NUEVA FIGURA POLÍTICA

Guilherme Boulos, ¿el nuevo Lula?

Dirigente del Movimiento de los Trabajadores sin Techo, ha conseguido pasar a la segunda vuelta electoral en Sao Paulo y se consolida como un nuevo liderazgo de izquierda

Gilherme Boulos, en un acto de campaña en la periferia de Sao Paulo el pasado 12 de noviembre.

Gilherme Boulos, en un acto de campaña en la periferia de Sao Paulo el pasado 12 de noviembre. / periodico

Abel Gilbert

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¿Brasil incuba un nuevo Lula a pesar de profundizar su giro conservador? La pregunta está en la mente de varios analistas desde el momento en que Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), fue elegido junto a Bruco Covas para la segunda vuelta electoral del 29 de noviembre que decidirá quién administrará Sao Paulo, la ciudad más importante del gigante sudamericano. Profesor, filósofo y, ante todo, líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), Boulos, de 38 años, no solo ha sacado de la carrera por el control del municipio más rico a Celso Rusomano, el predicador evangelista que invocaba el nombre de Jair Bolsonaro. Ha irrumpido con una fuerza desconcertante en la misma Sao Paulo, que cuatro décadas atrás vio emerger a Luiz Inácio Lula da Silva durante la histórica huelga de los trabajadores metalúrgicos. Caetano Veloso y Chico Buarque, dos legendarias figuras de la música brasileña, así como el actor Wagner Moura, lo han apoyado con entusiasmo.

El pasado domingo lo votaron más del 20% de los paulistas. La popularidad que ha alcanzado Boulos ha favorecido a su vez el crecimiento de su partido. Erika Hilton, de 27 años, es la primera mujer trans negra de Brasil en ser electa concejala de un ayuntamiento. "Esta victoria significa una bofetada en el sistema transfóbico y racista", dijo la flamante edila de Sao Paulo. Boulos trató de quitarse importancia al referirse al logro de Hilton. El politólogo Cláudio Couto, de la Fundación Getúlio Vargas, cree no obstante que ha surgido "un nuevo líder en el campo progresista". Aunque pierda en la segundo vuelta, "ya ganó las elecciones en cierto sentido". Una percepción similar ha tenido el diario 'Folha': los comicios municipales pueden haber sido "el canto del cisne" de una generación del Partido de los Trabajadores (PT) que Lula fundó en el cordón industrial en los años 80 y llegó a gobernar 12 años Brasil.

Por lo pronto, Lula y su entorno han resuelto apoyar sin reparos a Boulos en las urnas y comenzar a trabajar juntos para impedir la reelección de Bolsonaro en el 2022. En rigor, el PSOL es un desprendimiento del PT. Varios dirigentes intermedios decidieron marcharse en el 2004 cuando Lula llegó al poder en alianza con un sector de la centroderecha y, dijeron entonces, abandonó parte de su programa político. Por entonces, Boulos tenía 26 años y una incipiente inserción académica. Con el correr de los años cambió la investigación por los movimientos sociales. "El sistema no da alternativas para las personas que no tienen acceso a los derechos básicos", dijo sobre su defensa de los 25.000 hombres y mujeres que viven a la intemperie en una Sao Paulo donde existen 40.000 casas abandonadas. La megalópolis, ha insistido, necesita llevar a cabo un plan de creación de viviendas populares.

Bueno en las redes sociales

Boulos no tiene la oratoria de Lula pero ha sabido introducir en los debates públicos numerosos temas de actualidad en las redes sociales que siempre fueron un caldo de cultivo del bolsonarismo.  En esos espacios donde prevalece la difamación ha planteado problemas como los de los trabajadores precarizados y la necesidad de superar las antinomias entre los barrios acomodados y los marginales. De acuerdo con la prensa paulista, el candidato del PSOL se ha inspirado en las políticas de La Francia Insumisa y la izquierda portuguesa.

La visibilidad del PSOL se hizo más intensa como consecuencia de una tragedia: el asesinato de la concejala carioca Marielle Franco, en el 2018. Al igual que Franco en su momento, Boulos es objeto de una profunda aversión por parte de la extrema derecha brasileña. A la par, ya ha comenzado a recibir ataques de sectores que no simpatizan con el capitán retirado pero que aborrecen la posibilidad de una regeneración de la izquierda. "Boulos es Lula con botox; nunca creas en un PSOL moderado", escribió el empresario y bloguero Ricardo Kertzman en la revista 'Istoé'. "Él cree y promueve la invasión contra la propiedad privada y está en contra de quien trabaja y produce". El demonio ha encontrado otro rostro.

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