Asalto a la democracia estadounidense

Los demócratas ultiman un segundo 'impeachment' contra Trump

El partido de Joe Biden redacta el borrador de cargos para juzgar políticamente al presidente por “incitación a la insurrección”

Twitter suspende permanentemente al republicano de su plataforma para prevenir que pueda fomentar la violencia

El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump

El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump / EUROPA PRESS

Ricardo Mir de Francia

Ricardo Mir de Francia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Donald Trump se ha quedado mudo. La decisión anunciada el viernes por Twitter de suspender de forma permanente su cuenta personal para abortar el "riesgo adicional de incitación a la violencia" ha dejado al todavía presidente de Estados Unidos sin su altavoz predilecto, la plataforma que le ha servido en estos cuatro años para marcar la agenda política, ventilar sus agravios, insultar a sus detractores o declarar su amor al dictador norcoreano Kim Yong Un. La mordaza de Twitter, que se suma a las aplicadas antes por Facebook o Instagram, ha agravado el aislamiento de un presidente censurado desde todos los flancos por instigar el ataque contra la democracia del miércoles, cuando cientos de sus seguidores asaltaron el Capitolio. Desde entonces arrecian las voces para que dimita o rinda cuentas por incitar a la insurrección.

Trump no ha aireado el menor remordimiento por sus acciones. En privado ha tratado de explicar a su círculo más cercano que solo buscaba fomentar una protesta masiva para enviar un mensaje a los congresistas reunidos en el Congreso para certificar la victoria de Joe Biden, pero en ningún caso para que desembocara en una orgía golpista que puso en jaque a la democracia estadounidense, según fuentes de 'The Washington Post'. En Washington hay pocas dudas, sin embargo, de que el ataque fue la culminación del autogolpe cocinado minuciosamente en los últimos meses con su incesante ofensiva contra la credibilidad electoral o los llamamientos a sus seguidores para que se tomaran la justicia por su mano.  

"Luchar a muerte"

El cénit llegó horas antes del asalto, cuando les instó a marchar hasta el Congreso para "luchar a muerte" contra el “robo” infundado de las elecciones. Su abogado personal, Rudolph Giulini, lo expresó en otros términos al pedir a las masas que participaron ese miércoles por la mañana en la marcha "Salvar América" que aplicaran un "juicio por combate" a los congresistas. En el gabinete del Gobierno ha habido conversaciones para apartar a Trump del poder invocando la enmienda 25, pero nada parece indicar que vaya a aglutinar el respaldo de más de la mitad de los miembros del Gabinete. El vicepresidente Mike Pence, encargado de ponerlo en marcha, tampoco parece estar por la labor.  

Más opciones tiene la puesta en marcha de un segundo impeachment', a pesar de que faltan solo 11 días para que Trump tenga que abandonar el poder. Los demócratas ya han redactado un borrador con sus artículos. Incluye un solo cargo, "incitación a la insurrección", que ya cuenta con el apoyo de 170 congresistas del partido. Ni Nancy Pelosi ni Biden han dado todavía su visto bueno públicamente. Para el presidente electo, particularmente, sería una distracción que ensombrecería su toma de posesión y sus primeras acciones en la Casa Blanca porque, de acuerdo con el calendario, el juicio político se solaparía con los primeros compases de su presidencia.

Entre los republicanos hay muchas más dudas al respecto, aunque algunos se han atrevido a dar el primer paso adelante. "Quiero que dimita, lo quiero fuera, ya ha causado demasiado daño", ha dicho la senadora moderada, Lisa Murkovski. Sus legisladores se enfrentan a un dilema imposible, dado que las bases del partido son visceralmente trumpistas. No solo se juegan sus carreras políticas, también su seguridad personal. Las amenazas se suceden contra los republicanos que han roto con Trump, como pudo comprobar esta semana Lindsey Graham, uno de sus apologistas de cabecera, increpado por sus seguidores en el aeropuerto. "Llegará un día en que no podrás volver a salir a la calle", le gritaron tras llamarle "traidor" y “mentiroso” y "mentiroso". De acuerdo con una encuesta de esta semana, la mayoría de votantes republicanos justifica el asalto al Capitolio.