El futuro de la UE

Los fondos europeos y los otros frentes explosivos de la cumbre europea

Los líderes europeos afrontan un último Consejo Europeo del año cargado expedientes problemáticos

Los Veintisiete intentarán cerrar un acuerdo sobre el objetivo de reducción de emisiones de CO2 del 55% para 2020

La falta de gestos positivos por parte del Gobierno turco aboca a un debate sobre sanciones en la cumbre

La UE da hasta este martes a Hungría y Polonia para que levanten su veto al fondo de recuperación

Videoconferencia entre Charles Michel, Angela Merkel, Ursula Von de Leyen y Emmanuel Macron.

Videoconferencia entre Charles Michel, Angela Merkel, Ursula Von de Leyen y Emmanuel Macron. / DPA/ EUROPA PRESS / DARIO PIGNATELLI

Silvia Martinez

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A solo trse días de la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea, prevista para este 10 y 11 de diciembre, la incertidumbre que rodea a las negociaciones con el Reino Unido sigue concentrando todas las preocupaciones en Bruselas. No es, sin embargo, el único asunto explosivo al que se enfrentan esta semana los mandatarios europeos ante un Consejo Europeo que será de nuevo presencial. “Va a ser así porque los temas de la agenda necesitan que se miren a los ojos. Son cuestiones difíciles”, explican fuentes cercanas al presidente Charles Michel sobre el motivo de reunir físicamente a los dirigentes europeos, pese a la pandemia de coronavirus, y las muchas minas por desactivar.

Ultimátum a Hungría y Polonia

Más allá del Brexit, el gran quebradero de cabeza estos días para diplomáticos y gobiernos sigue siendo el veto de Hungría y Polonia al marco presupuestario de la UE para el período 2021-2027 y el nuevo fondo de recuperación de 750.000 millones, en protesta por el mecanismo para condicionar el desembolso de los fondos europeos al respeto de los valores europeos y el estado de derecho. Los intentos de la cancillera alemana, Angela Merkel, como presidenta semestral de la UE, por desbloquear la situación -por medio de una declaración política que de ciertas garantías a Varsovia y Budapest- han sido hasta ahora insuficientes. “Todavía estamos en el escenario A y nos gustaría llegar a un acuerdo” pero si en las próximas horas “no es posible tendremos que movernos al plan B”, han advertido este lunes fuentes diplomáticas.

Una advertencia que esta vez suena a ultimátum o al menos máxima presión para que en la reunión de ministros de asuntos europeos de este martes los dos países den pistas de sus intenciones. Y es que Berlín no quiere que este asunto contamine la cumbre de esta semana. “Necesitamos una señal de Hungría y Polonia hoy o mañana como muy tarde. Si no tendremos que ir a un plan B”, han explicado fuentes diplomáticas” en relación a la creación del nuevo “fondo de recuperación a 25”, sin Hungría o Polonia. La Comisión Europea ya ha empezado a explorar posibles opciones legales y asegura que existen al menos tres alternativas viables.

De no haber acuerdo, la UE tendría que empezar a funcionar en 2021 con un presupuesto prorrogado que conllevará importantes recortes –entre 25.000 y 30.000 millones- en políticas como la cohesión o el nuevo Fondo de Transición Justa y que también afectarán a ambos países del este. “Preferimos un acuerdo a 27. La bola está en el campo de Polonia y Hungría y esperamos no tener que pasar a soluciones subóptimas”, ha destacado la ministra de exteriores española, Arancha González-Laya.

Recorte de emisiones del 55% para 2030

Lo que ocurra con el presupuesto será clave para un segundo expediente que permanece bloqueado a la espera de una solución sobre la financiación europea como es el compromiso de reducción del 55% en las emisiones de CO2, respecto a los niveles de 1990, para el año 2030. El plan de la UE es lograr un acuerdo en la cumbre del año pero dependerá de la pelea sobre los fondos europeos. “Si se resuelve el Marco Presupuestario Plurianual es posible que los 27 lo acuerden”, aseguran fuentes diplomáticas de la UE. De lo contrario, añade un alto cargo de la Comisión Europea, “podríamos tener también un retraso en el objetivo de reducción”.

Sanciones a Turquía

Es otro de los asuntos espinosos. La disputa por la delimitación de las zonas marítimas entre Grecia, Chipre y Turquía y el inicio de las perforaciones y prospecciones de hidrocarburos de Ankara en la zona económica exclusiva de los dos países europeos ha disparado las tensiones. Pese a la petición de sanciones de Atenas y Nicosia, los 27 decidieron a principios de octubre dar una nueva oportunidad al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan.

Desde entonces, los gestos de Ankara han sido nulos y todo apunta a que esta vez sí la imposición de sanciones estará sobre la mesa en la cumbre. “Hasta ahora no ha habido ningún desarrollo positivo así que nos movemos en esa dirección”, han confirmado fuentes diplomáticas al tanto de la agenda de la cumbre.  “La ventana de oportunidad claramente se está cerrando. Pensamos que es muy importante la firmeza europea pero también mantener una agenda positiva entre Turquia y la UE”, defiende la ministra de exteriores española, Arancha González-Laya.

Recomponer las relaciones con EEUU

Aunque Donald Trump no abandonará la Casa Blanca hasta el 20 de enero, la última cumbre del año también servirá para bendecir la nueva estrategia de la UE hacia Estados Unidos que contempla una cumbre con el presidente electo, Joe Biden, durante la primera mitad de 2021 en Bruselas. La agenda diseñada por Michel apuesta por relanzar las relaciones a partir de cinco grandes bloques: lucha contra la pandemia, recuperación económica, lucha contra el cambio climático, impulso al multilateralismo y promoción de la paz y seguridad.

Las mismas áreas recogidas por el vicepresidente Josep Borrell en la agenda que intentará desarrollar una vez que el demócrata se siente en el despacho Oval, empezando por enterrar los numerosos contenciosos abiertos por Airbus, el acero y aluminio o la aceituna española. “No diría que a partir de ahora todo va a ir bien porque en algunas áreas no será el caso. No somos ingenuos porque habrá áreas en las que no estaremos de acuerdo con la Administración Biden” pero “regresamos a una situación más racional”, opina un alto cargo del Ejecutivo comunitario.