crisis institucional

El Congreso peruano destituye al presidente Vizcarra por corrupción

El presidente de Perú, Martín Vizcarra, comparece ante los medios a su llegada al Congreso, este lunes.

El presidente de Perú, Martín Vizcarra, comparece ante los medios a su llegada al Congreso, este lunes. / periodico

Abel Gilbert

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En lo que parece ser una costumbre, Perú vuelve a quedarse sin presidente. El Congreso destituyó al mandatario provisional, Martín Vizcarra, por "incapacidad moral" al haber recibido sobornos de una empresa constructora seis años atrás. "Me voy con la conciencia tranquila, la frente en alto y el deber cumplido. Hasta otra oportunidad", dijo en la noche del lunes.  Se necesitaban los 87 votos de los 130 legisladores. La propuesta fue votada por 105 legisladores. Apenas 19 se opusieron.  Las bancadas de Acción Popular, Alianza para el Progreso (APP), Frepap, Fuerza Popular, Unión por el Perú (UPP), Podemos Perú, y Frente Amplio terminaron con sus dos años de accidentada gestión. El titular del Parlamento, Manuel Merino de Lama, deberá asumir este martes las funciones del Ejecutivo.

Vizcarra expresó su desacuerdo con el dictamen parlamentario. "No se ha impuesto no la razón, sino el número de votos de los representantes del pueblo, que aparentemente se olvidaron de a quién representan". Pocas voces salieron a respaldarlo, entre ellas la del arzobispo limeño, Carlos Castillo, quien pidió a los legisladores que "rectifiquen la medida que han tomado". Para el diario La República, el Congreso ha dado "un golpe de Estado". En su editorial señaló: "Es imposible que desde ese fangoso ángulo pueda venir la moralización del país". 

"Perú está indignado por lo que pasa en el Congreso. Su lucha contra la corrupción es una mentira: están negociando ministerios y nuestro derecho democrático a elegir en el 2021. Lo que no se defienda en el Parlamento va a ser defendido en las calles", dijo Julio Guzmán, del Partido Morado, el úúnico que votó contra la destitución.

Giro inesperado

Semejante desenlace político no estaba en el horizonte de buena parte de los analistas hasta hace unos días. Los acontecimientos se precipitaron después de que se hicieran públicos unos mensajes de Vizcarra al exministro de Agricultura José Hernández que dejaron entrever la falta de transparencia en sus relaciones con las empresas cuestionadas cuando era gobernador de región de Moquegua (2011-14). Los sobornos ascenderían a los 620.000 dólares. "Estoy aquí para esclarecer cualquiera de los hechos que falsamente me imputan", dijo el mandatario destituido cuando le tocó hacer uso de la palabra.

La larga sesión parlamentaria de este lunes se inició con un final previsible para Vizcarra. Sus apelaciones no fueron escuchadas. "Confío en la madurez, en la prudencia y en la responsabilidad de los parlamentarios y las bancadas que apuestan por la democracia. Hago un llamamiento a la unidad, a la sensatez y a trabajar juntos. La historia y los peruanos juzgarán nuestras decisiones", dijo durante su encendida defensa. La nueva crisis política tiene lugar a seis meses de las próximas elecciones generales. Merino de Lima se mantendrá como presidente interino hasta julio.

Hace dos años, Vizcarra reemplazó en el Ejecutivo a Pedro Pablo Kuczynski. El entonces presidente decidió dimitir antes de ser cesado por el Congreso, que investigaba sus relaciones con la constructora brasileña Odebrecht.  

Segundo intento

"Tenemos grandes tareas que cumplir, respetando la voluntad del pueblo, respetando la Constitución, y, sobre todo, respetando la estabilidad del país", le pidió Vizcarra a los congresistas y advirtió sobre los efectos en la "estabilidad económica" que tendría su salida del Ejecutivo. Vizcarra ya evitó el 19 de septiembre ser destituido por un caso menor, sus relaciones con el oscuro cantante Richard Swing, favorecido con contratos estatales.

La inestabilidad institucional es una constante en un país donde todos los presidentes electos tras la huida de Alberto Fujimori, hace dos décadas, han sido encausados por corrupción (Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pablo Kuczynski) y el restante, Alan García, se pegó un tiro para evitar la cárcel.

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