HOMENAJE A SAMUEL PATY

Francia rinde homenaje al profesor asesinado por mostrar caricaturas de Mahoma

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Irene Casado Sánchez

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“Un amor, una sangre, una vida; una vida, el uno con el otro, hermanas, hermanos; una vida, aunque no somos iguales, podemos llevarnos el uno al otro”. Con esta melodía de U2, elegida por la familia de Samuel Paty, la Guardia Republicana portó el féretro del profesor de historia y geografía hasta el corazón de la universidad de la Sorbona, símbolo de la razón y del debate. Al caer la noche de este miércoles, Francia despidió a su última víctima del terrorismo islamista, un maestro que perdió la vida por enseñar uno de los principios más básicos de la democracia: la libertad de expresión.

Samuel Paty utilizó las caricaturas de Mahoma publicadas por el semanario satírico ‘Charlie Hebdo’ para ilustrar una de sus clases de secundaria, una presentación que terminó costándole la vida. El maestro, de 47 años y padre de un niño, murió decapitado a manos de un joven checheno “en el nombre de Alá, el todo misericordioso”, como reivindicó a través de las redes sociales antes de ser abatido por la policía. El trágico episodio, lejos de tratarse de un simple suceso aislado, supone un golpe al núcleo de la República: la escuela.

La tristeza, pura y dura, impregnó el ambiente de una ceremonia inédita, donde los gestos y expresiones de aflicción y pesadumbre se atisbaban en las miradas de los familiares y alumnos presentes en el Patio de Honor de la universidad parisina, cuyos rostros permanecieron, inevitablemente, cubiertos por las mascarillas que marcan ahora cualquier encuentro multitudinario.

Afán por compartir saberes

Las palabras elegidas para recordar a Samuel Paty rindieron homenaje a su carrera como maestro, a su afán por compartir saberes con sus estudiantes. “Tenéis entre vuestras manos la inteligencia y el alma de los niños; sois responsables de la patria […] Son franceses y deben conocer Francia, su geografía y su historia: su cuerpo y su alma […] Serán ciudadanos y deben saber qué es una democracia libre, qué derechos tienen, qué deberes les impone la soberanía de la nación. Debéis enseñarles el respeto y el culto al alma despertando en ellos el sentimiento de lo infinito que es nuestra alegría, y también nuestra fuerza, porque es a través de él que triunfaremos sobre el mal, la oscuridad y la muerte”, un texto de Jean Jaurès dedicado a los profesores, elegido por la familia de Samuel Paty y recitado por un buen amigo en medio de un ensordecedor silencio.

La Sorbona, monumento dedicado al espíritu de la Ilustración, a la cultura, a la literatura, al saber, acogió una ceremonia donde se reivindicó una y otra vez la importancia de la educación. Fue un alumno quien leyó la carta escrita por Albert Camus a su primer profesor tras recibir el premio Nobel de Literatura: “Sin ti, sin la mano cariñosa que extendiste al pobre niño que era, sin tu enseñanza y tu ejemplo, nada de esto habría sucedido”. Palabras que evocan el agradecimiento y el pesar que sienten hoy los alumnos de Paty.

“No podría haber un lugar mejor que la Sorbona, nuestro lugar de conocimiento universal durante más de ocho siglos, el lugar del humanismo, para que la nación rinda homenaje [a Samuel Paty]”, explicó Emmanuel Macron durante su intervención, antes de describir la personalidad del maestro: “Amaba los libros, el conocimiento por encima de todo. Su apartamento era una biblioteca. Sus mejores regalos eran los libros para aprender... Le gustaban para transmitir a sus alumnos y a su familia la pasión por el conocimiento, el sabor de la libertad”.

"No renunciaremos a las caricaturas"

El jefe de Estado reservó su discurso sólo y únicamente al profesor. “Esta noche no hablaré de la procesión de terroristas, ni de sus cómplices y ni de todos los cobardes que cometieron e hicieron posible este atentado. No hablaré de aquellos que dieron su nombre a los bárbaros. No se lo merecen”, zanjó Macron con firmeza.

El pasado viernes, Samuel Paty “se convirtió en el rostro de la República […] de nuestra voluntad de acabar con los terroristas”, prosiguió el presidente francés, antes de lanzar una promesa en nombre del maestro: “Defenderemos la libertad que tan bien enseñaste y defenderemos el laicismo. No renunciaremos a las caricaturas […] Continuaremos esta lucha por la libertad y por la razón, de la que ahora eres la imagen, porque te lo debemos. Porque en Francia, profesor, las luces nunca se apagan”.