Crisis en AFD

Una ultraderecha dividida se hunde en las encuestas en Alemania

Alternativa para Alemania muestra sus brechas internas mientras su intención de voto cae a mínimos, el 7%

El copresidente de AfD Jörg Meuthen, en una imagen de archivo.

El copresidente de AfD Jörg Meuthen, en una imagen de archivo. / periodico

Andreu Jerez

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“O cambiamos la situación, y lo hacemos con decisión y muy rápido, o estaremos muy pronto en aguas turbulentas y fracasaremos”. El copresidente de la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), Jörg Meuthen, no pudo esconder este sábado en el congreso de su partido lo que es una realidad desde hace años: la formación ultraderechista más exitosa de la historia de Alemania tiene tales divisiones internas que su mayor enemigo es ella misma.

Ni siquiera en un contexto como el actual, soñado durante mucho tiempo por los ultras, es capaz AfD de superar sus divisiones internas: Alemania, Europa y el mundo viven la mayor crisis de la historia reciente, generada por la pandemia del coronavirus, pero la ultraderecha germana ha tocado mínimos (7%) en la última de intención de voto publicada en Alemania. Su estrategia de crítica sistemática a las restricciones y medidas tomadas por las autoridades del país para frenar los contagios, y su apoyo al heterogéneo movimiento anticorona alemán, le están saliendo como un tiro por la culata.

Profunda división

Las divisiones y tensiones internas han acompañado a AfD prácticamente desde su fundación en el 2013. En algunos momentos, las diferencias entre el ala nacionalconservadora y la etnonacionalista – cercan al neonazismo– llegó incluso a poner en peligro la existencia del partido. El congreso de este fin de semana, celebrado presencialmente en la localidad de Kalkar con 600 delegados pese a la pandemia, ha escenificado nuevamente esa profunda división que ahora arrastra al partido a intenciones de voto por debajo del 10% – obtuvo un 12,6% en las últimas elecciones federal de 2017, lo que lo convirtió en la tercera bancada del Bundestag –.

Jörg Meuthen criticó abiertamente la posición de determinados sectores, que coquetean abiertamente con el negacionismo de la pandemia e incluso trazan paralelismos entre los inicios del nazismo y las actuales restricciones económicas y sociales; mientras, el otro copresidente de AfD, Tino Chrupalla –cercano al ala radical –, presentaba a la formación como la única “defensora de las libertades” y cargaba contra la “política de la bancarrota” del gobierno de Merkel por la deuda que está asumiendo para enfrentar la crisis. El partido espera todavía capitalizar el descontento social que genere el impacto económico de la pandemia.