Oriente Medio

Yemen se asoma de nuevo al abismo

Una matrona ausculta Rafiq, un niño de 7 meses  que sufre de malnutrición, en Adén (Yemen).

Una matrona ausculta Rafiq, un niño de 7 meses que sufre de malnutrición, en Adén (Yemen). / periodico

Gabrielle Colchen

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Yemen no sale del pozo. El país árabe se encuentra inmerso una vez más en la que se ha convertido en peor crisis humanitaria del mundo. El año 2020 ha supuesto un desafío para un país muy debilitado que ha enfrentado una escalada de violencia en el marco de la guerra civil que enfrenta a los hutís y la coalición liderada por Arabia Saudí, una crisis económica y la pandemia. El 70% de la población sufre de inseguridad alimentaria o desnutrición. La ONU ha hecho un llamamiento a la solidaridad internacional para obtener más financiación y evitar que la cercana amenaza de la hambruna se convierta en realidad.

El riesgo de hambruna está aumentando en el país de Oriente Medio. Según la ONU, cada 10 minutosun niño yemení muere por causas que se pueden prevenir como la desnutrición o la diarrea. De los 30,5 millones de yemenís, más de un tercio necesita ayuda humanitaria para sobrevivir.  Annabel Symington, responsable de la comunicación del World Food Program (WFP) en Yemen explica: "La situación es extremadamente preocupante. El objetivo es no acercarse a la hambruna. Una vez que el país caiga en la hambruna, ya es demasiado tarde y la gente moriría de hambre".

Niños altamente subalimentados

En algunas de la regiones del país, como en las tierras bajas de Hodeidah, al oeste de la capital, Saná<strong>uno de cada cuatro niños</strong> sufre una <strong>subalimentación severa.</strong> La falta de comida constituye un riesgo grave para los más jovenes, ya que "les provoca daños irreversibles y afecta a toda una generación", explica la trabajadora humanitaria. Concretamente, la gente que sufre de inseguridad alimentaria come menos o menos frecuentemente (una o dos comidas por día), además de ingerir alimentos poco variados.

En el último año, el conflicto armado se ha recrudecido en extremo, lo que ha tenido  consecuencias directas sobre la falta de comida. Llevar comida a las regiones más cercanas a las zonas de guerra es un camino tortuoso que conlleva que sufran de escasez de algunos productos esenciales.

Crisis económica

Yemen estaba inmersa en una situación económica muy difícil que ha empeorado con la crisis sanitaria.  Según Annabel Symington, el país depende en un 90% de las importaciones extranjeras de comida. Sin embargo, la devaluación de la moneda local y las casi inexsistentes reservas de dólares del Estado hacen aún más caro y difícil importar del extranjero, con la consecuencia directa de un aumento de precios de los alimentos en los mercados locales. Además, muchas personas están desempleadas y varios asalariados del sector público, como los profesores, no han cobrado. Las familias tienen menos poder adquisitivo y no pueden permitirse comprar suficiente comida.

El país depende en gran medida de la ayuda humanitaria para la supervivencia de su población. El WFP, que tiene programas para responder a la<strong> crisis alimentaria</strong> en el país, trabaja para alimentar a 13 millones de yemenís durante todo el año. Sin embargo sus programas corren el riesgo de ser cortados si no hay suficientemente financiación por parte de la comunidad internacional. Por ahora, por ejemplo, la ONU ha recibido solo 1.620 millones de dólares para Yemen, el 48% de lo que necesitaba en el año 2020. Representa una caída enorme de la financiación en comparación con los 3.600 millones de dólares recibidos durante el año 2019.

Falta de financiación

Los principales donantes, EEUU, Arabia Saudí, Reino Unido, Alemania y la Unión Europea, han cortado sus ayudas a causa de la crisis del covid-19 y del problema de interferencia que existe en el país en el momento de distribuir la ayuda humanitaria, lo cual tiene causas directas en la guerra.  

No es la primera vez que los medios de comunicación y organizaciones internacionales advierten del riesgo de hambruna en Yemen. Annabel Symington explica que ya en 2018, el país conoció una situación parecida. En aquel momento, Arabia Saudí donó 2.000 millones de dólares al Banco Central de Yemen para apoyar a la economía. El problema es que esta misma reserva ahora se acerca al cero y las donaciones han sido mucho más bajas que los últimos años. "Lo que necesitamos es que los países donantes den tanto como en los años precedentes", concluye la experta.

TEMAS