Elecciones EEUU 2020

El colegio electoral de EEUU ratifica la victoria de Biden

El proceso democrático sigue su camino hacia la certificación del ganador legítimo pese a las presiones de Trump

El presidente saliente y sus aliados ponen ahora su diana en la sesión de ratificación en el Congreso el 6 de enero

El Colegio Electoral confirma la victoria de Biden en las presidenciales de Estados Unidos

El Colegio Electoral confirma la victoria de Biden en las presidenciales de Estados Unidos. En la foto, Biden se dirige a los ciudadanos tras conocer la decisión. /

Idoya Noain

Idoya Noain

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La emisión de votos del Colegio Electoral en Estados Unidos, un ritual marcado por la Constitución, habitualmente ha sido un paso más de procedimiento, vital en el proceso de confirmación de un presidente elegido en las urnas pero no objeto de atención milimétrica, 'livestreamings' de las sesiones e incluso en algunos casos medidas de seguridad sin precedentes. Con Donald Trump, no obstante, lo habitual de nuevo se ha puesto patas arriba.

El presidente saliente está empeñado en no reconocer su derrota. Siembra dudas sobre la legitimidad del proceso electoral. Sigue sumido sin ninguna prueba que le sustente en una embestida contra la democracia que apoyan un número considerable de republicanos pero que han frenado con contundencia los estados y tribunales. Y así ha hecho que se vuelva un acontecimiento la celebración este lunes en las capitales de los estados de las sesiones donde los compromisarios de ese Colegio Electoral han ido, uno tras otro, ratificando la victoria legítima de Joe Biden, que en este sistema indirecto de votación estadounidense obtuvo 306 votos frente a los 232 de Trump.

La certificación de esa victoria no estaba en duda. Aunque 17 de los estados no obligan por ley a los compromisarios a votar por el candidato que obtuvo la mayoría del voto popular, la incidencia potencial de los llamados “faithless electors”, que rompen con el dictado de las urnas, se había anticipado tan anecdótica e irrelevante como lo ha sido en elecciones anteriores. Y al final no hubo ni siquiera ninguno.

Cuando votó California Biden superó la barrera de 270 necesaria para asegurarse la presidencia. Hawai después selló el conteo. Y así se certificaron todos los votos, que el Congreso, en una sesión conjunta, contará y ratificará el 6 de enero.

Normalidad y tensiones

Como pasó cuando los estados fueron certificando los resultados electorales pese a las presiones de Trump, en las votaciones de este lunes se imponían las normas. Los electores han organizado sus reuniones en capitolios estatales u otros locales habilitados, o vía zoom en el caso de Nevada, donde firmaban seis copias de sus votos, incluyendo la que envían al Congreso o la que va a los Archivos Nacionales.

Esa normalidad no oculta, en cualquier caso, las tensiones disparadas en EEUU, donde el trumpismo opera una campaña de intimidación y amenazas y donde este fin de semana hubo episodios de violencia en el cruce de manifestantes a favor de Trump y sus teorías conspiratorias sobre un fraude inexistente y contramanifestantes. En Washington DC hubo varios apuñalados y en Olympia, en el estado de Washington, se arrestó a un manifestante proTrump sospechoso de disparar a un contramanifestante.

Esa tensión también ha marcado la votación del colegio electoral, especialmente en algunos de los estados bisagra que Trump y sus aliados han puesto más en sus dianas para intentar revertir sus resultados. En Arizona se ha incrementado la seguridad en el edificio del Capitolio en Phoenix. Y en Michigan, donde en abril se vivieron ocupaciones armadas del Congreso en contra de las medidas de confinamiento establecidas para combatir el coronavirus y donde en octubre se desarticuló una trama de secuestro contra la gobernadora demócrata Gretchen Whitmer, se ha ido más allá y el capitolio se ha cerrado al público ante “amenazas creíbles de violencia”.

Moviendo la portería a enero

Que el proceso siga su curso no quiere decir que Trump y sus aliados no persistan en su reto a la legalidad, moviendo la portería cada vez que sufren una derrota en su campaña contra los resultados. Y tras ser detenidos la semana pasada en el Supremo y este lunes por el colegio electoral, y pese a estar igualmente abocados al fracaso en el Congreso, tratan ahora de enturbiar la cita allí el 6 de enero, la última formal antes de la toma de posesión del nuevo presidente el día 20 de ese mes.

En esa sesión el vicepresidente, Mike Pence, abrirá por orden alfabético de los estados los certificados de este lunes y cuatro escrutadores los contarán. Cuando se anuncie el resultado, los miembros del Congreso pueden presentar objeciones, algo para lo que es necesario que se unan al menos un representante de la Cámara Baja y un senador. Para que prosperen deben ser aprobadas por mayoría simple en las dos cámaras, algo que dado el control demócrata de la de Representantes no tiene opciones de suceder esta vez. Y Trump y los suyos pueden alargar el teatro político, que tiene consecuencias reales y graves pues está erosionando la confianza en el sistema democrático y electoral, pero nada apunta a que puedan alterar la realidad: Biden es el presidente elegido por los estadounidenses.