CAMBIO DE ETAPA
La victoria de Biden abre un nuevo escenario en Oriente Próximo
Andrea López-Tomàs
Periodista y politóloga.
Andrea López-Tomàs
No solo Estados Unidos se ha mantenido en vilo ante sus resultados electorales. A miles de kilómetros, los líderes de la región de Oriente Próximo llevan toda la semana con la atención puesta en estas excepcionales elecciones. La victoria del candidato demócrata Joe Biden se ha traducido en un triunfo celebrado por un esperanzado Irán mientras que los lamentos por la marcha de <strong>Trump</strong> llegan desde Israel, Arabia Saudí, Egipto o Turquía. Netanyahu, quién describió al republicano como "el mejor amigo que ha tenido Israel en la Casa Blanca", lidera el duelo en la región.
Desde las diferentes residencias presidenciales de Oriente Próximo, han llegado mensajes de felicitación hacia el nuevo presidente de Estados Unidos. La rapidez a la hora de publicarlos parece indicar el nivel de entusiasmo hacia el cambio. "Espero trabajar con ambos [Biden y Harris] para reforzar aún más la alianza especial entre EEUU e Israel", tardaba en tuitear el primer ministro israelí. Inmediatamente, Netanyahu agradecía "su amistad" a Trump por "reconocer Jerusalén y el Golán, por la resistencia a Irán, por los históricos acuerdos de paz y por elevar la histórica alianza estadounidense-israelí a cimas sin precedentes".
Con la marcha del republicano, Bibi pierde a su más fiel aliado. Mientras su legislatura es constantemente puesta en duda en las calles que llevan meses reclamando su dimisión, los triunfos en política internacional con los acuerdos de normalización con países árabes mediados por Trump traían alguna legitimidad al líder israelí. Pactos que Biden ha celebrado y que se ha comprometido a ampliar. Y aunque los palestinos llevan años con sus esperanzas enterradas, la oposición del demócrata a la anexión de Cisjordania y a la expansión de los asentamientos aporta un poco de luz.
Irán espera un cambio
Los ayatolás, por su parte, han apoyado a Biden durante toda la campaña desde que anunció la recuperación del acuerdo nuclear de Obama, del que Trump se retiró en el 2018. "Espero que veamos un cambio en las políticas destructivas de EEUU, un retorno al Estado de derecho y las obligaciones internacionales y el respeto por las naciones", ha dicho el vicepresidente iraní, Eshagh Jahangiri, tras conocerse la noticia. Un Irán ahogado por las sanciones estadounidenses y sus nefastas consecuencias económicas ve en Biden un cambio necesario para su población.
También el "dictador favorito" de Trump, el presidente egipcio Abdelfatah Al-Sisi, ha felicitado a su nuevo homólogo estadounidense. Este se ha mostrado crítico con el apoyo de Trump al autoritario Sisi, afianzado en el poder tras un golpe de estado en el 2013. Alejado de los discursos de Obama en defensa de la democracia en la región, Trump ha utilizado sus cuatro años de mandato para apoyar a regímenes opresivos contra activistas y periodistas. Desde Egipto hasta Arabia Saudí, el nulo respeto a los derechos humanos no ha sido un impedimento para el presidente saliente para crear y reforzar alianzas.
Guerra del Yemen
"Defenderé el derecho de activistas, disidentes políticos y periodistas alrededor del mundo a decir lo que piensan libremente sin temor a la persecución y a la violencia", declaraba Biden en el aniversario del asesinato del periodista saudí Samal Khashoggi este pasado octubre. Ante la mirada indiferente de Trump a las agresiones saudís a la libertad de expresión y el <strong>encarcelamiento de activistas feministas</strong>, Biden se presenta como un tímido cambio en el Golfo. Tras criticar el "peligroso cheque en blanco" de Trump al príncipe heredero Mohammad Bin Salman, ha defendido "ordenar una reevaluación de nuestra relación" con la monarquía saudí.
A su vez, Biden ha prometido el fin del apoyo estadounidense a la campaña saudí contra los rebeldes hutís, apoyados por Irán, en Yemen. Durante un lustro, esta guerra ha consumido una población famélica y se ha llevado por delante decenas de miles de personas. Pocos creen en las palabras de Biden respecto a este conflicto ya que fue durante su mandato como vicepresidente durante la administración de Obama cuando se inició la venta de armas a la monarquía saudí, siempre en constante violación de los derechos humanos fuera y dentro de sus fronteras.
Silencio turco
Por su lado, el silencio de Turquía al conocerse la victoria de Biden se ha hecho notar. El demócrata ha anunciado repetidas veces su intención de endurecer la postura estadounidense hacia las intervenciones militares del presidente Recep Tayyip <strong>Erdogan</strong> y su estrecha cooperación con la Rusia de Putin.
Al fin y al cabo, quienes sufren más las pasadas y actuales intervenciones estadounidenses en la región son sus gentes. En Oriente Próximo, la población vive ahogada entre crisis económicas, elevadas cifras de desempleo juvenil y masivas aunque fallidas protestas antigubernamentales. La llegada a la Casa Blanca de Biden, otro hombre blanco de más de 70 años, no se ha notado en unas calles desgastadas por la política imperialista impuesta desde sus despachos.
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