CARRERA A LA CASA BLANCA

Trump paga un precio por rechazar el segundo debate virtual

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Idoya Noain

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Nunca lo admitirá pero posiblemente para Donald Trump hubiera sido mejor aceptar el segundo debate con Joe Biden, aunque fuera virtual, que participar en el 'town hall' que, no sin polémica, le ofreció la cadena NBC para este jueves en paralelo al que el candidato demócrata tenía en ABC. Savannah Guthrieperiodista que antes fue abogada y que estuvo encargada de dirigir la hora de televisión, fue implacable en el interrogatorio al presidente. También a la hora de retar y contrarrestar sus afirmaciones falsas, no solo en las respuestas a sus preguntas sino también en las que dio a los ciudadanos reunidos en el impresionante Museo Perez de Miami.

El encuentro arrancó con 20 minutos movidos por preguntas incisivas de la periodista al presidente, que abrió con la pandemia de coronavirus. Guthrie preguntó a Trump sobre su propio contagio y sobre cuándo fue la última vez que dio negativo en una prueba. La negativa de Trump a dar una respuesta clara mantiene las dudas sobre la falta de transparencia de la Casa Blanca, o sobre si el contagio se conocía ya cuando acudió al primer debate con Biden o, al día siguiente, a un acto de recaudación de fondos en Nueva Jersey.

Guthrie también corrigió en directo al mandatario cuando este citó falsamente un estudio de los Centros de Control de Enfermedades para asegurar que el 85% de las personas que usan máscaras se contagian. Le afeó que no hubiera guiado con su propio ejemplo y le enmendó cuando Trump trató de escudarse en una declaración temprana del doctor Anthony Fauci.  

Asimismo, cuando Trump trató de presumir de que sin las acciones de su Administración contra la pandemia habrían muerto más de dos millones de estadounidenses, la periodista le recordó que ese cálculo era la estimación de mortalidad si no se hacía absolutamente nada. Trump aseguró que "estamos pasando lo peor". Casi 218.000 personas han muerto en EEUU de Covid-19. Los casos están subiendo de nuevo y son ya más de ocho millones los estadounidenses que se han contagiado.

Negativa a condenar a QAnon

Fueron solo unos de los momentos de incisivo interrogatorio y tensión, pero hubo muchos más. Porque aunque Trump insistió en defender que ha condenado el supremacismo blanco se negó a condenar otra peligrosa corriente que se extiende como otro virus: las teorías conspiratorias de QAnon.

El presidente dijo no saber qué eran y cuando Guthrie se encargó de recordarle que propagan la idea de que los demócratas forman parte de una red satánica de pederastia de la que Trump sería el salvador, el presidente puso en duda los datos de la periodista. Ella no se echó para atrás. "Sabe lo que es", le dijo.

El presidente, en cualquier caso, echó más leña en un fuego que su propio gobierno considera peligroso. Y de igual manera que provocó una tormenta el mensaje de "quedaos a la espera" que lanzó en el primer debate con Biden al grupo de extrema derecha Proud Boys, esta vez lo hizo al referirse a QAnon diciendo "sé que luchan muy duro contra la pedofilia". El trasfondo de la teoría conspiratoria es mucho más grave y hace saltar las alarmas, en parte porque varios candidatos republicanos con posibilidades de llegar al Congreso la han abrazado. QAnon también está desplegando sus venenosos tentáculos en Europa.

"No es el tío loco de alguien"

Guthrie también cuestionó a Trump por propagar directamente otra teoría conspiratoria contra Obama y cuando el presidente trató de justificar que solo había dado a un retuit y que "la gente puede decidir por sí misma", la periodista le replicó lo que ningún periodista antes le había planteado directamente: "Usted es el presidente, no es el tío loco de alguien".

Asimismo, le refutó públicamente que diga que no hace públicos sus impuestos por estar bajo auditoría, recordándole que "ninguna ley se lo impide". Y tras preguntarle por sus infundadas denuncias de fraude, la periodista le dijo": "No hay pruebas de que esté extendido y está sembrando dudas sobre nuestra democracia".

Tras esos 20 primeros intensos minutos llegó el turno de preguntas de varios ciudadanos (que NBC no seleccionó directamente sino a través de empresa externa, para evitar críticas que recibió en otro town hall reciente con Biden, donde los votantes resultaron ser muy favorables al demócrata). Ahí Trump pudo respirar un poco, e incluso recibió alabanzas por su sonrisa o como un hombre "atractivo" por una de las ciudadanas, pero Guthrie volvió a recordar que no era, como había anticipado el presidente, "una hora de televisión gratis".

La reportera se encargó en más de una ocasión de subrayar falsedades o contradicciones del presidente en sus respuestas. Por ejemplo, cuando una ciudadana le preguntó por los planes para dar cobertura médica accesible y reemplazar la reforma sanitaria de Barack Obama, una promesa incumplida, Guthrie le replicó: "Ha estado en el cargo casi cuatro años, tuvo control de las dos cámaras y no hay reemplazo aún".

Cuando acabó el turno de preguntas y para despedir el town hall, Guthrie preguntó a Trump por qué los estadounidenses deberían reelegirle y el presidente contestó "porque he hecho un gran trabajo". Las urnas deberán decidirlo y, al menos según dicen las encuestas, no están de acuerdo con su afirmación.

Críticas

La cadena NBC había sido muy criticada por dar un espacio a Trump que hiciera competencia al town hall de Biden (media hora más largo) cuando fue el presidente quien hizo que se cancelara el segundo debate rechazando el modelo virtual impuesto por seguridad tras su contagio. Después de los 60 minutos, la mayoría de esas críticas se habían evaporado. Solo llegaban ahora de la conservadora FoxNews, molesta con la incisiva Guthrie. Un par de periodistas antes que ella habían dejado dos entrevistas recientes de estilo similar, incisivas y con correcciones inmediatas al presidente. Pero esta llega a 19 días del 3 de noviembre.