La proeuropea Maia Sandu, nueva presidenta de Moldavia

Hace poco más de un año, la exprimera ministra proeuropea de Moldavia, Maia Sandu, abandonaba la sede del Parlamento, donde acababa de ser derribada por una moción de censura, prometiendo ante cientos de sus partidarios allí congregados "continuar la lucha" y "no desfallecer".  Transcurridos 12 meses de aquellos amargos momentos, esta antigua economista del Banco Mundial ha podido materializar su compromiso al imponerse al presidente saliente, Igor Dodon, defensor de reforzar los vinculos con el Kremlin, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el domingo en esta pequeña república exsoviética.  

Cuando ya se habían contabilizado la práctica totalidad de los votos emitidos, Sandu aventajaba a su rival con el 53,8% de los sufragios, ocho puntos por encima del respaldo obtenido en las urnas por su rival Dodon.  La gran movilización de los residentes moldavos en el extranjero se ha convertido en el principal elemento decisorio de esta elección y ha aupado a la exprimera ministra al triunfo, según han coincidido los medios de prensa locales: más de 200.000 votos fueron emitidos en oficinas habilitadas en el extranjero, en particular en ciudades como París o Frankfurt.

"Necesitamos que el Estado trabaje para los ciudadanos, no para ladrones y funcionarios corruptos", ha declarado Sandu. El pasado año, la presidenta electa de Moldavia, un pequeño estado de 3,5 millones de habitantes de habla rumana situado entre Rumanía y Ucrania, encabezó un fugal gobierno que duraría tan solo cinco meses, enfrentada con Dodon por el rumbo estratégico que debía seguir el país.  Tras su triunfo, los analistas esperan que disuelva el Parlamento, donde el Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (PSRM), la fuerza política de Dodon, dispone de una amplia representación de 37 diputados sobre un total de 101, una cifra que, aunque no constituye una mayoría, sí concede a su rival político una gran capacidad de maniobra.

La respuesta de Dodon y de Rusia

Los expertos observan de cerca la actitud que adopte Dodon tras la proclamación de los resultados y la respuesta de la propia Rusia, en particular después de los acontecimientos del verano en Bielorrusia, donde la colaboración del Kremlin ha permitido al presidente Aleksándr Lukashenko mantenerse en el poder tras unos comicios presidenciales considerados como fraudulentos por la oposición, pese a las enormes movilizaciones callejeras. De momento, el presidente saliente emite señales contradictorias: el viernes hizo un llamamiento a sus partidarios a salir a la calle si percibían que los resultados eran amañados, pero en las últimas horas ha publicado un mensaje en su cuenta de Facebook en la que instaba a los ciudadanos a la "calma" pese a los "resultados electorales".

Durante elperiodo previo a los comicios, desde el Kremlin se han pronunciado duras recriminaciones contra Occidente, en un tono similar a las escuchadas durante la crisis veraniega bielorrusa. Serguéi Naryshkin, jefe del servicio secreto exterior ruso (SVR), acusó hace unas semanas a EEUU de instigar protestas contra Dodon. Éste, por su parte, ha calificado de "injerencia" las declaraciones de apoyo de parte del expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, o de la ministra de Defensa de Alemania,  Anegret Kaumpf-Karrenbauer, recibidas por Sandu antes de la primera vuelta electoral.