es una demanda de "valoración científica" por la parte rusa, sin que se haya iniciado formalmente el proceso de aprobación, que puede tardar meses en producirse, según han venido aclarando los portavoces de la AEM.

El segundo condicionante que impone la UE es que la producción se instale en territorio europeo, para garantizar el suministro y no tener que depender de envíos procedentes del exterior. En este sentido, fuentes del Ministerio de Sanidad de Alemania han informado de que existen tratos entre el Fondo Ruso de Inversión Directa, la entidad que promueve la vacuna rusa, y la empresa biotecnológica alemana IDT Biologika, basada en la localidad de Dessau, en la antigua Alemania del este, para "asociarse y producir conjuntamente" el inyectable Spútnik V. "El contenido de las conversaciones es secreto", precisaron dichas fuentes. Por su parte, IDT Biologika no ha confirmado estas negociaciones.

Recelo en las exrepúblicas soviéticas

Paradójicamente, es en los países europeos que formaron parte en su día de la Unión Soviética donde la Spútnik V es vista con gran recelo. Únicamente Bielorrusia, presidida por un Aleskándr Lukashenko en aprietos y cada vez más asimilada a la Rusia de Putin, recurrirá al inyectable preparado por el Instituto Gemaleya de Moscú. En enero, el Parlamento ucraniano votó por abrumadora mayoría prohibir el uso de vacunas rusas en el territorio nacional, dirigiendo sus peticiones de abastecimiento a las marcas Pfizer y BioNtec, de Alemania.

La vecina Moldavia aún está deshojando la margarita. El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, visitó en diciembre Chisinau y prometió al Gobierno de este país, con el que mantiene vínculos lingüísticos y culturales, la donación de 200.000 dosis procedentes del paquete europeo que les corresponde. Maia Sandu, la flamante presidenta del país, ha prometido incrementar las relaciones con los Veintisiete.