Crisis sanitaria global

Portugal decreta un confinamiento domiciliario de 15 días

El Gobierno luso cierra todo el comercio no esencial y la hostelería y prevé que las medidas tengan que alargarse hasta mediados de febrero

Los colegios permanecerán abiertos y estarán permitidas las ceremonias religiosas, a diferencia del confinamiento de marzo y abril

Pacientes de la sala para pacientes de covid-19 en el Hospital Santa Maria de Lisboa.

Pacientes de la sala para pacientes de covid-19 en el Hospital Santa Maria de Lisboa. / PATRICIA DE MELO MOREIRA

Lucas Font

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Portugal vuelve al confinamiento de marzo y abril a partir de este viernes. Lo ha anunciado el primer ministro, António Costa, quien ha decretado el cierre de todo el comercio no esencial y de la hostelería y ha ordenado a la ciudadanía permanecer en casa durante al menos 15 días, aunque previsiblemente las medidas durarán hasta mediados de febrero. “El mensaje fundamental es que debemos volver al confinamiento domiciliario. La regla es simple: tenemos que quedarnos en casa”, ha asegurado Costa.

El primer ministro ha descartado, sin embargo, cerrar los colegios para evitar interrumpir el proceso educativo de los alumnos. “La escuela es un lugar seguro e imprescindible para el proceso de aprendizaje. Entendemos que los pros superan claramente los contras”, ha explicado. Una posición que ha defendido también el ministro de Educación, Tiago Brandao Rodrigues. Para garantizar la seguridad en los centros, las autoridades sanitarias activarán una campaña permanente de pruebas de antígenos.

Además del cierre de colegios, el Gobierno permitirá la celebración de actos religiosos -algo que no estaba permitido en marzo y abril- y también se podrán realizar trámites administrativos y judiciales de forma presencial, siempre y cuando se haya solicitado cita previa. Los eventos deportivos profesionales estarán permitidos sin asistencia de público y las conexiones con las islas permanecerán intactas, así como en la frontera con España. Por otra parte, los gimnasios y centros deportivos estarán cerrados y también los centros culturales.

Impacto económico

El primer ministro ha reconocido que las medidas tendrán un fuerte impacto económico y ha anunciado que todas las empresas afectadas podrán acceder a los ertes simplificados. El teletrabajo será obligatorio aunque no haya un acuerdo entre empresario y trabajador y las multas serán más estrictas a partir de ahora para quien incumpla las reglas. “La responsabilidad individual debe combinarse con la solidaridad colectiva. Por este motivo, se duplicarán las multas previstas por la violación de alguna de las normas”, ha afirmado Costa, quien pretende con esta medida reducir los desplazamientos al máximo.

La situación de la pandemia en Portugal es alarmante. El país lleva dos días consecutivos registrando récords de muertes -156 en las últimas horas, con una población casi cinco veces menor a la de España- y ha alcanzado este miércoles un nuevo máximo de contagios, 10.556. Unas cifras que previsiblemente irán a más: el epidemiólogo Manuel Carmo Gomes, miembro del equipo de expertos contra la pandemia, ya ha alertado de que el número de infecciones se elevará probablemente hasta los 14.000 casos a finales de enero. En total, Portugal suma ya 507.108 casos confirmados y 8.236 muertes.

Campaña presidencial

Lo peor de la pandemia coincide con el inicio de la campaña de las elecciones presidenciales en el país. Los candidatos se han visto obligados a cancelar parte de sus eventos e incluso algunos de ellos se han visto afectados por los contagios -el actual presidente de la república, Marcelo Rebelo de Sousa, faltó este martes al debate después de dar un falso positivo-. A pesar de que la idea de aplazar los comicios está prácticamente descartada, está previsto que la participación sea de las más bajas de la historia. El Gobierno permitirá a los ancianos votar desde las residencias y facilitará el voto anticipado para evitar la abstención.

La gestión de la sanidad es uno de los puntos fuertes de la campaña, con la intervención de los hospitales privados en el punto de mira. El número de hospitalizaciones ya supera las 4.000 en todo el país y la ministra de Salud, Marta Temido, ya ha advertido de que si las negociaciones con los centros privados no prosperan, el Gobierno podría optar por la intervención "civil" de unas 700 camas. "Es una hipótesis, no dudaremos en usar este mecanismo si no conseguimos, por acuerdo, superar las dificultades", ha asegurado la ministra esta semana. Mientras, sigue adelante la campaña de vacunación: según los últimos datos, el país ha administrado más de 82.000 vacunas hasta la fecha.