La Navidad del covid en el mundo (3)

Berlín sin mercadillos ni 'Glühwein' callejero

Con las reuniones callejeras y los cohetes vetados, muchos se preguntan cómo será el fin de año en Berlín, una noche marcada tradicionalmente por el éxtasis colectivo

El cierre de los comercios empuja a muchos ciudadanos a elaborar sus propios regalos con manualidades o reciclando juguetes

Desmantelamiento de un mercadillo navideño en Berlín ante el endurecimiento de las restricciones por covid-19.

Desmantelamiento de un mercadillo navideño en Berlín ante el endurecimiento de las restricciones por covid-19. / FELIP SINGER / EFE

Andreu Jerez

Andreu Jerez

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Una Navidad sin los típicos mercadillos, sin Glühwein -vino caliente y aromatizado, especialidad alemana- en las calles, sin fiestas en los clubes de música electrónica de Berlín, sin viajes a regiones soleadas del sur de Europa, sin grandes reuniones familiares ni concentraciones en las calles: así afronta Alemania estas atípicas fiestas marcadas por un confinamiento duro decidido por las autoridades federales y regionales ante el aumento de las muertes por covid-19, de las nuevas infecciones y también por la creciente presión sobre la infraestructura sanitaria, especialmente de las unidades de cuidados intensivos, al límite ya en algunas regiones. Serán las fiestas navideñas más extrañas que el país recuerde: Alemania tendrá que prescindir de buena parte de sus tradiciones.

El pasado 13 de diciembre, en una reunión de urgencia en la que prácticamente no hubo disenso, el Gobierno federal y los ejecutivos regionales de los 16 estados federados decidieron endurecer las restricciones introducidas el pasado noviembre. "La creciente movilidad y los contactos adicionales correspondientes en las semanas previas a la Navidad han situado de nuevo a Alemania en un crecimiento exponencial de las cifras de infecciones. Una creciente carga para el sistema sanitario y una inaceptable cifra de muertos son las consecuencias", razonaba el documento aprobado por las autoridades para justificar las medidas, que en principio se mantendrán hasta el próximo 10 de enero.

El ministro federal de Sanidad, el democristiano Jens Spahn, ya ha dejado entrever, sin embargo, que muy probablemente se extenderán hasta bien entrado el próximo año. Algunos epidemiólogos y médicos cuentan con que Alemania tenga que aplicar restricciones en mayor o menor medida hasta la Semana Santa de 2021. Y todo esto, a la espera de que avance la campaña de vacunación ya anunciada por las autoridades sanitarias y que debería permitir una paulatina y relativa recuperación de la normalidad.

Casi todo cerrado

De esta forma, en estas Corona-Weihnachte -"Corona-Navidades", como las han bautizado algunos medios- queda todo prácticamente cerrado: el pequeño y gran comercio tendrá que mantener las puertas cerradas hasta por lo menos el 10 de enero, a excepción de aquellos que vendan comestibles y bebidas, las farmacias, los bancos, los talleres de coches, lavanderías, las gasolineras y poco más.

La ciudadanía se lanzaba así las últimas horas antes el inicio de las restricciones a comprar en tiendas y grandes centros comerciales para intentar conseguir sus regalos navideños. Otros apuestan por la creatividad, elaboran sus propios regalos con manualidades o reciclan juguetes de familiares o amigos: es una forma de reducir el consumismo y también buscar una dimensión positiva a las restricciones.

El consumo del alcohol en las calles, y la venta y el uso de los fuegos artificiales -tan usados en estas fechas- también quedan prohibidos. Algunos estados federados como Baden-Württemberg y Baviera incluso aplican toques de queda nocturnos que sólo podrán ser rotos por causa mayor, como motivos médicos o laborales.

Sin cohetes ni reuniones callejeras, muchos se preguntan cómo será esta vez el fin de año en la capital alemana: Berlín se convierte cada Nochevieja en una enorme fiesta con un cielo repleto de cohetes y fuegos artificiales, y con tejados, terrazas y calles repletos de fiestas que este 2020 están prohibidas. Las reuniones privadas sólo podrán ser de hasta cinco personas -sin contar los menores de 14 años- de dos hogares diferentes. En el aire queda la pregunta de si la policía de Berlín -una ciudad tendente a cierta anarquía- tendrá capacidad para controlar todas las reuniones privadas en una noche marcada históricamente por un éxtasis colectivo en el que se olvidan por unas horas las normas más básicas de convivencia.

Impacto en el pequeño comercio

"La fase mayor de volumen de ventas del año será esta vez un fiasco para muchos comerciantes", asegura la Asociación de Distribuidores Minoristas de Alemania (HDE, en sus siglas en alemán), que calcula que el confinamiento supondrá la pérdida de alrededor de 6.000 millones de euros para el sector respecto a las navidades de 2019.

La prohibición de los mercadillos navideños, símbolo probablemente más importante de las fiestas en Alemania y un auténtico punto de encuentro con amigos y familiares, es sólo una expresión más del duro golpe que supone las restricciones para el pequeño comerciante y el artesano, que se ven impotentes ante el avance de los gigantes del comercio electrónico como Amazon o eBay. El 55% de los comercios situados en el centro de ciudades ven así amenazada su existencia y alrededor de 250.00 empleos están en peligro, advierte la HDE.

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