Elecciones en EEUU

El voto negro indignado, vital para Biden

Una mujer afroamericana vota en el colegio electoral de Midtown Center de Milwaukee (Wisconsin).

Una mujer afroamericana vota en el colegio electoral de Midtown Center de Milwaukee (Wisconsin). / periodico

Ricardo Mir de Francia

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La iglesia lleva cerrada desde marzo y dentro hace un frío inclemente. Las ventanas del gimnasio están rotas. Hay manchas de agua en el refectorio y un desorden bíblico en el altar. Lo que no hay es rastro de los albañiles, que tendrían que haber arreglado las goteras del tejado antes de que los feligreses vuelvan a misa este domingo tras siete meses de servicios virtuales. El reverendo Gregory Lewis refunfuña, pero no piensa claudicar. Cuando acabe la misa, acompañará a su parroquia a votar por anticipado, una de las muchas iniciativas que ha emprendido para tratar de movilizar al electorado negro de Milwaukee en estas presidenciales. "No podemos esperar a que aparezca un caballo blanco para salvarnos. Solo cambiarán las cosas si formamos un bloque electoral fuerte para que nuestra voz sea escuchada", dice este párroco de 62 años.

Su comunidad está "enferma". No solo de un covid-19 que estuvo a punto de matarle en marzo, como ha hecho de forma desproporcionada con miles de afroamericanos, sino de otras patologías más mundanas como la pobreza, la violencia, las drogas o la falta de oportunidades. Un diagnóstico extrapolable a otras ciudades con abundante población negra, desde Chicago a Baltimore pasando por Detroit o Menfis. Nadie duda que esta minoría volverá a votar demócrata de forma abrumadora, pero del porcentaje final podría depender la victoria de Joe Biden. Hace cuatro años su participación cayó siete puntos en todo el país respecto al 2012, la primera vez que sucedía en dos décadas.

Victoria de Trump en Wisconsin

El resultado ya lo conocen. En un estado decisivo como Wisconsin, la caída de la participación se concentró en Milwaukee, su principal metrópolis, donde se emitieron 40.000 sufragios demócratas menos. Una cifra que le bastó a Donald Trump para ganar el estado por 23.000 votos y teñirlo del rojo republicano por primera vez desde 1984. Ese escenario ocupa ahora los desvelos de activistas demócratas como el reverendo Lewis, que lidera Souls to the Polls, una coalición de líderes religiosos dedicada a llevar a los suyos hasta las urnas. "Nuestro principal desafío es convencer a los jóvenes para que voten. No creen en el sistema y se sienten expulsados por esta sociedad donde el racismo sigue muy vivo", dice mientras su teléfono suena sin parar. "No tienen trabajo, no pueden comprarse una casa, la educación les ha fallado y apenas pueden poner un plato en la mesa. Solo les preocupa sobrevivir", añade.

No es una exageración. Milwaukee es la ciudad más segregada de Estados Unidos y la peor de sus metrópolis para ser negro, según varios estudios. Más del 70% de sus jóvenes estudian en colegios tan hipersegregados como a finales de los años sesenta; casi la mitad de sus niños son pobres y uno de sus barrios encarcela a más hombres negros que cualquier otro lugar del país. Muhibb Dyer lleva tres lustros luchando contra el desaliento. Después de que su ahijado de 16 años fuera acribillado en la calle, puso en marcha la campaña No moriré joven para tratar de frenar la violencia armada que impera en los barrios más pobres y segregados de Milwaukee. 

Disturbios raciales

"Las generaciones más mayores siguen honrando los sacrificios que tuvieron que hacer nuestros antepasados para conquistar el derecho al voto, pero con los jóvenes es diferente", explica Dyer en un pequeño mercado con negocios de propiedad negra. Se alza literalmente sobre las cenizas de un banco que ardió en los disturbios del 2016, cuando parte de la ciudad se levantó para protestar por la muerte de un veinteañero negro tiroteado por la policía. Sylville Smith se llamaba, otro mártir más para ese panteón desbordado que ha añadido recientemente nombres como Breonna TaylorGeorge Floyd o Jacob Blake, herido gravemente a solo unos kilómetros de Milwaukee.

Las protestas de los últimos meses contra la brutalidad policial y el racismo reflejan la indignación que recorre la América negra y, aunque han dado pie a una nueva generación de líderes por los derechos civiles, no han acabado de atraer a las masas de desheredados como los que pueblan estos barrios. "Entre los menores de 35 años, muchos creen que los dos candidatos son dos caras de la misma moneda. Si bien piensan que Trump es racista y tóxico para el país, no tienen confianza en Biden porque lo ven como un anciano blanco que ayudó en los años noventa a que muchos negros acabaran en la cárcel", dice Dyer aludiendo al apoyo de Biden a las políticas de encarcelación masiva de Bill Clinton. Un respaldo del que se ha arrepentido y que no le pasó demasiada factura en las primarias, donde fueron los afroamericanos quienes rescataron su moribunda candidatura.

Hartos de la situación

Los primeros datos sobre el voto anticipado y por correo sugieren un aumento de su participación y llenaban las colas en varios colegios electorales de Wisconsin esta semana. Aunque no es más que voto anticipado. "Yo no sé si llamarlo entusiasmo, más bien lo llamaría frustración. Nuestra gente está asqueada con la situación en Milwaukee y en todo el país. La pandemia no ha hecho más que empeorarlo. Las cosas tienen que cambiar", afirma Lena Taylor, senadora estatal demócrata. Taylor reparte cajas de comida en el barrio que más negros encarcela del país, conocido por su código postal, el 53.206. Dirige el tráfico y da instrucciones como una más. Y como muchos otros cree que su partido ha dado el voto negro por descontado durante demasiado tiempo, sin que nada cambiara después substancialmente. Ni siquiera con Barack Obama

Pero esta vez está vez está algo más esperanzada. "Nunca he visto una candidatura que haya puesto la injusticia contra los negros en el centro de su campaña. Esta es la primera vez que sucede desde Jesse Jackson. Puede que al final todo quede en palabras, pero nunca había visto un plan tan ambicioso".

A unos metros de allí Jajuan Snipes pasa el rato en el porche de su casa. Tiene 19 años y trabaja en una compañía de seguridad. Pero no tiene muchas ganas de hablar. Está de luto. La víspera mataron a uno de sus amigos del colegio en un tiroteo. Snipes dice que irá a votar, aunque ni siquiera sabe cómo se llama el candidato demócrata: "Solo sé que votaré contra Trump. Algo tiene que cambiar en mi comunidad. Hay demasiada violencia".

En estos momentos, Biden va por delante en Wisconsin por 4,6 puntos percentuales, según la media de las encuestas de Real Clear Politics.

"Qué cojones tenéis que perder"

Hace cuatro años Donald Trump presentó una disyuntiva al electorado afroamericano. "Vivís en la pobreza, vuestros colegios no son buenos, no tenéis trabajo y el 58% de vuestros jóvenes están desempleados. ¿Qué cojones tenéis que perder?", dijo en un suburbio blanco de Michigan. 

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