NUEVA ETAPA POLÍTICA

El Líbano nombra a un independiente como primer ministro para superar la peor crisis del país

El nuevo primer ministro libanés, Mustafá Adib, comparece ante los medios en Beirut tras ser designado.

El nuevo primer ministro libanés, Mustafá Adib, comparece ante los medios en Beirut tras ser designado. / periodico

Andrea López-Tomàs

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El Líbano ya tiene nuevo primer ministro: el independiente Mustafá Adib, que hasta ahora era embajador en Alemania. Los grandes bloques parlamentarios, integrados por sunís y chiís, han encargado la formación de un nuevo Ejecutivo al diplomático con 90 de los 120 votos. Tras la dimisión en bloque del Gobierno de Hasán Diab seis días después de las explosiones que destrozaron el puerto de la capital, los líderes libaneses han expresado la necesidad de un "estado laico" donde llevar a cabo las reformas que acaben con la corrupción y las crisis económicas. La nominación de Adib tiene lugar horas antes de la visita al país del presidente francés, Emmanuel Macron, la segunda en menos de un mes tras la catástrofe, y en medio del descontento social generalizado. 

"No es momento de palabras, promesas o esperanzas, es momento de la acción", ha dicho Adib en sus primeras declaraciones a la prensa como primer ministro aún en funciones, antes de reclamar "la cooperación de todos para que el país se recupere y para que el pueblo encuentre la confianza en el futuro". Gracias al apoyo de los líderes políticos sunís, Adib ocupará el puesto reservado para su confesión religiosa en el complejo sistema político libanés. El exembajador de Alemania fue nombrado por cuatro exprimeros ministros en la víspera de las consultas entre el presidente Michel Aoun y los bloques parlamentarios que ha tenido lugar este lunes. 

Diplomático en el país germano desde el 2013, Adib es un académico poco conocido en el país que sirvió de asesor del exprimer ministro Najib Mikati. Ahora se enfrenta a la ardua tarea de formar un Ejecutivo, proceso que suele durar meses en el país. Al aceptar el cargo, ha asegurado que quiere formar un gabinete "en un tiempo récord" con "expertos y personas competentes" para "lanzar rápidamente, en cooperación con el Parlamento, las reformas necesarias ante la crisis económica y financiera, empezando por un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional". 

Regalo para Macron

La nominación de este nuevo primer ministro ha llegado a pocas horas de la segunda visita del presidente francés en menos de un mes. Macron fue el primer político -nacional e internacional- en visitar las ruinas del puerto de Beirut mientras los libaneses empezaban a llorar a sus casi 200 muertos, a curar a sus 6.000 heridos y a lamentar la pérdida de unos 300.000 hogares. Tras liderar la conferencia de donantes que prometía 253 millones de euros para reconstruir el país, Macron exigió a las autoridades libanesas llevar a cabo las reformas necesarias para "responder a las legítimas aspiraciones del pueblo libanés". 

Por ello, esta nominación exprés y las recientes declaraciones de los altos cargos del país parecen llegar en el momento oportuno, casi como un regalo de bienvenida para el líder francés. "Llamo a que el Líbano sea declarado un Estado laico, al diálogo que incluya a todas las autoridades políticas y religiosas para llegar a una fórmula aceptable para todos", dijo el presidente Michel Aoun, un cristiano maronita, en un discurso televisado el pasado domingo para la conmemoración del centenario de la creación del Gran Líbano bajo dominio francés.

También el líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, se mostró "abierto" a discutir un nuevo "pacto político" propuesto por Francia para la formación de un nuevo gobierno que mejore las condiciones económicas del país y lleve a cambio profundas reformas. A su vez, el presidente del Parlamento, Nabih Berri -un musulmán chií en el cargo desde 1992- se ha mostrado de acuerdo. "Un cambio del sistema confesional es ineludible, ya que es la fuente de todos los males", ha agregado Berri.

Ruina económica

Estas promesas de cambio se pierden entre las ruinas de un país hundido. La explosión en el puerto de Beirut causó entre 6.700 y 8.100 millones de dólares en daños y pérdidas económicas, según estima el Banco Mundial. Para reconstruir y recuperar el sector público, se necesitan entre 1.800 y 2.200 millones de dólares para este año y el próximo. "El desastre no solo exacerbará la contracción de la actividad económica, sino que también empeorará las tasas de pobreza, que ya estaban en el 45% de la población justo antes de la explosión", ha asegurado la institución financiera. El desastre sacudió a un país que ya sufría su peor crisis económica desde el final de la guerra civil (1975-90) con la pérdida en más del 80% del valor de la libra libanesa, agudizada por los efectos de la pandemia de coronavirus. 

Entre 6.700 y 8.100 millones de dólares en daños y pérdidas económicas fueron causados por la explosión en el puerto de Beirut, según el Banco Mundial

Durante la primera visita de Adib a las ruinas del puerto, la población libanesa ha rechazado su discurso memorizado y lo ha echado a gritos de "revolución". Un pueblo roto por múltiples desgracias sigue viendo al diplomático como otro producto del sistema que llevan combatiendo desde el inicio de las protestas en octubre del 2019. "No daremos tiempo, como algunos de nosotros hicimos por error, a Hasán Diab para lograr éxitos; no tenemos el lujo del tiempo", ha dicho Hasan Sinno, miembro de un grupo de la sociedad civil. 

Perfil desconocido

La nominación de Adib, nacido en la ciudad norteña de Trípoli, recuerda a la de su predecesor Hasán Diab. Con un perfil público más bien bajo, ambos son políticos independientes no alineados con ningún partido político y su investidura se explica como respuesta a una crisis. En el caso de Diab, ocupó el poder en enero del 2020 como solución a la dimisión de Saad Hariri por las protestas que llevaban meses en las calles. Entonces, logró formar Gobierno gracias al apoyo de los bloques parlamentarios aliados de Hizbulá, la milicia chií. Paradójicamente, pese a pertenecer a la comunidad musulmana suní, Diab no recibió ningún apoyo de sus partidos. 

Adib, en cambio, vendría a sustituir al Ejecutivo de Diab tras la negligencia que provocó la explosión en el puerto de Beirut por almacenar 2.750 toneladas de nitrato de amonio sin las medidas de seguridad adecuadas. El diplomático, de 48 años, cuenta con un doctorado en Derecho y Ciencias Políticas, y ha sido profesor en varias universidades libanesas y francesas. También es conocido por formar parte del comité que diseñó la nueva ley electoral en el 2005 y el 2006, y fue jefe de gabinete de Mikati en el 2011.

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