derechos humanos

Ahmed Mansur, cuatro años aislado en una "sucia y pequeña celda" en los Emiratos

Human Right Watch denuncia las condiciones carcelarias del activista emiratí defensor de los derechos humanos en su país

De 51 años y padre de cuatro hijos fue detenido en el 2017 y condenado un años después a diez años de cárcel

Ahmed Mansur, activista en prisión en los Emiratos Árabes Unidos

Ahmed Mansur, activista en prisión en los Emiratos Árabes Unidos

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La disidencia en los Emiratos Árabes Unidos, como ocurre en las monarquías absolutistas del Golfo, pagan un alto precio por desafiar al régimen. Desde 2017 purga una pena de prisión de diez años el activista Ahmed Mansur, el más destacado defensor de los derechos humanos en este pequeño y rico país árabe.

Según un reciente informe de la organización Human Right Watch (HRW), Mansur, un ingeniero y poeta emitarí de 51 años, padre de cuatro hijos, permanece encerrado en “una diminuta celda solitaria en un prisión en el desierto”, privado de sus necesidades básicas y “se le han negado sus derechos como prisionero según el derecho internacional”, denuncia la oenegé.

El activista ha estado estos cuatro años sin prácticamente contacto humano, en una celda de 4 m2, sin radio, televisión, ni siquiera un libro. Las autoridades le retiraron el colchón y debe dormir sobre el suelo con una sola pieza de tela para aislarse del suelo.

En el 2019, el activista llevo a cabo dos huelgas de hambre para exigir sus derechos básicos.

Revueltas árabes

"Mansur está sufriendo su cuarto invierno en una pequeña y sucia celda de aislamiento porque se atrevió a defender los derechos humanos en un país empeñado en silenciar a todo aquel que no siga la línea oficial", dijo el pasado mes de diciembre el director adjunto de HRW para Oriente Próximo, Adam Coogle.

Mansur fue detenido por primera vez en el 2011, junto a otras cuatro personas, en medio de las revueltas árabes que se extendieron por todo Oriente Próximo y los países del Magreb, y fue puesto en libertad seis meses después. Seis años más tarde volvió a ser detenido y condenado a diez años acusado de “insultar al Estado y el prestigio de los EAU y sus símbolos". El caso de Mansur es un ejemplo más de la represión que ejerce muchos regímenes de la región contra la oposición y activistas democráticos.