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En medio de las presiones de la UE, Brasil crea una secretaría para atender la Amazonía

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Abel Gilbert

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Brasil anunció la creación de una secretaría de Amazonía y Servicios Ambientales en medio de las criticas externas recibidas por la deforestación y los incendios en sus bosques y humedales que hacen peligrar el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur.  La nueva secretaría queda adscripta al ministerio de Medio Ambiente que dirige Ricardo Salles, quien meses atrás le había recomendado al presidente Jair Bolsonaro aprovechar que el país se concentraba en la pandemia para avanzar en las políticas favorables al negocio agropecuario y a costa de una mayor destrucción de la foresta.

Horas antes de que se conociera la puesta en marcha de la secretaría amazónica, la UE había reclamado al Mercosur un  "compromiso claro" en defensa del "desarrollo sostenible" para firmar el acuerdo comercial diseñado hace un año. "Debemos tomarnos estas cuestiones en serio", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Vladis Dombrovskis. Y si bien el mensaje de la UE fue dirigido al bloque que integran Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay (Venezuela se encuentra suspendida), hasta el Gobierno de ultraderecha entendió que la advertencia se dirigía especialmente a Bolsonaro. El ministro de la Oficina de Seguridad Institucional, el general retirado Augusto Heleno, se encargó de formular una respuesta y dijo que "naciones, entidades y personalidades extranjeras" mienten sobre la falta de protección de la Amazonía con el objetivo de "dañar a Brasil y derrocar a Jair Bolsonaro". De acuerdo con el militar, Brasil no puede "admitir" ni "alentar" las posiciones de países "sin un pasado que les dé autoridad moral para criticarnos".

No solo el comunicado de la UE ha molestado al Gobierno de ultraderecha. Francia ha sido incluso más elocuente que sus socios y el pasado viernes pidió  "garantías sólidas" que respondan a las "expectativas ambientales" de Europa para proseguir las negociaciones con el Mercosur. Una de las exigencias es nada menos el respeto por parte de Brasil del Acuerdo de París contra el cambio climático que Bolsonaro, siguiendo la senda de Donald Trump, ha amagado con abandonar. Casi al mismo tiempo, una coalición inédita compuesta por más de 200 organizaciones de la sociedad civil, empresas del agronegocio y el sector financiero, le solicitaron al Gobierno medidas concretas  para reducir la deforestación. Otras oenegés lanzaron una campaña para boicotear productos cárnicos que la Unión Europea importe de Brasil.

Un historial de desastres

Con este trasfondo político se ha creado en la ciudad de Manaos, capitál del Estado de Amazonas (norte) la secretaría. Su objetivo, se informó oficialmente, será coordinar políticas de prevención y control de la deforestación ilegal, los incendios forestales, el uso sostenible del suelo y reducción de la degradación de la vegetación nativa en todos los biomas del país. A pesar de que los datos de deforestación de julio de 2020 han mostrado una reducción con relación al mismo mes del catastrófico año pasado, el acumulado de los últimos 12 meses revela que la tala ha aumentado un 34%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional Investigación Espacial (Inpe).

A la vez, el sur brasileño se ha estremecido el grado de destrucción que ha provocado el fuego en el Pantanal, un humedal de 250.000 kilómetros cuadrados que es considerado uno de los ecosistemas más ricos del mundo en biodiversidad de flora y fauna. Con los incendios, aseguraron las autoridades de la región de Mato Grosso, se ha buscado expandir la frontera agrícola- ganadera.

La respuesta del Gobierno

El general Heleno ha asegurado que no hay "evidencia científica" de que el aumento de los incendios forestales sea el resultado de la inacción del Gobierno. "De hecho, tienen que ver con fenómenos naturales, que la acción humana es incapaz de prevenir", añadió durante una audiencia convocada este lunes por el Tribunal Supremo para que el Ejecutivo explique su criticada gestión del Fondo Climático. El alcalde de la ciudad de Río de Janeiro, Rodrigo Maia, acusó al Ejecutivo de haber asignado este año un presupuesto para ese fondo equivalente al 67% del año anterior.

"Minería ilegal, invasión de tierras indígenas, destrucción de bosques, es el verdadero programa económico de Jair Bolsonaro", señaló el investigador Celso Rocha de Barros en una columna publicada por el diario Folha de Sao Paulo.