CARICATURAS DE MAHOMA

Erdogan se pone al frente del boicot a los productos franceses

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante una intervención televisada el pasado lunes.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante una intervención televisada el pasado lunes. / periodico

Irene Casado Sánchez

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La ofensiva de Emmanuel Macron contra el islamismo radical, apoyada en su proyecto contra el "separatismo islamista" y su discurso en defensa del derecho a la blasfemia, no ha tardado en levantar ampollas más allá de sus fronteras. #Boycott_France_Products#We_Love_Mohammad #WeHateFrancegovernment son algunos de los 'hashtags' lanzados a través de las redes sociales en Turquía, Irán, Pakistán, Jordania y Kuwait, para denunciar la publicación de las caricaturas del profeta Mahoma y pedir el boicot de los productos franceses. El propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha colocado a la cabeza de la iniciativa en contra de Francia.

Los quesos Kiri y Babybel han desaparecido de las estanterías de varios supermercados en Kuwait y 420 agencias de viaje han suspendido las reservas de vuelos con destino a Francia. En Qatar, las cadenas de distribución Al-Meera y Souq Al-Baladi han anunciado que "retirarán" los productos franceses hasta nueva orden y la Universidad de Qatar ha decidido aplazar la Semana Cultural Francesa tras el "ataque deliberado al islam y a sus símbolos".

Las críticas contra el presidente francés se han multiplicado desde su intervención en el homenaje dedicado a Samuel Patyel profesor decapitado por haber ilustrado sus clases sobre la libertad de expresión con las caricaturas de Mahoma publicadas por el semanario satírico 'Charlie Hebdo'. "Continuaremos, profesor. Defenderemos la libertad que usted enseñaba tan bien y sostendremos el laicismo, no renunciaremos a las caricaturas", lanzó Macron durante la ofrenda dedicada al maestro el pasado miércoles.

Mensaje "provocador"

Un mensaje considerado como una verdadera provocación por ciertos países musulmanes. El primer ministro pakistaní, Imran Khan, ha acusado al mandatario francés de "atacar al islam" al alentar la publicación de las controvertidas caricaturas. "La libertad de expresión no justifica de ningún modo la provocación insultante y la ofensa injuriosa de la religión musulmana [que profesan] más de 2.000 millones de fieles", ha condenado en el mismo tono el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos, haciendo referencia a la repetida publicación de las "ofensivas" caricaturas del profeta. Una posición compartida por la Organización de Cooperación Islámica -organismo que engloba a los estados de confesión musulmana-, que deplora "los comentarios de ciertos responsables franceses […] que podrían perjudicar las relaciones franco-musulmanas".

Frente a las críticas y el boicot puesto en marcha, Macron respondió a través de las redes sociales: "Apreciamos la libertad, garantizamos la igualdad, vivimos la fraternidad con intensidad. Nada nos hará retroceder, nunca […] Continuaremos. Respetamos todas las diferencias en un espíritu de paz. Nunca aceptamos el discurso de odio y defendemos el debate razonable", añadió en un mensaje difundido en árabe e inglés.

Tensiones entre Francia y Turquía

En este clima de tensión, las relaciones entre Francia y Turquía merecen una atención especial. Este mismo domingo, Macron retiró temporalmente a su embajador en Ankara, tras convertirse en objeto de críticas de su homólogo turco: "¿Cuál es el problema de Macron con los musulmanes y el islam? Macron necesita tratamiento a nivel mental […] ¿Qué más se puede decir de un jefe de Estado que no comprende la libertad de creencias y que se comporta de esta manera con millones de personas que viven en su país y que son miembros de una fe diferente?", criticó Erdogan. Declaraciones consideradas "inaceptables" por el Elíseo. 

El proyecto de ley contra el "separatismo islamista" -contra quienes en nombre del islam querrían tomar el control de ciertos territorios de Francia-, y su capítulo dedicado a "reestructurar el islam", tampoco gustaron al mandatario turco. "Las declaraciones de Macron diciendo que el islam está en crisis son una clara provocación […] ¿Quién eres tú para hablar de reestructurar el islam? […] Es una insolencia", condenó Erdogan a principios de octubre.

Falta de entendimiento

Más allá de los rifirrafes entre sendos mandatarios en torno a la confesión musulmana, aparecen otros asuntos de carácter geopolítico. Mientras <strong>Grecia y Turquía compiten por las zonas de explotación de hidrocarburos en el Mediterráneo</strong>, lejos de toda neutralidad, Francia defiende a capa y espada a sus vecinos griegos. El pasado mes de julio, enfrentados por la gestión del conflicto libio, Francia denunció una intervención "extremadamente agresiva" de barcos turcos contra un buque galo que participaba en una misión de la OTAN en el Mediterráneo, acusación desmentida por las autoridades turcas.

Macron ha condenado en repetidas ocasiones la intervención de Turquía en Libia, así como la presunta intromisión turca en el conflicto armado entre Armenia y Azerbaiyán para respaldar a las fuerzas azerbaiyanas. Condenas y reproches mutuos que se traducen hoy en una absoluta falta de entendimiento diplomático