GOLPE A LA REVOLUCIÓN

Saad Hariri, designado de nuevo primer ministro del Líbano un año después de dimitir por las protestas

El dirigente se compromete a formar un gobierno "rápido" en un país destrozado por la crisis económica y la explosión de Beirut

Saad Hariri, tras ser designado de nuevo primer ministro, este jueves.

Saad Hariri, tras ser designado de nuevo primer ministro, este jueves. / periodico

Andrea López-Tomàs

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El Líbano vuelve a la casilla de salida. Después de dos meses y medio sin gobiernoSaad Hariri ha sido nombrado primer ministro. Precisamente fue este líder suní a quien las protestas del otoño pasado forzaron a dimitir. En plena debacle económica, este nombramiento es una violenta bofetada para la revolución que hace un año soñaba con un Líbano mejor, un Líbano libre de corrupción. Hoy, entre las ruinas de su capital, este gesto ahonda el abismo entre la política y la sociedad libanesa. 

Solo 359 días han separado al líder del Movimiento del Futuro del cargo de primer ministro. Con 64 legisladores a favor, el presidente Michel Aoun ha nombrado al candidato favorito mientras que 53 parlamentarios se han abstenido de nombrar a otro alternativo. Hariri ha dicho que formará un gobierno "rápido" en un país con una tradición política complicada, con negociaciones que duran meses. El ya tres veces primer ministro se ha comprometido a formar un gabinete de especialistas. 

La dimisión del Gobierno de Hasán Diab el pasado 10 de agosto, seis días después de la explosión del puerto de Beirut, lanzó al país a la deriva política. En respuesta a las reclamaciones de regeneración política del presidente francés, Emmanuel Macron, como condición previa al envío de ayuda económica para la reconstrucción, Aoun nombró al independiente Mustafá Adibn, que se vio forzado a renunciar al cargo después de un mes de negociaciones. A finales de septiembre, el bloqueo de los partidos chiís Hizbulá y Amal imposibilitó la formación del gobierno. Así, Hariri se convierte en el tercer primer ministro nombrado en un año catastrófico para el Líbano. 

Durante la víspera del nombramiento de Hariri, varios de sus seguidores quemaron una instalación en la plaza de los Mártires de Beirut, epicentro de las protestas que este sábado cumplieron un año. Decenas de personas respondieron cortando una de las vías principales de la capital. Rápidamente esta madrugada se ha vuelto a instalar el puño en alto con la palabra ‘zaura’, revolución en árabe.

Complejo sistema político

"Me dirijo a los libaneses que sufren unas dificultades hasta el punto de la desesperación para decir que estoy decidido a ceñirme a la promesa que hice de trabajar para detener el colapso que amenaza a nuestra economía, nuestra sociedad y nuestra seguridad", ha señalado Hariri. El renovado primer ministro ha prometido trabajar "para reconstruir lo que fue destruido por la terrible explosión en el puerto de Beirut" ante la "única y última" oportunidad del país y aplicar "los artículos de la iniciativa francesa". El presidente francés ha visitado el país en dos ocasiones tras la deflagración en el puerto para forzar a la clase política libanesa a aplicar reformas para acabar con la corrupción y recibir ayudas internacionales. 

Saad Hariri inició su carrera política tras el asesinato de su padre, el exprimer ministro Rafiq Hariri, en el 2005 por un coche bomba. El sistema político libanés, uno de los más complejos del mundo, está ideado para dar cabida a las 18 sectas religiosas que conviven en el país. Por ello, el cargo de primer ministro siempre debe ser ocupado por un musulmán suní; el de presidente, por un cristiano maronita, Michel Aoun desde el 2016; y el de presidente del parlamento, por un musulmán chií, Nabih Berri desde 1992. La revolución del pasado otoño congregó a miles de libaneses en las calles que se levantaron contra este sistema sectario tomado por los antiguos señores de la guerra que gozan de barra libre para la corrupción

El líder suní recibe gran parte de sus apoyos de Arabia Saudí , la antigua metrópolis del Líbano. Las cristianas Fuerzas Libanesas y la milicia chií Hizbulá, con 14 y 12 parlamentarios respectivamente, no han nombrado a ningún candidato alternativo. La imagen de Aoun, Berri y Hariri en el palacio presidencial de Baabda, una instantánea con protagonistas que parecen ser más poderosos que el tiempo, ha sido compartida en redes sociales con mensajes irónicos y desalentadores. Tras un trágico 2020, la sociedad libanesa combate sus desgracias con humor.