Reducción de soldados en el Cuerno de África

Trump amplía el repliegue de tropas de EEUU en las zonas de conflicto

 

El presidente de EEUU ordena la retirada de la mayoría de militares que su país mantiene en Somalia, como hizo meses antes en Irak y Afganistán

Legisladores somalís y estadounidenses critican la decisión ante la amenaza que representa para el país Al Shabab, grupo aliado a Al Qaeda

El republicano ha tratado sin éxito de dar carpetazo a las guerras contra el terror iniciadas por George W. Bush tras los atentados del 11-S

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Ricardo Mir de Francia

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Donald Trump ha ordenado la retirada de la “mayoría de las tropas” estadounidenses de Somalia, una decisión que servirá para sacar del país africano al grueso de los 700 militares que Estados Unidos tiene allí desplegados para entrenar a sus fuerzas especiales y lanzar operaciones antiterroristas contra las milicias de Al Shabab. El anuncio responde a las promesas del presidente para dar carpetazo a las guerras contra el terror que han marcado la política exterior estadounidense en el mundo musulmán desde los atentados de Al Qaeda en Nueva York y Washington hace casi dos décadas, pero como le sucedió a Barack Obama esa promesa no acabará de cumplirse. Trump se irá de la Casa Blanca dejando a cientos de tropas en Irak, Afganistán o Somalia, así como la estructura intacta de las guerras teledirigidas.

El legado bélico de George Bush ha demostrado más fuerte que la voluntad de sus sucesores para enterrar aquel capítulo de la reciente historia estadounidense, una voluntad que coincide con los deseos mayoritarios de la opinión pública. Entre otras cosas porque la amenaza del yihadismo no ha desaparecido, pero también porque el Pentágono teme que el repliegue de las tropas dé pie a un resurgir de los radicales, como sucedió en Irak después de que Obama completara la salida temporal de Irak en 2011, aprovechada por el Estado Islámico para reagrupar a la insurgencia iraquí. “Pese a este cambio en la postura de nuestras fuerzas, esta acción no cambia nuestra política”, afirmó el Pentágono al anunciar la retirada parcial de Somalia. “Seguiremos degradando a las organizaciones extremistas violentas que podrían amenazar nuestra patria al tiempo que mantenemos nuestra ventaja estratégica frente a otras grandes potencias”. 

Tropas reubicadas en los países vecinos

El plan del Pentágono pasa por reubicar a las tropas antes del 15 de enero, solo cinco días antes de que Joe Biden tome posesión de la Casa Blanca, en otros países del África oriental. Principalmente en sus bases de Kenia y Yibuti, desde donde podrían lanzar operaciones transfronterizas para contener a Al Shabab en Somalia, la sucursal de Al Qaeda que lleva años poniendo en jaque al Gobierno de Mogadiscio. Ambos países han servido además como principal lanzadera para los drones estadounidenses, la controvertida herramienta que Obama convirtió en el eje de sus guerras contra el islamismo radical. Con Trump en el poder, apenas se ha hablado de ellos, entre otras cosas porque el republicano revocó las órdenes que obligaban al Pentagono a informar de las bajas civiles causadas por los drones fuera de las zonas declaradas de conflicto. 

Pero en países como Somalia los ha utilizado más que su predecesor. En lo que va de año se han lanzado allí 40 ataques, prácticamente los mismos que Obama y Bush lanzaron entre 2007 y 2016, según el recuento de Airwars. El repliegue militar llega en un momento delicado para el país africano, que celebrará elecciones parlamentarias y presidenciales en los dos próximos meses, y ha sido criticado por varios legisladores y expertos en seguridad somalís.

Críticas somalís y estadounidenses

“Es muy lamentable”, ha dicho el senador Ayub Ismail Yusuf. “Las tropas estadounidenses han hecho grandes contribuciones para formar y mejorar la efectividad de las tropas somalís”. También en EEUU ha generado críticas. “Nuestra continua presencia allí ha impedido que Al Shabab expanda su huella en la región”, ha afirmado el senador republicano, James Inhofe. Nada de eso ha hecho cambiar a Trump de opinión, que en los últimos meses ha reducido también los destacamentos en Afganistán e Irak, donde dejará a poco más de 2.000 militares estadounidenses por país.