crisis sanitaria

Destituido el gobernador de Río de Janeiro por uso indebido de dinero para combatir el covid-19

El gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, este martes durante una conferencia de prensa.

El gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, este martes durante una conferencia de prensa. / periodico

Abel Gilbert

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Brasil sumó en las últimas 24 horas 855 nuevos decesos por coronavirus, con lo cual el total de fallecidos llegó a 119.504. Con los casi 39.000 casos positivos de este viernes, el número de infectados asciende ya a 3.804.803, de acuerdo con cifras oficiales. Desde finales de mayo, el gigante sudamericano vive una fase de cierta estabilidad en la media de fallecidos, que suele rondar el millar diario, y de nuevas infecciones, que se ubican alrededor de los 40.000 cada 24 horas. La crisis sanitaria añadió este viernes un nuevo pliegue político con la decisión del Tribunal Superior de Justicia (STJ) de suspender en su cargo por seis meses al gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, sobre quien pesa la acusación de haber usado de manera indebida el dinero público destinado al combate de la pandemia en el segundo estado más importante de ese país.

Witzel, un exmilitar y abogado que llegó al poder al calor de la ola ultraderechista que encumbró en octubre del 2018 al presidente Jair Bolsonaro, fue denunciado por la fiscalía como integrante de una trama corrupta que integraba con su esposa, Helena Witzel, el presidente de la Asamblea Legislativa de Río, André Ceciliano, y otras 17 personas, entre ellos políticos, empresarios y funcionarios públicos. De acuerdo con la parte acusadora, Witzel, quien había asumido con la promesa de ejercer la "mano dura" contra la delincuencia, al punto de amenazar con el lanzamiento de misiles contra los asentamientos marginales, "estructuró una organización criminal dentro del Gobierno regional".

La sombra de Bolsonaro

El gobernador suspendido cree que detrás de su caída política está Bolsonaro. El capitán retirado se convirtió en su enemigo a principios de año, a pesar de que ambos comparten el mismo credo ultraderechista. "Es un ultraje a la democracia", dijo Witzel. El exmarino asegura que no existen pruebas en su contra que lo incriminen. "Esta acción no tiene ninguna vertiente política", le respondió la misma fiscalía e hizo referencia a los negocios irregulares vinculados con la construcción de hospitales de campaña, la compra de respiradores y medicamentos. 

Nadie cree a estas alturas que Witzel sea repuesto en su cargo. "La suspensión es el resultado predecible para un Gobierno que ha estado luchando durante meses en un mar de acusaciones de corrupción. La Fiscalía estatal y la Fiscalía General investigan fraude en contratos de emergencia, realizados sin licitación. Mientras que la gente moría sin tener una enfermería o una cama de UCI, los fondos públicos fueron saqueados", dijo 'O Globo' en su editorial. El diario carioca no pasó por alto los efectos de la crisis sanitaria en ese estado, donde se han contabilizado 219.000 contagios y 15.900 decesos.

"El escándalo de la salud hizo que el Gobierno fuera insostenible", señaló 'O Globo'. El pasado 10 de junio, la Asamblea Legislativa aprobó por unanimidad la apertura de un proceso de acusación contra Witzel, quien obtuvo una orden judicial del ministro del STJ, Dias Toffoli, suspendiendo la causa. Pero "la decisión solo sirvió para posponer un resultado a esta altura inexorable". Para el principal diario de Río de Janeiro, "independientemente de si Witzel era responsable del plan o no, su Gobierno se había convertido en un foco de fechorías". 

Inquietantes derivaciones

La corrupción administrativa es un problema de vieja data en ese estado. Cuatro gobernadores ya fueron arrestados durante los últimos años.  El ocaso de Witzel puede tener consecuencias más profundas. En el marco de la misma investigación ha sido arrestado el presidente del Partido Social Cristiano (PSC), Everaldo Pereira, un pastor evangelista próximo a Bolsonaro. La cercanía llegó a tal punto que le tocó bautizar al capitán retirado en las aguas del río Jordan de Israel, seis años atrás. A partir de esa "conversión", Bolsonaro inició un ininterrumpido acercamiento a los evangelistas, cuyos líderes y parlamentarios son a estas alturas uno de los sostenes políticos más importantes del presidente.