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Rebelión entre los conservadores contra la ley de Johnson para modificar el 'brexit'

acuerdo comercial entre japon y el reino unido

acuerdo comercial entre japon y el reino unido / periodico

Begoña Arce

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El empujón de Boris Johnson hacia la ilegalidad internacional del Reino Unido ha provocado una revuelta entre los parlamentarios conservadores que va más allá de la disputa con la Unión Europea sobre los controles aduaneros o las subvenciones estatales. El primer ministro ha desatado una sublevación interna contra su plan de violar el Derecho Internacional y renegar de parte de lo firmado con la UE.  Johnson quiere dar un paso que colocaría al Reino Unido en el club de países tan poco fiables en sus compromisos internacionales como Rusia, Irán o China. “Si perdemos nuestra reputación de cumplir las promesas qué hacemos, vamos a perder algo sin precio que nunca vamos a recuperar”, ha advertido el exprimer ministro conservador, John Major. La antecesora de Johnson al frente del Ejecutivo, Theresa May, también critica la maniobra.

Daño a la reputación

Una treintena de diputados conservadores ha presentado una enmienda para impedir que el Gobierno pueda invalidar parte del contenido del acuerdo sobre el ‘brexit’, sin la aprobación del Parlamento. La ley de mercado interno comenzará a debatirse la próxima semana en la Cámara de los Comunes. Johnson tiene mayoría sobrada, 80 diputados, para aprobar la propuesta. La enmienda sin embargo entorpecerá su tramitación y promulgación. Varios prominentes conservadores, como los presidentes del Comité de Asuntos Exteriores y del de Defensa, están entre los que se oponen. Uno de los ‘brexiters’ más radicales, Bernard Jenkin, miembro de European Research Group (ERC) ha recomendado a Johnson “poner más cuidado en el daño que para la reputación implica el jugar tan duro”.  

En la Cámara de los Lores, donde los conservadores no tienen mayoría, también se detecta una fuerte resistencia. El exlíder conservador, otro destacado ‘brexiter’, Michael Howard, ahora en la Cámara Alta, ha condenado contundentemente el plan de Johnson. “Nunca creí que iba a escuchar a un ministro británico, mucho menos a un ministro conservador, decir que el Gobierno invitará al Parlamento a violar la ley internacional”. Howard se refería a la admisión de ilegalidad que se pretende cometer hecha por el ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis.  “Va a ser muy difícil persuadir a la Cámara de los Lores, de la que soy miembro, de aceptar este argumento” señalaba por su parte el exministro de Finanzas, Norman Lamont, otro euroescéptico, quien aludió al “terrible desorden” en que se halla el Gobierno.

Johnson no leyó atentamente

Johnson tiene varios frentes abiertos e intenta sofocar en estos momentos otra rebelión en sus filas, debida a las ultimas restricciones impuestas ante el avance del coronavirus.  El viernes mantuvo un encuentro virtual con el grupo parlamentario para defender la ley, que comenzará a debatirse el lunes y podría ser sometida a votación a lo largo de la semana. Con ella, el Gobierno se otorga el derecho de “alterar o dejar de aplicar”,las disposiciones del protocolo incluido en el Acuerdo de Retirada sobre el régimen aduanero entre la República de Irlanda, Irlanda del Norte y Gran Bretaña y las subvenciones a empresas que comercien en territorio norirlandés, región que seguirá formando parte del mercado común europeo. La justificación de Johnson para reescribir el pacto es que el Acuerdo de Retirada se “acordó muy rápidamente en circunstancias políticas muy difíciles”, según un portavoz. Ahora parece que el primer ministro no leyó atentamente lo que estaba firmando.