Salida del Reino Unido de la UE

Los ricos caladeros británicos, vitales para los pescadores europeos

Desacuerdos de último minuto sobre las cuotas de pesca complicaron la conclusión de un histórico acuerdo posbrexit

El acceso a los ricos caladeros británicos es vital para los pescadores europeos

Boris Johnson saluda, este miércoles, antes de reunirse con Von der Leyen.

Boris Johnson saluda, este miércoles, antes de reunirse con Von der Leyen. / AFP

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Desacuerdos de último minuto sobre las cuotas de pesca complicaron el jueves la conclusión de un histórico acuerdo posbrexit entre la Unión Europea y el Reino Unido. El acceso a los ricos caladeros británicos es vital para los pescadores europeos.

Principios de reparto

Como todos los países, el Reino Unido tiene una Zona Económica Exclusiva (ZEE) que se extiende hasta 200 millas náuticas de sus costas. Sin embargo, en la Unión Europea se decidió poner las aguas territoriales de todos los miembros en común y gestionarlas conjuntamente. 

Así, la Política Pesquera Común (PPC) determina la distribución de cuotas de pesca según las diferentes especies de peces a los pescadores de cada país. En el Atlántico nororiental y el mar del Norte, más de un centenar de especies se encuentran bajo gestión compartida entre el Reino Unido y la UE. 

Actividades tradicionales

Asimismo, en reconocimiento de actividades tradicionales de larga data, existe también un acceso "restringido" para los pescadores franceses a unas 15 zonas situadas a entre 6 y 12 millas náuticas de la costa británica.

Pero el Reino Unido deja de regirse por ella al final del periodo de transición posbrexit, este 31 de diciembre. 

Las capturas de los pescadores europeos en aguas británicas ascienden a unos 650 millones de euros (790 millones de dólares) cada año. 

Según un informe del Parlamento Europeo, las flotas de ocho países de la UE pescan en total el 40% del pescado capturado en la zona económica exclusiva del Reino Unido. Noruega, que no es miembro de la UE, también está presente. 

Hay mucho en juego: un cuarto de las capturas francesas en volumen (20% en valor) provienen de aguas británicas. La dependencia es mayor para Bélgica (50% en valor), Irlanda (35%), Dinamarca (30%) y Holanda (28%), según cifras de 2011-2015. España, Alemania y Suecia también están concernidos aunque en mucha menor medida. 

Las principales especies son pelágicas, o de aguas profundas: arenque, caballa, pescadilla. A estas se agregan algunas especies demersales, que viven en fondos marinos: lenguado, solla, carbonero.

En términos comerciales, el Reino Unido exporta entre el 60% y el 80% de su pesca. El año pasado la UE absorbió casi el 70% de las exportaciones británicas.

Ricos caladeros

Las aguas británicas son ricas en recursos pesqueros debido a mecanismos biológicos: las huevas de los peces se asientan a lo largo de la costa francesa y hasta Dinamarca, poco profundas y arenosas.

"Cuando se convierten en adultos, se desplazan hacia las aguas más profundas, frías y oxigenadas del norte", es decir en aguas británicas, según el Instituto Francés de Investigación sobre Explotación del Mar (Ifremer). 

Este fenómeno se ve acentuado por el cambio climático, en particular en el caso del bacalao y la solla, especies muy presentes en el mar del Norte.

Problemas en la recta final

En la negociación comercial posbrexit, la UE propuso renunciar a un 25% del valor de los productos capturados en aguas británicas por los pesqueros europeos, al término de un período de transición de seis años. 

Londres respondió pidiendo a la UE que renunciase a 35% de las especies no pelágicas, o al 60% incluyendo las especies pelágicas, en un período de tres años, lo cual resultó inaceptable para los europeos. 

La última oferta británica sobre la mesa era que la UE cediera el 25% al final de un período de transición de cinco años y medio, tras el cual las normas de acceso recíproco a las zonas de pesca se renegociarían cada año, según una fuente cercana a las negociaciones.

Pero "todavía hay mucha incertidumbre sobre el perímetro: especies bajo cuota o no, problemas de acceso" y una renegociación anual que impedirá la visibilidad y bloqueará las inversiones, deplora la organización de pescadores franceses CNPMEM. 

El propio negociador europeo Michel Barnier advirtió que consideraba impracticable la petición británica de renegociar anualmente: "estamos hablando de 100 especies (compartidas entre la UE y el Reino Unido), no de cinco como con Noruega", con quien la UE ajusta sus normas anualmente, argumentó. 

Por otra parte, los británicos han denunciado el principio de las 6-12 millas y ya no quieren reconocer estas actividades tradicionales, que han estado en vigor durante décadas, si no cientos de años. 

Por su parte, algunos países de la UE desean mantener los principios de reparto y reciprocidad que han estado vigentes desde 1964.