Europa, ante la segunda ola de covid

La pandemia, que azota de nuevo al continente, y las restricciones para frenarla han alterado significativamente la vida de sus habitantes. Unos protestan, otros se resignan y muchos se preguntan cómo será esta Navidad

La esplanada de Trocadero y la Torre Eiffel en plena pandemia de covid-19.

La esplanada de Trocadero y la Torre Eiffel en plena pandemia de covid-19. / periodico

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El coronavirus ha modificado la vida de los más de 446 millones de habitantes europeos. Para algunos ha supuesto un frenazo en su negocio, para otros en su educación, pero para todos sin duda ha tenido consecuencias. Ante la falta de perspectivas de mejora a corto plazo y las crecientes restricciones impuestas a diario por los gobiernos de cada país, los europeos afrontan con incertidubre las últimas semanas de un año, este 2020, especialmente atípico.

"GENERACIÓN COVID": PRECARIEDAD E INCERTIDUMBRE

"GENERACIÓN COVID": PRECARIEDAD E INCERTIDUMBRE

TEXTO: Irene Casado Sánchez

"Es duro tener 20 años en el 2020". Esta frase de Emmanuel Macron, pronunciada el pasado 14 de octubre en la misma alocución en la que anunció la puesta en marcha de un <strong>toque de queda</strong> destinado a poner freno a la segunda ola de coronavirus, resume las dificultades que sufre toda una generación, bautizada ya como la "generación covid" en Francia. 

Los jóvenes "están sufriendo un sacrificio terrible": "[…] Exámenes cancelados, ansiedad por los estudios, angustia por encontrar su primer trabajo […] Cuando eres joven, te diviertes", continuó el presidente francés. Este 2020, la diversión y la socialización han quedado relegadas a un segundo plano, sumiendo a muchos jóvenes en un cóctel explosivo de soledad, precariedad e incertidumbre.

La pasada primavera, las universidades francesas cerraron sus puertas, imponiendo, de un día para otro, la formación online. Un sistema de enseñanza que requiere ciertos recursos materiales que no siempre están al alcance de todos, convirtiéndose en un nuevo factor de desigualdad entre los estudiantes, además de privarles de los intercambios sociales y culturales de una clase universitaria. 

Las normas destinadas a controlar la epidemia, han alimentado las fracturas sociales existentes y creado otras nuevas. Con el confinamiento y las restricciones que lo precedieron, los pequeños empleos, imprescindibles para muchos jóvenes a la hora de sufragar los gastos de su vida universitaria, han desaparecido temporalmente del mapa.

El número de solicitantes de empleo menores de 25 años creció un 34% entre el primer y segundo trimestre del 2020

Ante esta realidad, diferentes asociaciones francesas han creado un sistema de distribución de alimentos destinado únicamente a los estudiantes en apuros. En la plaza del Panteón, a dos pasos de la Universidad de la Sorbona, decenas de estudiantes se movilizan cada semana para distribuir alimentos entre sus compañeros más desfavorecidos. "Vivo en una habitación de una residencia universitaria, ya no tengo mi trabajo de estudiante, y esta distribución me permite alimentarme adecuadamente", comenta a France 3 una estudiante italiana.

"Muchos estudiantes descubrieron la precariedad después del primer confinamiento, y muchos la conocían incluso antes de la crisis sanitaria", explica el presidente de Co'p1, una de las asociaciones involucradas en el proyecto. En efecto, antes de la crisis ligada al coronavirus, el 20% de los estudiantes vivía ya por debajo del umbral de la pobreza en Francia.

Si para muchos la vida estudiantil está marcada por la penuria, la vida laboral que les espera no es más alentadora. Según las cifras de Pôle Emploi, el número de solicitantes de empleo menores de 25 años aumentó un 34% entre el primer y el segundo trimestre del 2020. Una cifra que mantiene su progresión al alza desde la entrada en escena del covid-19.

Panorama para las próximas semanas

Frente a una ligera mejora en el frente epidemiológico, el Gobierno francés se reúne este miércoles para preparar la salida del segundo confinamiento de aquí a Navidad, pero ha advertido de que la relajación de las medidas será progresiva.

ANITA QUIERE IR A CLASE

ANITA QUIERE IR A CLASE

TEXTO: Rossend Domènech

Comenzó Anita, de 12 años, sentándose en el umbral de su escuela en Turín para seguir a distancia las lecciones que se <strong>impartían </strong>en el interior. Un absurdo, era una protesta. Diez días después, las Anitas de Italia son centenares, tal vez miles, organizados. El movimiento se llama Prioridad a la Escuela y tiene implantación ya en 60 ciudades del país.

Las normas anticovid decretadas por el Gobierno imponen que la primaria y el primer año de secundaria se desarrollen presencialmente, y los cursos superiores en remoto. Pero los estudiantes dicen que cualquier cosa es mejor, "por la calle, en el bar, pero no en casa". Son hijos de clase media y de tendencia progresista, con un ordenador para cada uno y una habitación propia en casa donde encerrarse durante las clases, sin gatos ni padres de por medio. Un tercio de los demás, ocho millones, no cuenta siquiera con un ordenador y aproximadamente también un tercio de los hogares italianos no tiene conexión internet. Tal vez una parte de los fondos del Next Generation UE, que los políticos siguen llamando fondo de recuperación sin pensar en las generaciones futuras, vayan para comprar un PC para todos.

"Nos dicen que somos el futuro del país, pero ¿qué futuro podemos ser si somos completamente invisbles?", se quejan los estudiantes

Liceo Cavour, con vista al Coliseo de Roma, sábado de la pasada semana. Los jóvenes del No-DaD (no a la enseñanaza a la distancia) de cara y de espaldas al anfiteatro de los Flavio sigue las lecciones -pc, tableta, teléfono- que se imparten en el interior, unos metros más allá. La mayoría visten vaqueros y están sentados en el suelo. "La DaD es un instrumento, no una competencia digital", ilustra Barbara Piccinini, una de las fundadoras de Prioridad. Piden ser tenidos en cuenta en el momento que "se está repensando la escuela". "Queremos hablar de la escuela y del después de la pandemia, porque se está vislumbrando una transformación", dicen. Repensar la escuela "poniendo en el centro la formación de los estudiantes como ciudadanos libres del mañana". Los jóvenes sentados en el suelo no son menos: "Nos dicen que somos el futuro del país, pero ¿qué futuro podemos ser si somos completamente invisibles por un Gobierno que nos deja siempre atrás?".

Entorno a Prioridad, están Malas chicas, Ni una menos, Ábrete escuela y otras decenas de movimientos. En Roma, los animadores de las protestan son unas 300 personas que a su vez arrastran a centenares de otras. Igual sucede en Pádua, Verona, Florencia, Faenza. No están solos. "Les he visto estudiar sentados en los escalones de sus escuelas y me dije: 'Iremos también nosotros'". Gloria Ghetti enseña historia. "Queremos reivindicar que la escuela, que está pagando por carencias no suyas, tiene que ser la última en cerrar durante esta emergencia". "Escuela fantasma" captó el dron en la céntrica plaza del Plebiscito de Nápoles el pasado viernes mientras las mesas callejeras de los estudiantes formaban el eslogan No-Dad.

Situación complicada en algunas regiones

El Gobierno de Giuseppe Conte estableció un sistema de restricciones de tres niveles en base al riesgo de transmisión de covid, con regiones amarillas, naranjas y rojas.

CLICK & COLLECT Y LOS PAVOS A DIETA

CLICK & COLLECT Y LOS PAVOS A DIETATEXTO: Begoña Arce

El segundo semiconfinamiento ha pillado mejor preparados a los británicos. Ni colas en los supermercados ni desabastecimiento. El nuevo sistema generalizado de compra es click & collect: elegir, pagar lo deseado en la página web de establecimiento y acudir después a recoger en las tiendas del barrio el vestido, la novela o incluso las pintas de cerveza encargadas al pub de la esquina. Grandes cadenas de almacenes como John Lewis o Marks & Spencer también utilizan la fórmula, que está ayudando a subsistir a millones de negocios con el agua al cuello. Las librerías, que como la cadena Waterstones, hacen la venta del año en este periodo, saben sin embargo que, incluso beneficiándose de este sistema, no podrán recuperar lo perdido con el cierre actual. Y los pequeños negocios ni siquiera tienen la capacidad para manejar encargos 'on line'.

Las pérdidas en ventas de productos no esenciales durante los meses de mayo y junio (1.600 millones a la semana según el British Retail Consortium) van a ser poca cosa comparadas con las de Navidad. Noviembre y diciembre son los meses más provechosos para el medio millón de tiendas, restaurantes y pubs que han tenido que cerrar en Inglaterra con la segunda ola del coronavirus. La predicción es que las compras durante el mes actual caerán en un 80% y el bajón golpeará de lleno al llamado Black Friday.

En ninguna de las cuatro regiones del Reino Unido se sabe aún cuáles serán las normas esta Navidad

Las fiestas navideñas <strong>son la gran obsesión del momento</strong> para los ciudadanos confinados y las autoridades vigilantes de la marcha de la epidemia. Con una cifra de fallecidos que ya sobrepasa los 53.000 y el número de contagios diarios en más de 20.000, nada está asegurado. En Escocia, el Gobierno autonómico impuso el martes otras tres semanas de restricciones al más alto nivel a dos millones de escoceses. En Inglaterra se da por seguro que cuando acabe el actual confinamiento el 2 de diciembre, continuarán las limitaciones graves en muchas zonas. En ninguna de las cuatro regiones del país se sabe aún cuáles serán las normas, si se permitirán desplazamientos para las reuniones familiares, o tan siquiera cuántos se podrán sentar juntos a la mesa el 25 de diciembre.

El problema de la incertidumbre navideña es grave para los avicultores, que llevan meses tratando de adivinar cuántos kilos deberá pesar el pavo que compren sus clientes, algo que depende del número de comensales. Más de 10 millones se consumen el día de Navidad. Algunas granjas han puesto los pavos a dieta para reducir su peso, que oscila entre los 3 y los 20 kilos. Otros van a optar por sacrificarlos antes de tiempo para reducir su tamaño y ofrecerlos congelados. A la hora de echar cuentas tampoco pueden olvidar a los cinco millones de británicos que habitualmente se marchan de vacaciones al extranjero en las navidades y que este año se quedarán aquí. "Habrá más encargos, pero de aves más pequeñas", es la predicción del encargado de una prestigiosa carnicería en Londres. 

Escocia, en sus peores momentos

Más de 2,7 millones de escoceses se enfrentarán a severas restricciones impuestas por el Gobierno local de Nicola Sturgeon a partir del viernes para frenar el avance del coronavirus en el oeste de Escocia. Tras una reunión del Gabinete, la primera ministra escocesa ha indicado que 11 áreas se encontrarán en nivel 4 de alerta a partir de las 18.00 de este viernes.

EL FADO DE LISBOA SE APAGA

EL FADO DE LISBOA SE APAGATEXTO: Lucas Font

La imagen que ofrece Casa de Linhares no tiene precedentes, ni siquiera para un lunes. Vânia Duarte, la propietaria de esta casa de fados del popular barrio de Alfama, canta esta noche para siete personas. Los músicos en el escenario casi superan en número a los comensales. "Solíamos tener de media unas 60 personas en cada servicio. Hoy ya lo ves", explica Duarte haciendo un gesto hacia las mesas. El restaurante de esta fadista es de los pocos que siguen abiertos a pesar de las restricciones, que obligan a la restauración a cerrar antes de las 22:30 horas y no más tarde de las 13 horas los fines de semana. 

En Casa de Linares los días de apertura y de cierre van en función del número de reservas. "Vivimos al día", explica Duarte poco antes de subirse de nuevo al escenario. A su lado, los seis turistas franceses que cenan en una de las mesas esperan con entusiasmo a que se retome un espectáculo prácticamente privado. Pero a la dueña no salen las cuentas. "Hemos pedido todas las ayudas que hemos podido, pero no es suficiente", asegura la fadista, quien desconfía de que una vez se levanten las restricciones vuelvan a tener la misma afluencia que antes. "Nos parece injusto que el Gobierno nos señale como el problema. Eso genera miedo y desconfianza entre la gente, que preferirá no venir aunque volvamos al horario habitual".

"Nos parece injusto que el Gobierno nos señale como el problema. Eso genera miedo y desconfianza", se queja la dueña de una casa de fados

Portugal se encuentra bajo el estado de emergencia hasta el 23 de noviembre, aunque el Parlamento lo extenderá previsiblemente durante 15 días más. Para compensar las pérdidas de la hostelería, el Gobierno ha anunciado ayudas de hasta un 20% de la facturación media entre enero y octubre, además de un paquete de 1.100 millones de euros entre créditos y subvenciones a fondo perdido. Pero los representantes del sector aseguran que la situación es insostenible, y los restaurantes con espectáculos de fado -que se concentran en los barrios más céntricos de la ciudad- sufren especialmente la falta de turistas. "Los extranjeros suponen un 80% de nuestra clientela" asegura Duarte.

En las calles de Alfama, acostumbradas al bullicio, ahora abundan las persianas bajadas. "Nosotros optamos por cerrar a principios de octubre y todavía no sabemos cuándo podremos reabrir", explica Pedro Guerra, propietario del restaurante Fado em Si. Guerra agradece el apoyo del Ayuntamiento de Lisboa, que aprobó un paquete extraordinario de 574.000 euros para las principales casas de fado apelando a la "necesidad de salvaguardar una herencia portuguesa única", pero lamenta que el Gobierno no haya respondido de la misma manera. "Hasta ahora solo nos han ofrecido moratorias en el pago de deudas, pero ninguna ayuda directa", lamenta. La pandemia ha elegido un mal año para golpear al fado, que vive con resignación e incertidumbre lo que tenía que ser un homenaje a la figura de Amália Rodrigues, su voz más emblemática, en el centenario de su nacimiento. 

Restricciones duraderas

El Gobierno portugués mantiene vigente el confinamiento de los municipios con riesgo elevado de contagio de coronavirus desde el 4 de noviembre, medida que alcanza al 70% de la población y que establece que sólo se debe salir de casa para actividades imprescindibles como trabajar, ir al colegio o comprar. 

SAN NICOLÁS PODRÁ SALTARSE EL TOQUE DE QUEDA

SAN NICOLÁS PODRÁ SALTARSE EL TOQUE DE QUEDATEXTO: Silvia Martínez

Hasta el 13 de diciembre al menos <strong>Bélgica </strong>seguirá <strong>semiconfinada</strong>, con bares, restaurantes y comercios no esenciales cerrados, incluidas tiendas de juguetes, que en esta época del año suelen ser un hervidero de compradores y viven su momento álgido para responder a una fiesta prenavideña que los niños de este país centroeuropeo, de 11,5 millones de habitantes, esperan siempre con gran impaciencia y muchos nervios: la llegada el 6 de diciembre de San Nicolás -conocido como Sinterklaas en la región de Flandes y Países Bajos- acompañado de Père Fouettard -o Zwarte Piet en holandés-, el paje negro que según la tradición le ayuda a repartir los regalos y es objeto de acaloradas discusiones sobre racismo desde hace casi una década.

La irrupción del coronavirus y la crisis sanitaria también han trastocado los planes del santo y harán que este año la fiesta un poco diferente. La limitación en los contactos cercanos -a uno solo por persona- le impedirán pasearse con la libertad habitual por escuelas y centros comerciales o recibir la multitudinaria acogida a la que acostumbra a su llegada al puerto de Amberes. Sin embargo, el covid-19 ni le impedirá arribar desde España, ni le obligará a mantener la cuarentena ni tendrá que respetar el estricto toque de queda que en Bruselas y Valonia impide paseare entre las diez de la noche y las seis de la mañana.

Aunque todavía rijan las restricciones, el Gobierno belga ha autorizado la celebración de la fiesta prenavideña de San Nicolás respetando las normas de higiene

"Como sabe, querido San Nicolás, España es zona roja y según las reglas debería permanecer en cuarentena unos días. Sin embargo, como sabemos que no tiene tiempo que perder y necesita desesperadamente cada hora para entregar los regalos para cada niño hemos decidido hacer una excepción para usted y Père Fouettard. El real decreto a tal efecto se publicará próximamente en el Boletín Oficial", le anunciaron la semana pasada en una carta emitida por los ministros de Interior y Sanidad del Gobierno belga.

Las autoridades belgas justifican tal manga ancha con el santo en que el viaje en barco desde España hasta Bélgica dura 17 días, 7 días más de lo que pide el Gobierno a todas aquellas personas procedentes de zona roja, y "un plazo más que suficiente como cuarentena". El Gobierno también emitirá un segundo real decreto para permitir a San Nicolás, a quien los niños acostumbran a dejar galletas de espéculos además de zanahorias para su caballo la noche del 5 de diciembre, saltarse el toque de queda para entregar sus regalos. "No quiere decepcionar a los niños y nosotros tampoco" así que estará "exento", le transmiten en la carta. 

En todo caso, como el resto de los ciudadanos, el santo llegado de España sí estará obligado a mantener la distancia, lavarse las manos regularmente y llevar la mascarilla cuando sea necesario. "Con su mitra y su larga barba probablemente no sea divertido" y "un virólogo español nos ha confirmado que la barba le protege bastante y actúa como mascarilla pero queremos asegurarnos de que no correrá ningún riesgo durante su visita a Bélgica", concluyen los ministros.

Perspectiva de mejora

El confinamiento parcial adoptado hace un mes en Bélgica ha logrado, al parecer, contener la pandemia de coronavirus, anunciaron el miércoles autoridades sanitarias, que difundieron cifras a la baja. "Por primera vez en semanas, o incluso en varios meses, todos los indicadores van en la dirección correcta, lo que significa que todos están bajando: el número de infecciones, hospitalizaciones y, por primera vez, el número de víctimas fatales", dijo el portavoz Yves Van Laethem.

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