el fin de una era

Así ha anunciado Pepe Mujica su retirada de la política "Hay un tiempo para irse en la vida"

El expresidente aceleró su decisión en virtud de la pandemia y tras más de medio siglo de febril actividad

Discurso completo del expresidente de Uruguay, José Mujica, en su despedida del Senado

Discurso completo del expresidente de Uruguay, José Mujica, en su despedida del Senado. / periodico

Abel Gilbert

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"Hay un tiempo para llegar y un tiempo para irse en la vida". José Pepe Mujica ha renunciado este martes a su condición de senador, el paso previo para retirarse activamente de la política que lo tuvo como protagonista relevante durante más de medio siglo. El expresidente no sorprendió a ningún uruguayo con su decisión de salir del centro de la escena. Ya la había insinuado meses atrás. El Senado respetó su deseo con una votación unánime y discursos de sentido homenaje al hombre que resolvió dar un paso al costado por razones de cansancio personal y los rigores que impone la pandemia, aun en un país como Uruguay, donde se han computado 2.560 casos positivos y 51 muertes.

Los 85 años y su condición de portador de una enfermedad autoinmune aceleraron por lo tanto los tiempos de su partida de la legislatura. "Esta situación me obliga, con mucho pesar por mi honda vocación política, a solicitar que gestione mi renuncia a la banca que me otorgó la ciudadanía", dijo formalmente el exintegrante del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLNT). 

 Mujica fue parte aquella guerrilla que operó en los años 60 y 70. Fue rehén del régimen militar por más de una década, en situaciones humillantes. Tras le recuperación de la democracia, a mediados de la década siguiente, se integró junto con sus excompañeros de armas a la vida política tradicional como Movimiento de Participación Popular y miembro del partido de izquierda Frente Amplio.

Pepe, como le dicen propios y extraños, se desempeñó como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de los gobiernos de la coalición de centro izquierda. Su estilo franco, coloquial, a veces lindante con la picaresca, le ganó simpatías incluso por fuera de su propio espacio político. Nunca abjuró de sus orígenes ni las experiencias del pasado. Pero el paso del tiempo le permitió tener otras perspectivas y expresar su mirada crítica de los procesos de Venezuela y Nicaragua, especialmente.

“El odio es fuego como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye. Yo tengo mi buena cantidad de defectos, soy pasional, pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, porque aprendí una dura lección que me impuso la vida, que el odio termina estupidizando, nos hace perder objetividad”, dijo, a modo de corolario de su larga actividad. Pero antes de despedirse señaló, a modo de sentencia: "triunfar en la vida no es ganar, es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae".

Fue algo más que una casualidad de que la salida de Mujica del Senado coincidiera con la de otro ex jefe de Estado y legislador, nada menos que Julio María Sanguinetti, quien inició en 1985 la transición democrática en ese país.