TENSIÓN EN EL EJECUTIVO

Cummings, el poderoso asesor de Johnson, deja el Gobierno

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Begoña Arce

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Dominic Cummings, el hombre más poderoso y detestado ha dejado subitamente el Gobierno británico. Cummigns había anunciado pocas horas antes su "retirará" para finales de año, pero esta tarde ha dejado definitivamente la residencia oficial de Downing Street cargando un caja de cartón.  El principal asesor de Boris Johnson y la figura que ha contribuido a cambiar para siempre al Reino Unido, con su larga cruzada para sacar al país de la Unión Europea, ha perdido la batalla interna que libraban los miembros del equipo del primer ministro. Su salida supone el debilitamiento en las decisiones gubernamentales de los kamikazes del 'brexit'.

Cummings había venido moviendo los hilos del poder, exigiendo total sumisión a sus órdenes y anulando la autonomía y gestión de los ministros del Gabinete. Su brutal manera de actuar, saltándose las normas, despidiendo sin contemplaciones a altos cargos del funcionariado o despreciando al Parlamento, (llegó a llamar "tontos útiles" a los propios diputados conservadores defensores del 'brexit') le han granjeado muchos enemigos, incluidas personas muy próximas a Johnson, como su prometida, Carrie Symonds.  El Gobierno se mueve "hacia una fase diferente" ha declarado el ministro de Transportes, Grant Shapps al comentar la marcha del asesor.  

Gestión caótica

Cummings había anticipado en enero su intención de irse a finales de año, pero la salida se ha precipitado tras la dimisión presentada esta semana por uno de sus más estrechos colaboradores, Lee Cain, como director de comunicaciones del Gobierno. Ambos pertenecen a ‘Vote Leave’ una organización que dirigió la campaña del referéndum y a la que Johnson instaló en Downing Street, entregándoles las llaves de la administración del país.

Cummings había demostrado saber ganar en las urnas con eslóganes engañosos y populistas. Logró el triunfo del 'brexit' y la arrolladora victoria electoral de Johnson el pasado mes de diciembre, con el ‘Get Brexit Done’, pero la gestión gubernamental bajo su asesoramiento ha sido, como reconocen incluso sus simpatizantes, ineficiente y caótica.

Este verano Cummings tuvo que convocar una rueda de prensa para explicar por qué en pleno confinamiento se había saltado la prohibición expresa del Gobierno y había viajado al norte de Inglaterra. El repudio de los ciudadanos ante su arrogancia y falsedad, destruyó la popularidad de Johnson, que en lugar de cesarle le defendió.

Fue también entonces cuando el público empezó a preguntarse por el poder de un personaje tenebroso, que nadie había votado ni elegido y cuya mano estaba detrás de la polémica agenda del Ejecutivo de liquidar la BBC, diezmar el poder judicial, desmantelar la cúpula de la administración pública o endurecer aún más las medidas de asilo. 

Descontento y rebelión

El hacer de Cummings también ha deteriorado las relaciones del primer ministro con el Partido Conservador, al que el asesor no pertenece. En un año, y a pesar de contar una gran mayoría en la Cámara de los Comunes, ya se han producido varias rebeliones de diputados 'tories' descontentos con medidas del Gobierno, que nadie sabe a ciencia cierta quién toma, o a quién pedir responsabilidades.

Incluso han empezado a circular cartas entre el grupo parlamentario pidiendo una nueva elección de líder. De momento es sólo un aviso a Johnson de que las cosas deben cambiar.