Crisis política en Italia

Conte dimite para buscar un Gobierno con más apoyos

El presidente de la República, Sergio Mattarella, convocará unas consultas rápidas y le volverá a encargar formar un Gabinete

La bandera italiana ondea en el Palacio del Quirinal mientras se espera la inminente dimisión del primer ministro Giuseppe Conte.

La bandera italiana ondea en el Palacio del Quirinal mientras se espera la inminente dimisión del primer ministro Giuseppe Conte. / GUGLIELMO MANGIAPANE

Irene Savio

Irene Savio

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Italia busca de nuevo un Gobierno, el tercero en tres años, el número 67 desde el fin de la monarquía en 1946. Menos de una semana después de salvar por los pelos su Ejecutivo en el Senado, el primer ministro Giuseppe Conte ha tomado la decisión y ha comunicado su dimisión al presidente de la República, Sergio Mattarella. Conte ha quedado formalmente en funciones solo para los llamados ‘asuntos corrientes’, una condición que mantendrá hasta la formación del nuevo Ejecutivo. Algo que deja en mano de la creatividad de la política italiana encontrar la fórmula para salir de una crisis política que, en plena pandemia y crisis económica, vuelve a asustar a Europa.

“Ahora veremos si era yo el objetivo de esta crisis”. Los periódicos han asegurado que Conte se ha dirigido así a sus colaboradores más cercanos tras comunicar que, ya en la noche del lunes, se había decidido. El resultado de los conteos no dejaba muchas opciones. Una votación arriesgada en el Parlamento, prevista para este miércoles, y una investigación judicial que la semana pasado salpicó a un posible nuevo aliado, fueron el golpe de gracia que ratificó que gobernar iba a ser una quimera, con un número tan estrecho de apoyos en el Parlamento.

Con este preámbulo, al mediodía de este martes, subió al palacio del Quirinal para tener una conversación de una media hora con Mattarella. A la salida, el primer ministro dimisionario no hizo declaraciones pero desde palacio se quiso aclarar que el presidente de la República no se irritó por “un presunto retraso” de Conte en llegar a tiempo para la visita programada. Mattarella —a través de un comunicado leído por su secretario general Ugo Zampetti— también comunicó que las consultas con los partidos políticos empezarán el miércoles en la tarde, tras las celebraciones para la Jornada de la Memoria de las Víctimas del Holocausto. Tras ello, Conte también pidió encuentros con la presidenta del Senado, Elisabetta Casellati, y con el de los Diputados, Roberto Fico.

La incógnita de un nuevo Gobierno

La pelota pasa así en el tejado de Mattarella. Él deberá decidir, después de las consultas, si es posible que Conte forme un nuevo Ejecutivo, o si la solución pasa por encargar a otra persona, por ejemplo, otro líder o un tecnócrata (los deseos periodísticos italianos han vuelto a señalar a Mario Draghi, el exjefe del BCE, aunque él no se ha pronunciado). Todo es aún posible. Incluso la hipótesis de que la única solución sea convocar nuevas elecciones, aunque sigue siendo la más remota, y este martes fue abiertamente rechazada por figuras como Romano Prodi, el influyente expresidente de la Comisión Europea (CE).

En Italia “no se dan cuenta de la preocupación que hay en los despachos de los gobiernos europeos (…) Italia da miedo”, ha subrayado Prodi, al explicar que uno de los principales temores concierne el impacto que pueda tener esta crisis sobre el plan de recuperación Next Generation, aprobado el año pasado por la CE y cuya ayudas principales deberían empezar a llegar este año. Las dificultades de Italia “me preocupan”, ha coincidido asimismo Wolfgang Schäuble, el presidente del Bundestag alemán, al considerar que la única manera de evitar en el futuro que estas situaciones afecten a los 27 es “dar mayores poderes a la UE”, como dijo en una entrevista concedida al diario La Repubblica. 

La (ultra)derecha, de la mano

Muchas pueden ser aún “las sorpresas y las variables”, como dice el analista en información política Luca De Carolis. No parecen días de idilio ni entre los tres principales partidos de centroderecha. Y ello porque Forza Italia corre el riesgo de estallar y dividirse, mientras que la Liga que lidera Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni han estado pidiendo elecciones anticipadas.

Pero, ¿es posible que Conte u otro representante de la coalición que gobernó en el último año y medio encuentre rápido una alternativa que les permita gobernar? Es la pregunta del millón, cuya respuesta también pasa por Renzi, Italia Viva, y un conjunto de parlamentarios de otros partidos pequeños que negociarán en estos días su posible entrada en un nuevo Ejecutivo. Solo si estas discusiones tendrán un desenlace positivo Italia tendrá al fin un nuevo Gobierno.