NUEVAS RESTRICCIONES

París, en "alerta máxima", amanece sin sus bares

bares cerrados en paris

bares cerrados en paris / periodico

Irene Casado Sánchez

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Ni aperitivo ni 'happy hours', París, “zona de alerta máxima”, ha amanecido este martes sin sus bares, obligados a echar el cierre durante dos semanas ante la fuerte incidencia del covid-19 en la capital. Las sillas y mesas se apilan en el interior de los establecimientos, una lúgubre imagen que recuerda inevitablemente a los meses de confinamiento. 

“Con la que está cayendo a uno no le quedan ganas de ir a ningún lado”, suspira una jubilada sentada junto a una amiga en la terraza de un 'bistró' parisino. Por ahora, los restaurantes y los establecimientos que ejercen una actividad de restauración están exentos de las nuevas restricciones. Eso sí, a condición de respetar <strong>un nuevo protocolo sanitario reforzado</strong>: las mesas, con un máximo de seis comensales, deben estar separadas por un metro de distancia, el uso de la mascarilla es obligatorio entre plato y plato, todos los clientes deben dejar sus datos para ser contactados en caso de detectarse un foco de contagio. 

"Nuestro sector no soportará otro cierre"

“El cierre de los bares es una catástrofe para el sector y aunque los restaurantes se salvan, entre la mascarilla, las distancias y el miedo a coger el virus, las próximas dos semanas prescindiré de salir a comer o cenar fuera”, zanja la mujer antes de bajarse discretamente su mascarilla quirúrgica para tomar un sorbo de agua. A la vista del estado de los 'bistrós' y restaurantes, donde los clientes aparecen a cuentagotas, son muchos los que prefieren ya quedarse en casa

Las pérdidas económicas son incalculables. “Nuestro sector no soportará otro cierre. Antes de fin de año, el 30% de los bares, hoteles, restaurantes, discotecas y empresas de catering de París y la región de Île-de-France, corren el riesgo de cerrar”, alertó Roland Héguy, presidente de la Unión de Oficios e Industrias de la Hostelería, hace una semana en el diario 'Le Parisien', temiendo fuertes restricciones para todo el sector. 

La clausura temporal de los bares supone un nuevo batacazo para los pub y tabernas parisinas, sujetas, desde el pasado 28 de septiembre, a un restringido horario: a partir de las 22h debían bajar sus persianas. La medida, decretada por el Ministerio de Sanidad, levantó ampollas en el consistorio parisino. “¿Cómo podemos entender que, por un lado, haya una relajación del protocolo sanitario en las escuelas y que, por otro, en París los bares tengan que cerrar a las 10 de la noche?”, se indignó entonces la alcaldesa de la metrópolis, Anne Hidalgo.

Fuerte incidencia del virus entre la población de 20 a 30 años

A pesar de su indignación, los bares de la capital francesa no tuvieron más remedio que respetar la normativa. Dada la aceleración de la epidemia y teniendo en cuenta la tasa de incidencia del virus entre la población de 20 a 30 años, clientela principal de los bares parisinos, con más de 500 positivos por cada 100.000 habitantes en la región de Île-de-France, parece que la medida no dio ningún fruto. “De poco sirve imponer un horario cuando en el interior de los bares es imposible respetar la distancia social y las mascarillas desaparecen […] No queríamos admitirlo, pero sabíamos que los bares tendrían que echar el cierre de nuevo -resume Adrien, treintañero y cliente habitual de un pub irlandés a dos pasos de la plaza de la Bastille-. Ahora las cervezas nos las tendremos que tomar en casa.”

Así pues, tras superar durante varios días consecutivos los umbrales máximos establecidos por el Gobierno para decretar la <strong>“alerta máxima”</strong> -la tasa de incidencia de la enfermedad (250 por 100.000 habitantes en 7 días), su incidencia entre los más mayores (100 por 100.000 habitantes) y la tasa de ocupación de los servicios de reanimación (30% de UCIS ocupadas por pacientes de covid-19)-, París no tiene más remedio que acatar las nuevas restricciones

Los parisinos se verán privados del aperitivo y de los convites en las barras de los bares durante los próximos quince días. Por ahora, tendrán que conformarse con los bistrós y adaptarse a las nuevas normas y limitaciones, a la espera de una tregua que ponga freno a la aceleración de los contagios por covid-19 en París. 

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