CÓNCLAVE CONSERVADOR

La inquietud por el mandato de Johnson marca el congreso anual de los 'tories'

La prensa hasta ahora afín se vuelve contra el primer ministro y mira como posible sustituto hacia el responsable de Finanzas, Rishi Sunak

El primer ministro, Boris Johnson, en una rueda de prensa frente al 10 de Downing Street.

El primer ministro, Boris Johnson, en una rueda de prensa frente al 10 de Downing Street. / periodico

Begoña Arce

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El de este fin de semana debía ser un gran momento para Boris Johnson. La celebración de la victoria arrasadora en las elecciones de diciembre. El instante para ser aclamado con la sala puesta en pie y las carcajadas puntuando el discurso de un primer ministro rebosante de energía. Johnson siempre ha sacado gran partido político a su sentido del humor. Hasta ahora. El guión va a ser otro muy distinto. El congreso anual del Partido Conservador arranca este domingo en formato virtual. Será 'on line' por imposición del coronavirus, que reduce el evento a fríos discursos deslucidos ante la cámara, a palo seco y en solitario. Como se vio hace un par de semanas con los laboristas, en similares circunstancias, es difícil llevar adelante un conclave de este tipo a distancia, sin el ajetreo en los pasillos, la legión de periodistas sacando punta a cada gesto y palabra y sin el calor de la militancia, el círculo en el que Johnson es mucho más popular que con los miembros del grupo parlamentario.

Si el formato es poco sugerente, tampoco el ambiente es eufórico. La mayoría absoluta con que cuentan los conservadores les permite gobernar sin trabas durante los próximos cuatro años, pero la situación del país ha dado un vuelco con la doble crisis del 'brexit' y del coronavirus amenazando con derrumbar la economía. Y en uno de los momentos más decisivos de la historia británica, el poder en manos de Johnson inquieta.

Dramática caída

La incompetencia mostrada por el primer ministro se traduce en un continuo sobresalto, una improvisación tras otra, una combinación de errores y mensajes contradictorios. A eso se une el desprecio a las opiniones de sus propios diputados, que esta semana protagonizaron la primera rebelión, exigiendo mayor poder decisorio de la Cámara de los Comunes a la hora de imponer nuevas restricciones nacionales por el coronavirus. Muchos tampoco le perdonan que los haya llevado a violar la ley internacionalcon el tratado del 'brexit'. Tres exprimeros ministros conservadores y otros importes figuras 'tories' le pidieron que diera marcha atrás. De nada sirvió.

Johnson arrancó mandato con un alto índice de popularidad en las encuestas, que se mantuvo durante el inicio de la epidemia.  El declive comenzó cuando justificó a su principal asesor, Dominic Cummings, por haber burlado el confinamiento. Los británicos se sintieron traicionados. Actualmente laboristas y conservadores están empatados en los sondeos, con el jefe de la oposición, Keir Starmer, aventajando a Johnson como favorito a la hora de elegir al mejor primer ministro.

Si hay zozobra y tensión entre los diputados conservadores, la prensa afín hasta ahora condena abiertamente al primer ministro. "He encontrado muy sorprendente la dramática caída de Boris Johnson en su propio partido", reflexiona Simon Hix, profesor de Ciencia Política en la London School of Economics. "Es increíble cómo los diputados de a pie, los medios como el 'Spectator', el 'Telegraph', el 'Daily Mail', el 'Express' se han vuelto rápidamente contra él y hay alguien ahora esperando en la sombra, que es Rishi Sunak".

El nuevo favorito

El ministro de Finanzas es la nueva estrella en ascenso en el partido y la prensa conservadora. A Sunak, de estilo pausado y lenguaje comedido, se le atribuye competencia, organización, racionalidad, atención y conocimiento de los dossiers, todo lo que Johnson no posee. Tampoco oculta su ambición. Una de las últimas fotos difundidas le muestra junto a los retratos de varios antiguos primeros ministros 'tories'. Curiosamente Sunak fue nombrado cuando Cummings insistió en que su antecesor, Sajid Javid, fuera cesado. Con la jugada, el poderoso asesor gubernamental pretendía controlar el departamento del Tesoro. Sunak no lo ha permitido y ahora es imposible cesarle.

Desde que el coronavirus le llevó a la UCI, Johnson es más comedido a la hora de reabrir la economía, para frustración de quienes consideran exageradas y erróneas las predicciones de los asesores científicos. La adopción de restricciones locales ante la segunda ola de coronavirus se ha visto por este grupo de 'tories' como una muestra de autoritarismo. Son los que aplauden a Sunak, que ha impedido hasta ahora un segundo confinamiento nacional. A la búsqueda de consenso, el día en que expuso su último plan para mantener el empleo lo hizo flanqueado por la jefa de la organización patronal y secretaria general de los sindicatos. A los británicos les dijo que deben "vivir sin miedo". Muchos ven a Sunak más en sintonía que Johnson con la tradición conservadora y eso le está granjeando apoyos en todos los sectores del partido.

"Johnson se halla en una situación precaria", advierte el profesor Hix. "Si la tendencia a la baja en los sondeos continúa, dentro de seis meses se puede encontrar en una posición muy débil, particularmente si el 'brexit' sale mal y si el covid sigue retornando.  Creo que a mediados del año que viene, después de las elecciones en Escocia, con el 'brexit', el covid, se puede hallar en una situación insostenible en el Partido Conservador".

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