ENCUENTRO EN SOCHI

Putin ofrece respaldo económico, político y militar a Lukashenko

El presidente de Bielorrusia viaja a Rusia y se deshace en agradecimientos ante el líder del Kremlin

putin y lukashenko

putin y lukashenko / periodico

Marc Marginedas

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Un total de 1.500 millones de dólares para las mermadas arcas públicas de Bielorrusia con los que intentar acallar el descontento popular. Un día después de que una nueva manifestación multitudinaria en las calles de Minsk demostrara que el ánimo disidente sigue muy vivo en el país eslavo, el presidente Aleksándr Lukashenko ha viajado hasta Sochi, a orillas del mar Negro, para reunirse con su homólogo ruso, Vladímir Putin, donde ha recibido renovadas promesas del Kremlin de respaldo político, económico y hasta militar.

Tradicionalmente, el Gobierno de Minsk ha acallado las protestas posteriores a las convocatorias electorales recurriendo a los subsidios, aunque en esta ocasión, tras los estragos causados por la epidemia de coronavirus, el margen de maniobra era inexistente. Además de apoyo fnanciero, Putin ha señalado que la cooperación en materia de defensa continuaría, aunque no ha ofrecido detalles. Horas antes de la visita, la prensa rusa había informado que paracaidistas rusos viajarían al país vecino para hacer ejercicios militares conjuntos

En el ámbito político, el presidente ruso ha respaldado la propuesta de Lukashenko de iniciar una reforma constitucional, un proceso similar al vivido por Rusia durante la primavera y que permitirá a Putin continuar al frente del estado hasta el 2036 si ése es su deseo. La oposición rechaza de plano el planteamiento y exige la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales. Todo ello, como le han venido reiterando todos los interlocutores rusos con los que se entrevista el líder bielorruso, tiene un precio: "Queremos que los bielorrusos, sin presiones desde el exterior, resuelvan la situación", ha subrayado Putin.

Cascada de elogios

Por su parte, Lukashenko ha repetido la escena vivida hace dos semanas en Minsk cuando se entrevistó con el primer ministro ruso Mijaíl Mishustin, y no ha escatimado en elogios al país vecino, a cuyo Gobierno, hace tan solo unas semanas, acusaba de querer derrocarle. "Primero de todo, quiero agradecerle, personalmente a usted y a todos los rusos que han participado en apoyarnos en este periodo postelectoral, y no  los voya enumerar", ha alabado.