GESTIÓN DEL CORONAVIRUS

Una comisión concluye que Francia estaba "mal armada y mal preparada" para afrontar una pandemia

Emmanuel Macron en una reunión diplomática este martes.

Emmanuel Macron en una reunión diplomática este martes. / periodico

Irene Casado Sánchez

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Francia estaba “mal armada y mal preparada” para hacer frente a la pandemia de coronavirus. A la falta de medios y preparación, se habría sumado una “gestión defectuosa” de la crisis sanitaria. Esta es la conclusión de la comisión de investigación parlamentaria de la Asamblea Nacional destinada a evaluar la respuesta de las autoridades francesas a la epidemia de covid-19. Tras seis meses de pesquisas y más de 56 audiciones, el diputado conservador Eric Ciotti, principal responsable del informe, reveló este miércoles su arbitraje: “Francia no aparece entre los ‘buenos alumnos’ de Europa” en la gestión de la pandemia.

Con más de 50.000 fallecidos por coronavirus desde el inicio de la epidemia, el país galo aparece en el cuarto puesto del ranking de los países más afectados de Europa. Según el informe parlamentario, cuyo contenido será publicado el próximo lunes, el promedio de muertes es de 727 por cada millón de habitantes en Francia, muy superior a la media europea (532) e incomparable a las cifras de Alemania (170).

“Una sucesión de falta de preparación [...] y sin duda de vacilaciones han conducido a un resultado nada satisfactorio”: desde el “desarme del Estado” ante una crisis sanitaria mayor, pasando por los largos procesos burocráticos que impidieron una respuesta nacional y territorial rápida y fluida, sin olvidar un sistema sanitario completamente desamparado y desbordado, tales son los ingredientes del insatisfactorio desenlace.

La penuria de mascarillas

La comisión parlamentaria concede especial atención a la penuria de mascarillas: “La manifestación más evidente de la falta de preparación” ante una posible crisis sanitaria, aparece encarnada en la “cuestión de las mascarillas”. Según el documento, en febrero de 2020, el Estado disponía únicamente de stocks “reducidos a lo largo de los años”, además el operador destinado a gestionarlos “no tenía capacidad suficiente para hacer frente a los retos de una crisis de tales dimensiones”.

El resultado: Francia tuvo que recurrir a la importación de mascarillas, tarde y con prisas, la falta de prevención se tradujo no sólo en la escasez de material de  protección para el personal médico, sino también en una monumental factura para las arcas del Estado.

Una tardía respuesta a la crisis

El informe señala además la tardía reacción de las autoridades ante las múltiples alertas sobre la propagación del virus. El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la urgencia sanitaria a nivel internacional y el 21 de febrero, el brote de coronavirus estalló en Italia. A pesar de las alarmas, “las decisiones se extendieron a lo largo del mes de febrero […] Se produjeron retrasos que han afectado a la cinética de la propagación de la epidemia”.

En efecto, Francia no decretó el confinamiento de la población hasta el 16 de marzo, permitiendo la celebración del Salón de la Agricultura que acogió a más de 483.000 visitantes a principios del mismo mes o la celebración de la primera vuelta de las elecciones municipales. Por aquel entonces, el virus circulaba ya libremente por el Hexágono.

La segunda ola de coronavirus bajo la lupa

La investigación también aborda la segunda ola de coronavirus, preguntándose cómo esta nueva embestida “golpea tan rápido y fuerte” al país. “Los próximos meses permitirán esclarecer [esta cuestión], si bien parece que la estrategia de desconfinamiento no ha permitido luchar de manera suficiente contra la llegada [de la segunda ola]”.

Para remediar todas las deficiencias enumeradas, el ponente Eric Ciotti recopila una treintena de propuestas destinadas a “restaurar la soberanía sanitaria de Francia” para “mejorar la comprensión de futuras crisis sanitarias de gran envergadura”. La elaboración de “un plan ‘pandemia’ genérico” y la creación de un nuevo puesto ministerial encargado de anticipar futuras crisis sanitarias, son algunas de sus sugerencias.