Los demócratas ganan en Georgia y Biden tendrá el control del Congreso

Los demócratas tendrán mayoría en el Congreso y Joe Biden podrá legislar sin tener que pactar con los republicanos. Ese es el escenario que ha deparado el resultado de las segundas vueltas de Georgia, donde se votó el martes para decidir los dos escaños que faltaban por adjudicarse en el Senado. Los candidatos demócratas, Raphael Warnock y Jon Ossoff, acabaron imponiéndose por un margen agónico, que no obstante será suficiente para que el partido del presidente electo controle las dos cámaras y pueda marcar la agenda legislativa, un requisito indispensable para que Biden trate de dar forma a los planes más ambiciosos de su programa. La victoria de su partido en el que era hasta ahora un bastión republicano, servirá para dar vuelo a una presidencia que amenazaba con nacer tullida e irrevocablemente abocada al bloque institucional.

Según las proyecciones de los medios estadounidenses, Warnock, reverendo en la misma iglesia donde empezó su carrera Martin Luther King, se impuso a la hasta ahora senadora republicana Kelly Loeffler por 64.488 votos (el 50,7% frente al 49,3%) y su compañero de filas Ossoff hizo lo mismo ante David Perdue por 27.075 papeletas (50,31% contra el 49,69%). Ya en noviembre, Georgia registró el resultado más apretado de todos los estados del país. El demócrata ganó por menos de 12.000 votos, uno de los motivos por los que Donald Trump ha centrado en este antiguo bastión republicano los últimos cartuchos de su ofensiva antidemocrática para subvertir su derrota electoral. 

Récord de participación

No son habituales las segundas vueltas en las legislativas de EE UU. Solo las contemplan algunos estados cuando ninguno de los candidatos supera el 50% de los votos, como sucedió en noviembre en Georgia. La norma además es que pasen inadvertidas para el gran público y registren una participación baja, todo lo contrario a lo sucedido esta vez. No solo se batieron récords en el voto anticipado, sino que estas han sido las segundas vueltas más caras de la historia, dos meses de campaña que han llevado hasta el estado a los pesos pesados de cada partido. La factura final de ambas contiendas supera los 800 millones de dólares, según el Center For Responsive Politics. 

De acuerdo con las encuestas a pie de urna, la alta participación de los afroamericanos habría sido decisiva para mantener las opciones de los demócratas, que en noviembre conquistaron un estado que había votado republicano desde 1992. Un éxito que se atribuye al trabajo realizado en los dos últimos años por Stacey Abrams para organizar a las bases del partido, registrar votantes y propagar el mensaje demócrata. La antigua legisladora estatal de Georgia perdió en 2018 por la mínima las elecciones a gobernadora, pero anoche se mostró confiada en la victoria de sus correligionarios. "Creo que estamos listos para conseguirlo. Yo apuesto por el azul", dijo en el programa de Steven Colbert. El azul es el color de los demócratas.