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El partido de Evo Morales gana las elecciones en Bolivia, según el primer recuento

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Abel Gilbert

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Luis Arce, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, realizó el milagro político de imponerse contra viento y marea en la primera vuelta de las elecciones presidenciales bolivianas. La encuesta a pie de urna de la consultora Ciesmori ha consignado por lo pronto que Arce, el hacedor de la política económica de Morales, obtuvo el 52,4% de los votos y el ex mandatario Carlos Mesa (2003-05), abanderado de la alianza de centro derecha Comunidad Ciudadana (CC), un 31,5%. Los más de 20 puntos de diferencia a su favor parecen inmodificables.  Aunque el escrutinio definitivo se hará público recién el martes, el resultado provisorio ha sido tan abultado que obligó al Gobierno de facto a reconocerlo de inmediato. "Por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. (David) Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia", dijo la presidenta interina, Jeanine Áñez.

Las cifras se parecen a las de diciembre de 2005, cuando comenzó la era del MAS que concluyó hace un año con un golpe de Estado. El sondeo, que tiene un margen de error de 1%, de acuerdo con Ciesmori, provocó un terremoto político. El analista Carlos Valverde lo comprendió resignado y expresó de inmediato ante las pantallas del canal televisivo Unitel su deseo de que Arce no siga la línea histórica de su partido y se convierta en una versión boliviana del ecuatoriano Lenin Moreno, quien traicionó inmediatamente con Rafael Correa al llegar a la presidencia. "Tiene que romper con Morales", le exigió.

Arce, quien comparte su fórmula presidencial con el ex ministro de Exteriores David Choquehuanca, no se demoró en hablar al conocerse los datos preliminaras. "Hemos dado pasos importantes. Recuperamos la democracia después de 11 meses, la esperanza y la certidumbre.  Nuestro compromiso es de llevar adelante nuestro programa. Vamos a gobernar para todos los bolivianos. Construiremos un Gobierno de unidad nacional. Reconduciremos el proceso de cambio sin odio y aprendiendo de nuestros errores". Si se ratifican las cifras provisorias, el MAS  tendrá mayoría en las dos cámaras del Congreso.

El escrutinio en el limbo

 La delegación de la Unión Europea (UE) felicitó "al pueblo boliviano por haber protagonizado una jornada electoral participativa y en paz para definir con su voto el destino de la democracia de su país". La euforia contenida de los ganadores tuvo como única razón la falta de datos oficiales. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) había tomado además la decisión de suspender la Difusión de Resultados Preliminares (Direpre). "Están escondiendo el gran triunfo del pueblo", señaló Morales desde su exilio argentino. 

 El presidente del TSE, Salvador Romero, llamó no obstante a la tranquilidad a la población y garantizó un proceso limpio. "Los resultados serán confiables", dijo. "Un país a ciegas y un silencio estruendoso", tituló el diario La Razón, antes de que se conociara en los primeros minutos del lunes el conteo rápido. "No sabemos si tendremos primero la vacuna contra el covid-19 o los resultados", ironizó el ministro de Obras Públicas, Iván Arias. Pero luego se puso serio y expresó su temor ante el retorno del "mesianismo" y el "fanatismo", en alusión al MAS. 

Para vencer en la primera vuelta, el ganador debe obtener al menos 40% de los sufragios y una distancia de 10 puntos de su inmediato rival. Mesa se aferraba a la posibilidad de que el escrutinio oficial se parezca a sus sueños de ir a un segundo turno el 29 de noviembre. Por eso, llamó a los bolivianos a esperar "pacientes" los cómputos definitivos. Fue apenas una formalidad de su parte. 

Las razones del triunfo

 Durante las primeras horas del lunes, algunos comentaristas trataban de explicar la contundencia de la victoria de Arce. De un lado, su nombre está asociado a los años de bonanza económica gracias a los precios internacionales de los hidrocarburos. Esos días de consumo contrastan con un país cuyo PIB caerá 11 puntos, en gran parte como consecuencia de la pandemia.

Pero, además, la mayoría de los bolivianos condenaron en las urnas a las autoridades de facto. Áñez se autoproclamó con una Biblia en la mano y discursos de hostilidad hacia los pueblos originarios de la región andina. Su ministro de Gobierno, Arturo Murillo, asumió con la promesa de "salir y meter bala" a los simpatizantes del MAS. Varios de sus dirigentes tuvierion que refugiarse en la embajada de México en La Paz. Morales fue persguido judicialmente.

El modo de abordaje de crisis sanitaria, con cinco ministros de Salud distintos, los casos de corrupción en la compra de respiradores artificiales y la alta tasa de muertos por covid-19  por habitante  (70 por cada 100.000, lo que la ubica en tercer lugar a nivel mundial), también ha incidido en el comportamiento electoral.