acontecimiento histórico

Cuenta atrás para la consulta popular sobre una nueva Constitución en Chile

Una persona ondea una bandera con el lema 'Apruebo', a favor de redactar una nueva Constitución en Chile, el pasado 25 de septiembre en Santiago.

Una persona ondea una bandera con el lema 'Apruebo', a favor de redactar una nueva Constitución en Chile, el pasado 25 de septiembre en Santiago. / periodico

Abel Gilbert

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Chile ha empezado a calentar motores ante el acontecimiento histórico más importante desde que recobró la democracia hace tres décadas: la consulta popular del 25 de octubre que tiene como objetivo echar por tierra lo que queda de la matriz institucional forjada durante la última dictadura militar (1973-90) y redactar una nueva Constitución. El pasado viernes los partidos políticos y organizaciones sociales empezaron a hacer campaña.  "Gracias por pensar un país donde las personas tienen nombre y no tienen precio", dicen los paridarios del "apruebo" a los que esperan torcer el curso de la historia. "Si vamos todos a votar, ganamos", exhortan los  que defienden el "rechazo". El plebiscito fue fruto del estallido social que se inició el 18 de octubre del 2019. La consulta iba a celebrarse en abril, pero la pandemia, que ha matado a unas 12.800 personas e infectado a más de 465.000 en este país,  la dejó en suspenso. Los intentos de volver a postergarlo nuevamente por razones sanitarias han fracasado. 

Las redes sociales y las páginas de internet reemplazarán esta vez las movilizaciones que siempre han caracterizado las contiendas electorales. Lo que suceda en el mundo virtual no alterará esencialmente la intención de voto de buena parte de la sociedad que, a grito partido, ha venido reclamando en las calles terminar con la Constitución elaborada en 1980 a imagen y semejanza del dictador Augusto Pinochet. La última encuesta de la consultora MORI, cuyas proyecciones suelen ser tomadas como palabra santa, ha dado cuenta de que el 66% de los entrevistados se inclinará por la alternativa "Apruebo". Un 73% piensa a su vez que los pueblos originarios deberían tener un reconocimiento especial en la nueva Constitución. Solo un 15% de los chilenos rechazará en las urnas la defunción de la actual Carta Magna.

Amplia coalición

Cerca de 127 organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda se han unido para promover en conjunto el cambio, así como fuerzas políticas moderadas e incluso conservadoras resolvieron tomar la misma dirección.  El presidente del partido Demócrata Cristiano (DC), Fuad Chahín, es de la opinión que un nuevo texto fundamental "cerrará la transición política". Mario Desbordes, uno de los líderes de Renovación Nacional (RN), el partido de derechas del presidente Sebastián Piñera, ha reconocido que la mitad de sus partidarios están a favor de una nueva Constitución. Él mismo votará "Apruebo".

De esta manera, sola la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), defenderá en solitario y a capa y espada el "Rechazo". "Lo que Chile requiere se resuelve mediante acuerdos políticos", ha asegurado su líder, Jacqueline Van Rysselberghe. La consulta, subraya, carece de "legitimidad" al haber sido motivada "por la violencia insurreccional".

Las discusiones que vienen

El 25 de octubre, los chilenos deberán responder a su vez a de qué manera se redacta el nuevo texto fundamental en caso de imponerse el "Apruebo": a través de una Comisión mixta de parlamentarios y ciudadanos electos o por una convención constitucional conformada solo por hombres y mujeres de a pie. "La posibilidad de que sean 100% personas electas y con garantía de paridad es algo sin precedentes", ha dicho al respecto la excandidata presidencial del izquierdista Frente Amplio, Beatriz Sánchez.

Otra controversia se dibuja en el horizonte. El amplio abanico que llama a aprobar la futura Carta Magna quiere partir desde cero, borrando toda huella del pasado pinochetista. Lo único que se debe preservar, señalan, son los tratados internacionales suscritos por Chile. La UDI, en especial, ya anticipó que no lo aceptará de ninguna manera.

Se avecinan días de intenso debate. Los intelectuales se han volcado masivamente en favor de pasar página. Hasta el conocido filósofo esloveno Slavoj Žižek se sumó a sus colegas chilenos que votaran por la aprobación. Santiago Guzmán, el laureado director de 'La batalla de Chile',  el principal registro fílmico de los días que gobernó Salvador Allende (1970-73), decidió regresar a Santiago desde París para documentar los días de estremecimiento. "Lo que va a pasar es extraordinario".

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS