crisis sanitaria global

Austria inicia un confinamiento con toque de queda, cierre de hoteles y restaurantes

Las nuevas medidas, anunciadas el pasado sábado, entran en vigor horas después de los atentados de anoche en Viena

confinamiento en austria coronavirus

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Efe

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Austria estrena este martes un nuevo confinamiento que se alargará durante un mes con restricciones de movimiento y contactos privados, así como el cierre de hoteles y locales de gastronomía, ocio y culturales, entre otras medidas. Además, se impone un toque de queda a partir de las 20 horas para impedir los encuentros y fiestas privadas nocturnas, pero se permite salir de casa de forma individual para pasear, hacer deporte y trabajar. 

Las nuevas restricciones, que entran en vigor horas después de los atentados de Viena, regirán hasta el 30 de noviembre y la esperanza es que "surtan el efecto deseado de lograr un descenso masivo de las cifras de contagio, para poder aliviarlas paulatinamente en diciembre", dijo el sábado el canciller federal de Austria, Sebastian Kurz, en una rueda de prensa televisada para anunciar las nuevas medidas. El jefe de Gobierno se refirió a la sostenida aceleración del ritmo de contagios por coronavirus, así como el creciente número de pacientes de covid-19 hospitalizados y en cuidados intensivos, con el riesgo de que se supere la capacidad de las clínicas. 

Entre las 20.00 y las 6.00 horas se podrá abandonar la vivienda por razones profesionales, para pasear o hacer deporte al aire libre de forma individual, así como en caso de emergencia para evitar algún peligro, pero no para encuentros con otras personas o visitas a otros hogares, salvo para asistir a personas necesitadas.

Locales de ocio

Se cancelan todos los espectáculos y eventos culturales, lo que significa el cierre de teatros, cines, museos y zoológicos, así como deportivos, salvo las competiciones de profesionales, que podrán tener lugar aunque sin público.  Se cierran los hoteles -aunque se prevén excepciones para viajeros de negocios-, locales de ocio, bares y restaurantes. A estos últimos se les permite vender comida para llevar a casa. También se cierran piscinas, gimnasios y otros centros de deporte aficionado u ocio.  Están completamente prohibidos todos los eventos como bodas, fiestas de cumpleaños y mercadillos de Navidad. 

A diferencia del régimen impuesto en la primera oleada de la pandemia la pasada primavera, esta vez permanecerán abiertas las guarderías y los centros de educación para alumnos hasta 14 años, mientras que se impone la enseñanza a distancia para los estudiantes de secundaria y de universidad.  Todos los comercios permanecen abiertos, así como la producción y la industria del país. 

Kurz instó a los empresarios y empleados a "pasar al trabajo a distancia siempre que sea posible". En caso negativo, los trabajadores deben guardar una distancia mínima de un metro entre sí, y si ello no sea factible, usar mascarillas.  En general, se impone esa distancia física y la obligatoriedad de cubrirse nariz y boca en todos los espacios públicos cerrados, en las clases presenciales de alumnos de entre 10 y 14 años, y en todos los comercios. 

Sumas limitadas

Kurz aseguró que los locales y empresas obligadas a cerrar serán indemnizadas por el Estado con el 80% de la facturación registrada en Hacienda en el mes de noviembre de 2019. Sin embargo, debido a la aplicación de las directivas de la Unión Europea, esas sumas estarán limitadas a un máximo de 800.000 euros por empresa, cifra que abarca las ayudas recibidas ya por el cierre decretado en la primera oleada, precisó el ministro de Finanzas, Gernot Blümel, en la misma rueda de prensa. 

Según Kurz, las indemnizaciones, que se calcula superarán en su conjunto los mil millones de euros, están supeditadas a que no se despidan a los trabajadores. Desde marzo, Austria ha registrado 106.784 casos de coronavirus, 5.349 en las últimas 24 horas. Los expertos temen que las capacidades de las UCI puedan superarse a partir de 6.000 contagios diarios.  Actualmente hay 1.867 pacientes de covid-19 hospitalizados, 265 de ellos en cuidados intensivos.  Hasta ahora han fallecido por la pandemia 1.109 personas, mientras que más de 66.000 se consideran sanados.