CARRERA A LA CASA BLANCA

El voto por correo y anticipado se dispara en las elecciones de EEUU

Un hombre deposita su voto en un buzón oficial.

Un hombre deposita su voto en un buzón oficial. / periodico

Idoya Noain

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El viernes pasado, bajo una torrencial tormenta y tres días antes de que en Florida se abriera el plazo para la votación por anticipado, Nick se acercó hasta el Departamento de Elecciones del condado de Miami-Dade en Doral para depositar en persona su voto por correo. Lo hizo aprovechando una visita a sus padres y no porque esté preocupado porque pueda haber fraude como sugiere Donald Trump, algo que este joven de 25 años define de "absoluta mentira". Poco después que él llegaron al mismo lugar Janeisie, de 35 años, y su madre, Iliana, de 64. Lo hicieron "por el virus, solo para estar seguras y porque da confianza venir". En el caso de Iliana, votante de Trump, también "para evitar cualquier cosa que pase".

Son solo tres de los más de 34 millones de personas que ya han votado anticipadamente en Estados Unidos según las estadísticas que mantiene el US Elections Project, ya sea en voto temprano o por correo, enviando en este último caso las papeletas para el 3 de noviembre bien por el servicio postal o mediante el depósito en persona.

Esos números a dos semanas de los comicios representan ya más del 24% del total de votos que se emitieron en las presidenciales de 2016. Y constatan las previsiones de que este 2020 se alcanzarán cifras récord y, previsiblemente, se superará la participación de 136 millones de estadounidenses que votaron en las presidenciales del 2016 hasta superar, según algunos cálculos, los 150 millones.

Pandemia y entusiasmo

Hay varias razones que explican esa fuerza. La principal es que la mayoría de los estados han hecho esfuerzos para garantizar la seguridad el voto en medio de la pandemia de covid-19 animando y facilitando la participación temprana, aunque en algunos gobernados por republicanos se han intentado adoptar medidas denunciadas por los demócratas como esfuerzos para suprimir el voto. En Texas, por ejemplo, el gobernador trató de reducir los buzones de depósito de papeletas por correo a solo uno por condado, sin importar el tamaño de la población. De momento su decisión ha sido frenada por los tribunales.

Estas son unas elecciones también en las que, según ratifican estrategas de ambos partidos, la intensidad del electorado no tiene precedentes recientes. Es una pasión que, según los datos facilitados por los estados que sí informan sobre la afiliación de los votantes, está de momento movilizando a más demócratas. En los datos del US Elections Project, estos representan el 52,8% de quienes ya han votado, frente al 25,2% de republicanos y al 21,4% sin afiliación a ningún partido. La ventaja aparente para Joe Biden se repite tanto en voto presencial anticipado (43.3% demócrata frente a 35.4% para Trump) como en voto por correo (54.4% de papeletas ya enviadas frente a 23,6%).

Sería erróneo, no obstante, tomar las tendencias como inamovibles. Cerca de 100 millones de estadounidenses con derecho a voto no lo usaron en las presidenciales de 2016 y una de las claves será quién logra hacer que este año no se salten la elección. Los republicanos están sacando ventaja a los demócratas en estados clave como Florida, Carolina del Norte o Pensilvania en cuanto a registro de votantes, aunque tampoco ese “arma secreta” de Trump, en palabras de un consultor republicano, sea garantía. En las legislativas de 2018 los demócratas sacaron ventaja en registro y lograron victorias pero también perdieron algunas carreras. Y una clave será cuál de los dos partidos logra llevar a las urnas a más de los 100 millones

Lo seguro es que Trump, ya sea a favor o en contra, moviliza a los estadounidenses. Así como en las legislativas de 2014 se registró el nivel de participación más bajo en 70 años, en las de 2018, cuando él ya estaba en la Casa Blanca, se alcanzó el nivel más alto en más de un siglo.

Bochornosas colas

Una de las imágenes que está dejando la elección ya en marcha es la de las largas colas en algunos centros de voto anticipado. El primer día de votación en Georgia la semana pasada, por ejemplo, hubo gente esperando hasta siete horas. En algunos condados de Tejas votaron en esa primera jornada el 10% del total de electores de 2016 y ya lo han hecho más de 4,7 millones de ciudadanos (superando el total de votos que recibió Trump en las anteriores presidenciales)

Esas imágenes se repiten en otros estados, como Florida, donde el voto por anticipado arrancó el lunes, y en Wisconsin, donde ha empezado este martes. Y en parte son reflejo del entusiasmo pero también de problemas organizativos y motivo de bochorno en una democracia avanzada que sigue organizando sus elecciones el martes después del primer lunes de noviembre, un día laborable y no festivo.